MAFIA XVIII: Cambios

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- No es nada preocupante, cuando llegue a casa hablaremos con Marie presente -dijo mirando a la ventana, impidiéndome ver su rostro.

¿Cómo que con Marie?, ¿Qué le dijo de raro enfermera?.

Mmmm.... Sospechoso. Marie debe hablar con nosotros.

En todo el camino, papá estuvo tranquilo.

Cuando llegamos a casa, subí a mi cuarto, y el fue al suyo. Me saqué mi uniforme, y me acosté en mi cama.

Me sentía algo cansada.

- Señorita -escuché la voz de Nathan acercarse- ¿Está bien?, E-es raro verla tan temprano en casa, y más cuando su padre fue quien la buscó... -dijo sentándose en la orilla de mi cama.

- Ah, tuve un pequeño desmayo, nada preocupante  -le sonreí.

El me miró detenidamente.

- Señorita sus ojos están muy brillantes hoy, y sus labios también... D-digo... No es que me f-fi-fije siempre en ello -se sonrojó y desvió la mirada.

- Ah... Gracias supongo -le sonreí- Por cierto, ¿Pasó algo con Magnus y contigo? -le pregunté.

- Ah,.... No nada. Él quería verte, pero ya te habías ido a tu colegio -me sonrió y no tartamudeó.

Eso ya es raro eh. ¿Me está mintiendo en la cara?, ¿Qué caradurez es la tuya Nathan?.

- Nathan, mentir es feo -le dije.

- ¡M-más feo es preocuparte! -dijo rojo de vergüenza y dándome la espalda.

- Nathan... -dije mirándolo y exigiendo una respuesta.

- Camille -dijo mirándome fijamente a los ojos, hasta que se ruborizó y desvió la mirada- Y-ya dije que dejes de ser tan tiernamente provocante... -se levantó de mí cama- A-Ah y tú padre quiere que vayas a su habitación -y se fue corriendo avergonzadamente.

Aún no comprendo del todo su comportamiento. Supongo que siempre hay algo nuevo cuando se trata de él.

Me levanté y fui a la habitación de mi padre. Donde me lo encontré algo nervioso con Marie.

El carraspeó la garganta.

- Como tú padre... Es momento de que te hablé seriamente de ello -dijo mirando a Marie quien le asintió- Ya que tú madre no está aquí para decírtelo... Y... Bueno... Yo no sé qué decir mucho al respecto... Ni en cómo actuar, o que hacer por ti... Marie te ayudará mejor -dijo nerviosamente.

Hmmm.... Me empieza a asustar verlo actuar muy nervioso.

- Las niñas, Ehmn... Ellas... -volvió a carraspear su garganta- Bueno, hay una edad en que dejan de ser niñas, su cuerpo cambia, bastante, se vuelven mujercitas. Este es un cambio con un proceso algo doloroso para algunas niñas, otras en cambio no sienten nada -el se rascó la nuca apenado y miró a Marie como pidiendo ayuda.

Ya entendí. Algo parecido nos explicó  la profe de Ciencias y Salud la clase anterior. Así que a papá, le apena hablarme de ello, después de todo es un hombre.

- Lo sé, sé que estás haciendo el esfuerzo por darme tu apoyo papá, y te agradezco de todo corazón, pero no te preocupes, se algo del tema gracias a mis maestras y mis amigas Sasha y Químera, ya me habían mencionado algo al respecto en nuestras pijamadas. Y en todo caso... Si necesito ayuda hablaré con Marie, así no te sentirás incómodo... Y yo tampoco -le sonreí.

El suspiró.

- Bien, me alegra que tengas gente confiable a tu alrededor. ¡Confia también en Marie!, ella sabrá mejor qué hacer en esos días difíciles para ti -dijo mirándome- Pero si necesitas algo... O si puedo ayudar en algo... Solo dímelo pequeña, seré un hombre, pero soy tu padre -me dijo sonriendo dulcemente.

¿Realmente era mi padre?, Aaaah, amo verlo sonreír.

- Si papito, agradezco que estés tratando de dar lo mejor de ti -le abracé- Tengo el mejor papá del universo -le dije.

- Y yo, a la mejor hija -me dio un beso en mi frente- Ya sabes, estaré aquí si me necesitas -me dijo tranquilo.

- Sé que siempre estarás ahí papá -le sonreí.

Así que... Estoy en esa etapa. Me da algo de miedo... Pero sé que Marie, mi padre y mis amigas estarán allí para mí. No le perdono aún a Marie, pero sé que es una persona confiable pese a todo. La miré y ella me sonrió.

Creo que... Debería pedir que ya no me despierte Nathan, optaré por aguantar a Marie... Je.

No quiero morir de vergüenza si me llega a pasar eso y Nathan es el primero que deba auxiliarme...

Error, si llega a pasar eso, Badra lo sabrá.

Un momento... Ahora que lo pienso.... ¿¡Todo este tiempo lo que hacía aparecer a Badra de la nada era eso!?, ¿L-la sangre que liberamos las mujeres?.

Dios... Me moriré de la vergüenza si llega a pasarme eso... Pero... Es inevitable. Soy una mujer... AAAAAAAAAH, moriré de mucha vergüenza si me sucede eso....

¿Eso fue lo que le dijo la enfermera a mi padre?, Ya entendí todo ahora.

Así que no es simple calidez o simples dolores de caderas...

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Figlia Della MafiaWhere stories live. Discover now