Capítulo. 16

251 30 33
                                    

Observo mi rostro frente al espejo, luzco como el peor de los fantasmas. Mi estado de ánimo esta por los subsuelos, no he podido tan siquiera juntar mis ojos para dormir ni cinco minutos. Me siento demasiado frustrada con la situación que hay en casa. Mamá no logra encontrar la razón por la cual José no ha dado señales de vida, y realmente espero jamás la sepa. No con el motivo de que no aparezca él, sino que él aparezca y diga otra cosa. Una mentira más, ya no le hará más daño a nadie.

Quisiera que alguien tocara la puerta y diga: José volvió, estaba en un asunto de trabajo. Pero realmente es irónico, él se fue para no volver, él me lo dijo y yo no lo creí capaz. Las lágrimas comienzan a salir una vez más, ya he perdido la cuenta de cuantas veces he llorado por José. Niego con mi cabeza y aun frente al espejo agacho la misma, ahogando un grito de frustración, no puedo más con esto.

- ¿Lía? -Humberto aparece a un lado mío, causándome un pequeño susto, me mira angustiado y no dudo en abrazarlo-. ¿Qué sucede pequeña? -Me toma en sus brazos.

-No lo sé Berto -me separo de él y camino hacia uno de los sofás de mi recamara-, no puedo hablarlo -y es verdad, no puedo contarle nada de lo que me pasa con José, su reacción sería a la misma de cuando supimos de él y realmente no quiero vivir eso de nuevo.

-Puedes confiar en mí siempre, vamos. ¿Por qué llorabas? -Toma mi mano derecha y hace leves caricias en ella, no puedo siquiera mirarlo a los ojos, me es imposible.

-No, perdón hermano, no insistas -me separo de él.

-Está bien -se encoje de hombros-. Cuando te sientas preparada no dudes en contarme, estaré para escucharte, ¿de acuerdo? -Y lo abrazo una vez más, es todo lo que necesito, su apoyo aun así no pueda contarle.

Se separa de mí para marcharse y darme mi espacio una vez más. Vuelvo a lavar mi cara por doceava vez en la mañana y cubro mis ganas de morir con maquillaje. Miro la hora en el reloj de mi mesita de noche, alcanzo a llegar a tres clases y así no pierdo todo el día completo por segunda ocasión en la semana.

Tomo un par de libros y mi teléfono junto a mi bolso, salgo de mi habitación cerrando la puerta como puedo. El teléfono vibra en mis manos, una llamada entrante de Arely que seguro me llama para apurarme de que llegue a tiempo.

-Alo, ¿qué pasó? -Contesto y espero a que mi mejor amiga me grite por el otro lado de la línea, pero no pasa.

-Lía, ¿dónde estás? -Su voz suena desesperada y feliz al mismo tiempo.

-En casa, estoy bajando las escaleras.

-Oh no... -es lo último que la escucho decir. Mis ojos están puestos en él, después de tres largos días que parecieron siglos lo vuelvo a ver... Y no sé cómo es que me siento.

El teléfono y los libros caen de mis manos, causando la atención de José y de mi madre. Sus ojos viajan hasta los míos y ambas miradas cruzan, una sensación que no logro y jamás lograré describir recorre todo mi cuerpo. Quiero correr a él y abrazarlo hasta que me canse, pero no puedo, como tampoco puedo ir hacia él y estampar la palma de mi mano en su mejilla por hacerme pasar los peores días de mi vida llorando por él.

-Thalía... -mi nombre sale de sus labios, había olvidado lo bien que me hacía escucharlo hablar.

Recojo mis cosas y salgo de la casa casi corriendo, quería verlo, lo necesitaba, pero no puedo hacer nada, él está y estará con mi mamá siempre, nada de eso va a cambiar nunca.

-No, no, no. ¡MIL VECES NO! -Grito, mi pecho duele, que siento como mi corazón está por salir corriendo-. Soy una cobarde... Sí, una estúpida cobarde.

Estiro de mi cabello, haciéndome daño a mí misma no hará que las cosas mejoren pero no se compara al daño que me hace José, su mirada, él, lo extrañaba más de lo que imaginé.

- ¡LÍA SIGO AQUÍ! -El chillido de mi amiga me saca de mis pensamientos, coloco el teléfono en mi oreja una vez más al darme cuenta que ninguna de las dos había cortado la llamada antes.

-Arely, perdón -digo en voz baja-. Él está aquí, regresó -un nudo se forma en mi garganta, la señal de que las lágrimas están por salir de nuevo.

-Voy ya mismo para allá, no te muevas de tu casa -y sin más finaliza la llamada.

La presión de mi pecho es demasiada, necesito soltarlo todo, pero no puedo, y aunque quería que José apareciera me duele verlo con mi madre, me cuesta aun asimilar la verdad. Y aunque me duela tengo que hacerlo.

Mi vista viaja hacia todos lados, mirando a la nada y sin sentido. Hasta que cruza con un par de ojos color miel, mirándome fijamente. Trago saliva al verlo acercarse, la respiración me falta y mis piernas tiemblan, todo mi cuerpo lo hace. Camino hacia atrás, nerviosa por todo, por tenerlo tan cerca y porque pueda caer como la débil que soy, no quiero que me mire llorar otra vez, no quiero que se dé cuenta que él causa todo eso en mí. No.

-No, ¡no te acerques más! -Mi boca pide a gritos que se aleje, pero en mi interior quiero que se acerque y me abrace, tan indecisa tuve que nacer...

- ¿Podemos hablar? -Niego con mi cabeza, no puedo hablar, las palabras se marcharon de mi vocabulario-. Leí todos tus mensajes, vi todas tus llamadas y, perdón. No trato de justificarme con un perdón, pero no encuentro otra palabra que describa lo mal que me siento.

Perdón, ¿cree que con eso va a reparar todo lo que sufrí por él en días? Y aunque no me vio, sé que lo sabe, y no tiene perdón. Una risa con ironía sale de mis labios, ya fue, lo dijo, desapareció por que le dio la gana y claro, que la tonta de Thalía se quede creyendo que arruinó todo y sufra, como la vil tonta que es y será siempre.

-Dime algo, lo que sea -suplica-. Insúltame tan si quiera, pero di algo.

-Ni con insultos alcanzaría a decirte lo que pasé estos últimos días, simplemente José de lo que estoy segura ahora es que te importa un bledo lo que los demás sientan o sufran, y aunque no lo sepas del bien y quizá no lo creas, te quiero, te tomé cariño y no quería aceptarlo hasta que tuviste que largarte porque te dio la gana.





--------------------------

OK, SIN COMENTARIOS Y ME VOY LENTAMENTE... Pero antes quiero decir que me costó una eternidad hacer este capítulo y, espero les guste aunque sea corto, BUENO disfruten y voten jeje.

LAS QUIERE MEL <3.

Mi Padrastro » J BalvinWhere stories live. Discover now