Capítulo 38

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~La foto es un fanart que encontré que, sinceramente me encanta~
38 Reencuentro
- ¿Yo?- preguntó la peliverde confundida.
- Usted es Silvia Woods, ¿Me equiboco?- pregunta de nuevo el butler.
- No, soy yo- oídas esas palabras el butler se inclina y abre la puerta.
- ¿Puedo venir?- pregunta, espontáneo, el nadador.
- No encuentro ningún motivo para que la señorita no pueda ir acompañada, ¿Ustedes también vienen?- pregunta. La pelirroja asiente decididamente mientras que el castaño hace un simbolo de indiferencia.
Los cuatro jovenes entran al coche y este se empieza a mover rápidamente por la ciudad, saliendo de ella y parando delante de un hotel con aspecto lujoso y sofisticado.
Silvia está tensa y se lo mira todo con cara de interrogante mientras que pone su mano encima de la de Kaito que está en su hombro izquierdo.
Bajan del coche y entran en el 'Hall' de el hotel.
Un hombre con un traje los pasa a buscar, le siguen subiendo a el ascensor hasta la planta 23, una planta con una única habitación en la cual el hombre llama a la puerta.
- Adelante- el elegante hombre se inclina levemente y pone su mano derecha en el pecho en señal de entrada.
Los cuatro jovenes entran. Detrás de la puerta se encuentra un gran despacho, muy bien iluminado gracias a unos grandes ventanales que dan vista a unos altos edificios. Una gran mesa llena de papeles con una gran silla detrás y un par de butacas delante. En los laterales de la sala hay estanterías con libros y cuadros de paisajes.
La gran silla se gira dando paso a un hombre de aspecto joven y gentil pero a la vez serio y respetuoso.
- Mitsuo Woods- susurra Erik reconociendo, automáticamente, al hombre.
- No me digas que...- balbucea el nadador.
- Hum- asiente la pelirroja firme.
- Padre- pronuncia la peliverde, esperando la reacción por parte de su padre.
El hombre se pone de pie y toda la seriedad que había ganado en esos segundos se desvanece.
- ¿Padre? Puedes llamarme Papá si quieres Silvia- se dirige hacia su hija y la abraza fuertemente, correspondiendo ella al abrazo.
Una vez se han separado el hombre observa a las otras tres personas que han acompañado a su hija y estalla en risas.
- ¡Erik! ¡No me lo puedo creer!- salta y abraza al joven que no sabe como reaccionar- ¡Te he visto por la televisión pero en persona aún pareces más alto, chaval!
- M-muchas gracias señor Woods- responde Erik cortésmente.
- ¿Señor? Llámame Mitsuo, tenemos confianza- sonríe este.
- Papá, ella és-
- Victoria Vanguard, lo sé. Es un placer conocerla señorita- dice este acercandose a la pelirroja.
- E-el placer es mío señor- dice ella inclinando la cabeza lo que provoca una carcajada por parte del hombre.
- Señor soy Kai-
- Kaito Hosho, nadador del Raimon, ¿Verdad?- sonríe el padre.
- Es un placer conocerle señor- responde el chico sorprendido.
- ¡Papá! Podrías haberme venido a buscar tú solo, no habría hecho falta tanto lío solo para localizarme- replica la hija.
- Verás Silvia, las cosas no són como hace un año, cuando estabais en América- mira a los dos aludidos- Ahora es todo mucho más complicado para moverme- sentencia- ¡¡Pero esque mi niña sigue siendo igual de tímida que siempre, ¿no?!!- dice haciendo que la pálida piel de Silvia tome un color rojizo.
- ¡Y-ya no soy una niña!- dice poniendo morritos haciendo que todos los presentes rían- Por cierto, ¿Que haces aquí?
- Esa es una buena pregunta- sonríe el hombre- Digamos que voy a pasar una temporada aquí, en Japón, por cuestiones de trabajo y, además, ya quería verte Silvia- la peliverde le abraza- ¡Pero no creas que no te vigilo! ¡Cada vez que actuas hay alguien de los míos grabando! ¡Y no solo eso tambi-
- Que padre más preocupado que tengo, ¿no?- dice con ironía la chica.
La charla se vuelve animada entre los cuatro jovenes y el hombre hasta que otro uniformado entra a la sala dando la orden de terminar ese encuentro.
