MAFIA XIX: Pasado y Presente

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- Estaba bella e irreconocible ese día, y tocaba muy bien el piano. Me maravillo su talento, pero tras toda esa belleza, se notaba que tenía planeado asesinar a alguien. Me impresionó la capacidad que tuvo de infiltrarse, ya sabes que las reuniones tienen la máxima seguridad, es casi imposible que alguien burle mi seguridad, de hecho, casi pensé que era una Aglieri desconocida -dijo serio- y decidí que alguien talentosa debía pertenecer a mi subordinación. Y así llegó a ser mi sicaria, luego la niñera de mi hija, y finalmente mi esposa. Fin -dijo sonriendo levemente.

¿Por qué lo resumen tanto?. ¿Me quieren ocultar más cosas? Hmmmm....

- Bueno, me iré a mi cuarto -les dije.

Entonces mientras caminaba rumbo a mi cuarto, me encontré a Nathan llevando toallas limpias en sus manos. Era una pila de toallas.

- Ah, ¿Te toca cambiar las toallas sucias por las limpias hoy? -le dije acercándome.

- A-así es -me sonrió levemente.

- ¿No es trabajo de Ximena? -le dije.

- Ah, si, pero... Ella s-se encuentra algo mareada y decidí ayudarla -me dijo.

- Ya veo... Ah, por cierto, Nathan, no me has dicho más de los traicioneros que deben morir -me cruce de brazos y lo miré de reojo.

- El mes pasado era el mes de tu aniversario, así que N-no quería que lo pasaras mal, aunque... Al final sí lo pasaste algo deprimida... L-lo siento -dijo agachando su cabeza.

- No es tu culpa... -dije algo triste- Es mía -suspiré.

- ¡N-no es cierto!, N-no es tu c-cul-culpa que eso ni-niños se hayan fijado en ti Y-y tampoco podías S-saber de sus intenciones... -dijo sonrojándose.

- Gracias Nathan, siempre estás ahí para mí -le sonreí.

- Y-y siempre lo estaré... ¡T-te lo prometo! -dijo desviando avergonzado la mirada.

El siempre me dice que soy tierna, pero la verdad... Es que el tierno aquí es él. Cuando sus mejillas se pintan casi del mismo color que sus cabellos, y como se apena con facilidad.

- ¡Ah!, T-tú manga te queda corto -dijo fijándose en mis muñecas.

- ¿Eh? -miré mis muñecas y era verdad, las mangas de mi blusa estaban más cortas- Creo que estoy creciendo -le guiñé el ojo burlonamente.

Él se quedó rojo.

- ¡S-serás una grandiosa mujer N-no te preocupes! -dijo repentinamente.

- No me preocupaba por eso, me preocupa ahora mi ropa -dije frunciendo el ceño.

El casi desmaya de la vergüenza.

- Y-yo se lo diré a tu padre... A-ahora continuaré con el trabajo -aceleró su paso y camino velozmente lejos de mí.

Cielos, siempre huye si se siente apenado o amenazado. Pero es Nathan, al fin y al cabo.

Debería ahorrarle el trabajo de decirle a mi padre, Nathan siempre hace todo por mí, no debo depender mucho de él.

Y así volví donde estaban Marie y mi padre.

- Papá, mi ropa ya no me queda -le dije.

- ¿Engordaste? -preguntó.

¿¡Me veo gorda también!?. Creí que solo mis mangas encogieron....

- ¿Me ves gorda papi? -dije algo apenada.

- ¿No te referías a eso? -dijo tranquilo.

- Me refería a que mis mangas están quedándome cortas... -dije apenada.

- Ah, te comprare ropa nueva -me dijo.

Suspiré y volví a mi cuarto. Papá no entendió a la primera.

- Supongo que hasta el a veces no nota nada, como yo -sonreí.

Hoy pude saber más del pasado de Marie y mi papá, pero no debo olvidar el presente. Claro que no.

Especialmente el mío... Estoy creciendo, ¡Mi linda ropa ya no me quedará!, Lo bueno es que, papá me comprará nuevas.

Dudo que sepa escoger ropa... Desearía que Karla no esté distanciado de mi en estos momentos.

No solo Karla... Los demás... Todos están distanciados uno del otro por mi culpa...

Debo resolver esto cuanto antes...

Debo resolver esto cuanto antes

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Figlia Della MafiaWhere stories live. Discover now