Imagina que (Tatsuhisa Suzuki ver.) (One-shots random)

Drawing him

(El dibujo en multimedia lo hice yo.)

Mi lápiz viajaba de punta a punta de la hoja. Era la primera vez que hacía una sesión de este tipo, y me ponía nerviosa que él fuera voluntario para practicar. A decir verdad, ya antes había hecho dibujos de a partir de un modelo vivo pero jamás pensé que terminaría con él.

Había sido amable cuando se ofreció. Aunque yo ya tenía mis sospechas de que me había cachado plasmando su anatomía en mi cuaderno de trazos. Quizás se hartó de que fueran dibujos furtivos y prefirió decirlo de esa manera.

La sesión que había establecido él mismo para dejarme dibujarlo fue justamente en una de las veces que le pidieron fotografías para un artículo en ¨B-PASS¨, así que pidió de favor que me dejaran estar presente. De esa forma, terminé en un descanso de dicha sesión frente a él:

-Dime si requieres que me ponga más serio –dijo mientras adoptaba una pose natural y relajada, sentado en una silla de utilería que había pedido a su director.

-Bien, aunque esa pose me encanta. Es muy natural y para nada fuerza a creer que posaste. De ser posible mantenla en el tiempo de que duremos dibujando –dije mientras seguía mirando sus rasgos y regresaba después a ponerlos sobre el papel.

Me tenía demasiado atrapada su mirada. Desde siempre había sentido atracción en sus ojos, y esa misma atención me dirigía después a sus labios. En mi interior temblaba por miedo a no dibujar como él esperaba que lo hiciera, e inclusive, mis manos sudaban de vez en vez. Tras capturar en esencia su figura, me dediqué a tomar nota de la ubicación de sus rasgos faciales, precisamente porque pretendía que le hiciera un retrato en primera instancia. Después de hacer el retrato, quería que me avocara al resto de cuerpo. Su director se acercó una media hora más tarde, cuando el descanso había terminado.

-Es hora de seguir, Suzuki-san –dijo en un suave tono, a lo que Tatsuhisa asintió y me sonrió antes de levantarse.

Regresé el gesto de igual manera, mientras sus maquillistas se encargaban de dar un retoque y secar el sudor de su cara. Yorke estaba a su lado ahora. Entre cada fotografía trataba de dibujar rápidamente cada parte suya. A veces me dedicaba a sus manos, después a sus piernas, inclusive en sus gesticulaciones y sonrisas ocasionales.

Cuando terminó, se dirigió rápidamente a mí y trató de robar mi cuaderno, al cual apresé en mi pecho gracias de mis manos. Parecía un niño, aunque me agradaba esa actitud de querer ver mis dibujos y aún así, risas de cada participante en el set de la sesión era escuchada mientras ambos corríamos hacía la salida. Una carcajada salió de mí cuando me atrapó con cosquillas en mi costado, aunque no dejé que acabara tan fácil pues me doblé al grado de caer al piso para no soltar mis creaciones.

-¡Hey, vamos! Me gustaría ver, un poco aunque sea –dijo un tanto frustrado de que aún no cedía.

Reí aún más y me retorcí por las cosquillas en el suelo, su cuerpo estaba sobre mí un instante más tarde para evitar un escape, y entonces me besó. Paré de reír por dicha acción y parpadeé un poco desubicada respecto al suceso:

-Bien~, ahora que tengo tu atención y que estás indefensa, muéstrame tus trabajos.

-¡Ay, está bien! Tramposo, sabes que me haces cosquillas si me tocas los costados y de todas maneras lo hiciste –suspiré y me incorporé para mostrar los dibujos.

Su mirada cambió con cada página, a veces se hacía más brillosa y juraría que se reflejaba mi dibujo en ella. El contenido que le mostré era desde la primera vez que había dibujado su rostro, cuando nuestra primera cita en el estudio; la vez que vi un concierto tras bambalinas y claro, de la primera vez que había dormido en mi cama. Además, venían notas del día y del acontecimiento que había ocurrido en cada uno. Su retrato estaba a mitad de ser terminado, pues me esforcé en tratar de acabar rápido pero con calidad.

-Es increíble... Esa manera en que me puedo ver a mí mismo a través de tus dibujos. Jamás creí que fuera posible tan sensación –su voz sonaba un poco entre susurro para sí mismo y una respuesta de incredulidad para mí.

-No soy tan buena, han sido años desde que hice unos de esos y también, tiempo ha pasado desde que dibujé con modelo en vivo. Así que disculpa no terminar tu retrato –dije mirando a sus ojos mientras mis cachetes zumbaban, debido a mi rubor natural.

Una sonrisa se esbozó en su rostro de manera sincera, me abrazó y me acomodé en sus brazos, su calidez me tranquilizaba. Su mano izquierda viajó a mi cabello y se separó para verme:

-Me encantan...

-¿En verdad?

-Sí, eres magnífica. Puedo ver tu progreso en cada uno y quiero posar para ti de todas las maneras posibles...

-¿Eh? ¿Te sientes bien? Suena muy falso eso último.

-Si de esa manera te puedo ayudar a mejorar aún más, créeme que posaré y te llevaré a todas mis sesiones de fotografía para que tengas material suficiente. Porque... en verdad... me encantan.