Capítulo. 11

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—No era tu responsabilidad, pero no tenías porque separarte de ella —escucho decir.

La cabeza me duele a más no poder, sin embargo abro los ojos con dificultad para encontrarme con Arely y José al frente mío.

¿Qué sucedió?

—Lía, ¿cómo estás? —Mi amiga se acerca a mí, sentándose a un lado mío de la cama.

—Bien... ¿Por qué? —Pregunto sin comprender.

Miro a José y éste me mira con una mueca. Trato de recordar algo, pero nada viene. Sólo el haber ido a esa "fiesta" con Arely, y haber bebido un trago solamente.

—Lía, ¿no recuerdas? —Esta vez pregunta él.

— ¿Qué pasó anoche? —Sueno asustada. Y en verdad lo estoy, ¿qué hice? Tengo miedo de que me digan que cometí una fuerte tontería.

—No es nada grave... —Es interrumpida por José.

— ¿No es grave? —Casi grita—. Casi un maldito abusa de ella, ¿y tú dices que no fue grave?

¿QUÉ?

Lágrimas salen por inercia, niego repetidas veces con mi cabeza. No puede ser posible, no, no.

— ¿Q-Qué dices? —Lo miro—. ¿Es una broma? —Me dirijo a Arely—. ¿CIERTO? —Me levanto de la cama, aventando todo. Es una broma, lo es.

—No, perdón Thalía, fue mi culpa haberte dejado sola, pero gracias a José no te sucedió nada —mira hacia abajo.

—Yo.. No, no puedo creerlo —estiro de mi cabello. La frustración es inmensa, estuvieron a nada de abusar de mí y yo no recuerdo nada. ¿Otra cosa peor en la vida?

—Lía, estás bien y eso es lo único que importa, no te sucedió nada —José trata de tranquilizarme, pero no es posible.

—Sólo no le digan nada a mi hermano y a mi mamá, si es que no lo saben aún —suplico.

— ¿Por qué? —Pregunta él.

—Porque no, sólo prometanlo por favor.

—Está bien, cuenta con eso amiga.

— ¿José? —Lo observo, éste niega con la cabeza y me mira también.

—Thalía, yo no puedo ocultarle algo así a tu mamá —niega de nuevo—, trataré, pero ella debe saberlo.

—Gracias de todos modos.


~*~

Me cuesta asimilar lo que me estuvo apunto de suceder, estuve a nada de pasar a ser una víctima más de esta sociedad que se vuelve un caos día a día. Si José no llegaba, yo estaría lamentándome el resto de mi vida. Supongo que debo agradecerle, porque no lo he hecho en todo el día. Por un lado quiero hacerlo porque debo, por el otro mi orgullo no me permite. No quiero ser una malagradecida, sin embargo no quiero ser yo quien tenga que ir a hablarle.

— ¿Papá en que me convertí? —Miro al cielo. Yo no era como soy, recuerdo que era esa chica alegre y feliz de la vida, sin tratar mal a nadie. ¿Ahora? Siento que soy alguien con resentimiento, fría y mala con cierta persona. Y no quiero seguir así... No más.

Debo cambiar, ser la misma que era, y no ser como soy en estos días, no quiero ser este monstruo por el que me estoy por convertir.

— ¿De verdad necesito ayuda? —Me pregunto en voz baja. Parece una locura, pero quizá si la necesite.

—Depende de cuál, si yo puedo te ayudo —aparece frente a mí.

¿Es que acaso se la vive escuchando las conversaciones de los demás?

Mi Padrastro » J BalvinWhere stories live. Discover now