Figlia Della Mafia, nos narrará la historia de Camille Galante y su padre Dave Galante.
Camille no nació en el mejor momento que pudiese decirse, y con el pasar de los años, descubrirá quién es realmente y el cómo está atada a una palabra, «MAFIA».
...
- Idiota, ¿Qué hubiera sucedido si te atrapaban? -dijo Sasha algo preocupada.
- Bueno, expulsión, desprecio a mi familia, ¿Tal ves la muerte? -dijo restándole importancia al asunto- ¿Acaso estás preocupada por mí?, Qué tierno Sasha -dijo mirándola fijamente Maicon, con una dulce sonrisa en sus labios.
- B-Bueno... -se sonrojó ligeramente, aclaró su garganta y desvió la mirada- no me gustaría verte muerto, e-en el peor de los casos claro -dicho esto, la campana sonó.
Son muy tiernos, siempre se llevaron bien. Desde pequeños. No me sorprendería si en el futuro terminan casados juntos, diría que hasta desearía ver eso. Pero claro, somos unos niños aún, así que Cami, no pienses mucho en ello.
Me golpeé ligeramente las mejillas para sacarme de mis propios pensamientos.
- ¿Ahora eres masoquista? -dijo extrañada Químera frunciendo el ceño.
- A-Ah no, solo que estaba por dormirme -dije sin mostrar ninguna expresión.
Entonces llegó la profesora, y con ella, un chico... O chica.
Su castaño cabello estaba algo largo para ser un chico, y su delgada complexión lo hacían parecer una chica, sin embargo vestía el uniforme de los chicos, y su rostro era muy hermoso, y sus ojos, parecían brillar en un tono dorado, muy hermoso, y sus pestañas... Eran gigantescas... Tenía más que yo. ¡Qué envidia!.
Entonces nuestras miradas se cruzaron. Sonrió de medio lado socarronamente. Era como si me declarara la guerra, tenía ese aire misterioso, y altanero.
Lo miré mal. El se quedó serio por un momento, entonces me mostró la lengua.
¿¡Acaso era un niño de preescolar!?. Este tipo... Me busca pelea, y la encontrará.
- Bien, chicos, este es Eider Ganci, desde hoy será su compañero, sean amables con él. Ah, por cierto, señorita Galante, veo que tiene amistad con Eider, te encargo mostrarle el colegio y las reglas -dictó la dichosa maestra.
¿¡Por qué yo!?, Ni siquiera lo conozco. Aunque... El parece si conocerme, eso estaba más que claro. ¿Ganci eh?, ¿Ya habré escuchado ese apellido antes?.
- Puedes sentarte en el asiento libre, frente a Camille, Eider -dijo la maestra.
Al menos no será a mi lado.
El obedeció y se sentó en mi frente.
Ahora que lo veía bien, su espalda si parecía la de un chico.
- ¿Estás bien? -me preguntó preocupada Sasha.
- Ah sí, ¿Por qué? -dije sin dejar de mirar al Eider ese.
- Es que... -esta vez habló Maicon con un exagerado rostro de miedo.
- Estás matándolo con la mirada -dijo Químera directamente.
Eider, al parecer lo escuchó, nos miró de reojo, y su sonrisa socarrona volvió.
¡Sigo pensando que este chico me oculta algo!, ¿Quién carajos es?, ¿¡Por qué me mira de forma altanera y competitiva?, ¿¡Quién mierda eres Eider para mirarme así!?.
- ¡Tú! -dijo Rafael llegando tarde a clases- ¿Cómo osas a llevarte las miradas?, ¡Acabo de llegar y nadie me miró!, ¿¡Qué no sabes apreciar la verdadera belleza!?, Ladrón -dijo Rafael furioso acercándose directamente a la mesa de Eider.
Eider no contestó. Lo miró despreocupadamente.
- ¡Encima me ignoras! -Rafael estaba bastante molesto.
A decir verdad, no me fijé en que momento llegó, y era cierto, que sus llegadas tardías siempre se robaban la atención de todos, bueno, a excepción de hoy.
El literalmente fulminaba con la mirada a Eider. Y Eider, ni se inmutaba.
- Rafael, ¡Llegas tarde y causando alboroto!, ¡Ya siéntate! -ordenó la maestra.
Rafael a regañadientes la obedeció.
Sin dudas, averiguaré quien es ese Eider. Me es... Sospechoso.
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