- Supongo que nos volveremos a ver- dice una segura Silvia.
- ¡No lo dudes hija mía!- declara el hombre.
- Ha sido un placer señor- dicen Victoria y Kaito inclinándose nuevamente.
- Menos formalidades chicos, el placer ha sido mío- sonríe.
Los cuatro empiezan a salir por la puerta cuándo el hombre llama la atención de Erik indicandole que se acercara.
- Te esperamos abajo- dice Silvia sin quitarle ojo.
- ¿Quería algo señor?- pregunta el futbolista una vez ha llegado hasta el hombre.
- Toma, esto es para tí- le da dos sobres blancos con el sello del Unicorn.
- Pero señor, aún queda mucho para el mundial- afirma el chico.
- ¡No seas tonto! Ya cuento contigo pero esto no es nada de la selección- aclara. El chico asiente.- Por cierto, ¿Aún sales con esa gerente y no con mi hija?- declara este.
- ¡S-señor!- exclama el jugador.
- Perdón perdón solo que me pareció raro cuando esa gerente de Osaka lo declaró por los medios- soltó el hombre.
El chico se excusó y bajó hasta el 'Hall' donde todos ya le esperaban.
- La verdad esque me he sorprendido ver al señor Woods ahí- dijo Victoria una vez en el coche- Sabía que tenia el mismo apellido que tu, Silvia, pero jamás os hubiera relacionado.
- Ya me ha pasado muchas veces, la gente se sorprende- declaró la peliverde.
La conversación fue avanzando hasta que llegaron al parque de los cerezos, donde el coche les había recogido.
La pelirroja y el castaño se despidieron y Kaito insistió en acompañar a Silvia a casa.
Sin que el pelinegro iniciara la conversación Silvia ya se puso a hablar
- ¿Sabes? Papá y Mamá no están divorciados totalmente. En verdad esto del 'divorcio' no vino por que se pelearan ni nada de eso: Papá tenía un trabajo muy importante en América y Mamá consiguió el trabajo de sus sueños como profesora en Italia. Así que Mamá se fue a Italia y Papá se quedó en América. Me he enterado y he oído sobre varios pretendientes por las dos partes pero todos han sido rechazados. Yo creeo que Papá y Mamá nunca se han podido olvidar pese al tiempo y las distancias, ¿No es increíble?
- Supongo, pero si quieres a alguien de verdad, tanto que te casas con él, no creo que la olvides así como así. Yo creo que es lo normal si de verdad quieres a alguien- dijo el ojiazul mirando a la peliverde.
- Hum- asintió sonriendo.
Llegaron a casa de la peliverde y se despidieron.
- Muchas Gracias por lo de hoy, Kaito- dice la chica
- No he hecho nada, Silvia. Y llamame si puedo ayudarte en algo, ¿De acuerdo?
- Hum- asiente la chica- ¿Quieres pasar a tomar algo?
- Lo siento pero hoy toca limpieza en los dormitorios y si no me presento me meteré en un lío, Adiós- se disculpa
- Hasta mañana Kaito- se despide con un tímido beso en la mejilla.
El ojiazul se va y Silvia entra en casa.
En la puerta está su madre sentada en una silla, leyendo.
- Mamá, te he dicho que no sabía cuando iba a volver, ¿Me has esperado?- pregunta ella sacándose los zapatos.
- Solo un poco, ¿Sabes que tu padre ha venido a Japón?
- Sí, justamente he estado con él, ¿Como lo sabes tu?
- Me ha llamado- la hija percibe un leve sonrojo por parte de la madre- Además, está en las noticias.
- Con que Papá es así de famoso ¿Eh?
- Eso se ve- asiente la madre.
Ambas cenaron y Silvia subió a su habitación.
- Y no sé, Nelly, pero me parece que estos días que mi padre va a estar por aquí no van a ser fáciles, ¿Has visto que hasta ha salido por las noticias? Creo que en esta ciudad se le da demasiada importancia a los deportes...
- Tu no te preocupes Silvia, tienes a todo el equipo contigo.
- Sólo espero que mi padre no se entere del ambiente en el que estoy metida con Erik y Sue, ¿Sabes? Él siempre me ha visto cuando eramos muy cercanos...
- Ya verá como todo va a ir bien mujer
- Eso espero...- suspira Silvia.

Crónicas de un Pegaso (Inazuma Eleven)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora