Why? -chubby-

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Estudié mi reflejo en el espejo. No era la imagen que deseaba de mí. No esperaba mucho de mí ante mi aspecto, pero trataba de no incomodarme. Desde siempre lo tenía claro, el hecho de que ser una buena persona sería lo más atrayente.

Tomé aire y di un gran suspiro tras terminar de bañarme. Sequé lentamente mi cuerpo antes de colocarme la playera de mangas cortas de tamaño extra grande sobre el cuerpo y mi short para ir a dormir. Al salir del baño puse mi crema para peinar y me sequé los pies.

En mi mente pensaba en lo ocurrido al momento de conocer a Tatsuhisa. No es como si algo sobresaliera en mí. Aquel día mis manos estaban heladas por los nervios de conocerlo finalmente. Cuando mi mano estrechó la suya y me abrazó sentí la calidez de su cuerpo expandirse por todos lados. Y después de eso, no me explicaba cómo es que salía con alguien como yo. Él tenía preferencias diferentes a algo como yo.

Nunca antes había sentido curiosidad de preguntar qué le atraía de mí. No me atrevía a hacerlo por miedo a crear tensión en nuestra relación. Estar con él me provocaba seguridad en gran medida, si alguien hablaba de mí cuando salíamos a caminar, no tenía sentido porque estaba a su lado y era lo que más me importaba. Pero él podría no sentirse así. Quizás en el fondo seguía un poco inseguro de estar junto a mí pero nunca lo demostraba.

Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando me acerqué al espejo del tocador y noté cierta marca en mi clavícula. Él la había hecho tiempo atrás y ya sanaba. Además, dicho hueso sobresalía un poco más de lo que recordaba, lo cual indicaba que estaba bajando de peso. Eso me alegró un poco e hizo crecer mi autoestima.

No tenía mucho tiempo haciendo ejercicio, cerca de mes y medio exactamente. Lo hacía por sentirme mejor conmigo y a la vez porque amaba a Tatsuhisa, por tanto quería darle otra apariencia de mí. Cuando llegaba tarde a casa no lo esperaba mucho tiempo, pero esta vez quería hacerlo para mostrarle el pequeño logro, por lo que me acosté en la cama para leer y arreglar ciertos dibujos de mi trabajo. A la hora que empecé con ello, faltaban cerca de 2 horas para que llegara.

Sin darme cuenta, el tiempo voló y escuché la puerta abrirse. Esta vez no había ido a tomar tras el estudio, parecía que quería descansar realmente. Y seguramente tenía hambre:

-Oh... ¿Sigues despierta? –sus labios se acercaron a los míos y yo correspondí el gesto.

-Sí. Estaba esperándote... ¿Quieres algo de comer?

-Síp, por favor. Iba a comer en la calle pero quería ver qué tanto había mejorado en lo culinario... Sin embargo...~ -abrazó mi cintura y reí.- Me encanta cuando cocinas.

-Ja, ja, ja, no soy tan buena como Yorke...

-Pero estás a medio camino. Por favor, hazlo.

Asentí y me levanté en dirección a la cocina. Había un filete de carne que seguramente le apetecería, por lo que encendí la estufa antes de colocar la sartén donde lo freiría. También calenté el arroz de la tarde.

Tras la cocción de la comida, coloqué un plato y los recipientes de la misma frente a él para que se sirviera cuanto quisiera. Empezó a platicarme sobre lo agotador de su día en vista de que varios proyectos se acercaban. Eso era una excelente noticia para él, porque tenía nuevas técnicas para usar la voz que hacía meses quería probar, aunque en su principio le provocaron muchas dificultades.

-Me alegra saber eso~. El señor Suzuki tendrá nuevas oportunidades para lucirse. –sonreí y él se rió tras dar un bocado final.

-Así es~. En verdad estoy emocionado.

-Se nota en tu cara. –reí casi a carcajadas de su ceño fruncido.

Me observó con los ojos entrecerrados y después puso sus manos en mis mejillas simplemente para halarlas a los lados. Me sonrojé instantáneamente y busqué alejarme por lo fastidioso que eso me parecía.

-¡Hey! ¡Duele, para de una vez! –me quejé en vano. Cuando terminó se rió de mi cara haciendo que soltara un bufido y fingiera molestia.

Tras eso, me levanté y lavé los platos usados así como los cubiertos para ir a dormir. Mientras tanto, actualizó su diario. Cuando terminé, me sequé las manos y fui al baño para lavarme los dientes, sin reparar en dónde se encontraba ahora. Aunque pronto lo descubrí al sentir sus manos en mis costados. Puse una cara de extrañeza ante su tacto y dejé que siguiera.

Después, salí a la habitación para acomodarme en la cama. Acomodé mi almohada para estar cómoda. Minutos más tarde, apareció en el marco de la puerta sin camisa. Perdí la mirada en los trazos hechos por sus músculos y huesos sobresaliendo en su piel, desordenó su cabello y buscó una playera para dormir. Mis inseguridades habían vuelto a mi cabeza, haciendo que me incomodara la vista. Tan pronto como se colocó la prenda se acercó a la cama, me sonrió y colocó su celular en el mueble más cercano que encontró.

Dudé en preguntarle sobre qué veía en mí, pero la curiosidad me mataba:

-Oye...

-¿Hm?

-Se me notan más las clavículas, ¿sabes?

-¿Ah sí? Eso es bueno. –sonrió y me besó.

-Y quiero preguntarte... ¿Por qué sales conmigo? Es decir, soy una fan tuya, ilustradora, más joven que tú, que es... G-Gorda...

Atiné a preguntar. Probablemente había decidido ejercitarse conmigo los fines de semana para ahorrarse la pregunta y la explicación, aunque yo por dentro me esperaba la más dura realidad de ser un simple pasatiempo mientras encontraba a la persona que se quedaría para siempre con él. Me alejé de él esperando lo inevitable y sentí que se acercaba hasta mí, poniendo las cobijas encima suyo.

-Bueno, ¿tú por qué crees? Ya no soy un niño que fantasea, ni un adolescente pervertido. Yo veo más de ti. –parecía que la pregunta había rondado su cabeza tiempo antes. Sólo esperaba el momento en que se la hiciera.

-No lo digas así... Se oye muy falso.

-¡Pero es la verdad! Aunque bueno, con esas piernas que tienes... Tampoco es que pudiera resistirme.

-¡Tatsuhisa! Trata de ser serio, por favor.

Una carcajada abandonó sus labios ante mi frustración y yo gruñí un poco molesta de que lo tomara a juego. Seguramente quería que dejara de pensar en eso. Y eso me hacía sentir culpable, porque parecía una adolescente insegura en lugar de una mujer de más de20 años.

Me hice un ovillo sobre la cama, dándole la espalda. Sus manos se acercaron a mi cintura y se abrazó a mí, subiendo la mano derecha lentamente hasta tocar mis labios. Sus nudillos acariciaron la mejilla que había dejado expuesta, por lo que froté la cara contra la almohada, como queriendo aparentar que ya dormía. Pero me conocía perfectamente y sabía que fingía.

-Tal vez no lo notes pero, eres muy segura y te esfuerzas con lo que haces. Eres divertida, notienes miedo a hacer algo nuevo y eres fuerte.    

Imagina que (Tatsuhisa Suzuki ver.) (One-shots random)Where stories live. Discover now