El Mismo Corazón... (Simbar)

Capítulo 40

—no crees que es más fácil llamarlo, y decirle que todo lo que escucho es una mentira y que lo hiciste para que te dejara y así pudiera ir a su viaje.

—no, para mi es mucho más fácil, tomar ese avión e irme a Paris lo más rápido que pueda. -reímos. —eres tan única, de verdad. -susurro un gracias y después bebo de mi malteada de fresa, no se a que hora la han traído, pero esta riquísima.

—¿y como va todo? -pregunto. —estamos intentando acostumbrarnos a todo eso, ha sido difícil, y más tratar de detener al señor Alfredo. -sonrió.

—olvide comentarte, que quiere que vayas a la fiesta que se hará mañana en la mansión.

—supongo entonces, que por fin convenció a tu hija de dejarlo presentarla a todos sus amigos. -ella asiente. —no gracias, Mónica, pero imagino que hay van a estar todos sus amigos y créeme no quiero estar allí.

—cumplí con decírtelo. Aunque yo pienso que deberías venir. -niego con la cabeza. —ni loca, no quiero arruinarles la fiesta. Discúlpame con él. -asiente.

~❤️~

Me siento en el borde de la cama y dejo caer mi cuerpo en ella, hace apenas unos minutos desde que llegue de verme con Mónica. Me sobresalto un poco cuando mi teléfono suena, miro la pantalla y es un mensaje de Jazmín, en donde adjunta el video que subieron al Fab and Chic.

Me repito una y mil veces en la cabeza que no debo abrirlo, no debo seguir haciéndome daño, pero mi curiosidad le gana a mi razón y abro el video.

—así es, estamos en una exclusiva fiesta con la Roller Band, quienes están triunfando sus videos tienen muchos likes y todos quieren escucharlos, pero tenemos una exclusiva. Simón nuestro guitarrista favorito, parece que al fin supero a Ambar.

Luego pasan varias fotos de él besándose con una chica de cabello castaño. —como lo pudieron ver, Ambar es historia del pasado. -quito el video cuando las lágrimas amenazan con salir, dejo mi teléfono a un lado, alcanzo una almohada y me abrazo a ella.

Justo después entra Em. —¿Qué te paso? -pregunta al verme echa un mar de lágrimas. —nada, estoy bien.

—si por supuesto ya te creí, dime que te pasa. -niego con la cabeza. —ok, mamá dice que bajes a cenar.

—en un momento. -digo y ella asiente y sale de mi habitación. me levanto de la cama limpio el maquillaje que se me corrió debido a las lágrimas y luego bajo a cenar.

—¿todo esta bien? -asiento y me siento aun lado de Manu. —Ambar, no se si tu y Sharon planearon algo acerca de lo que harás después de terminar el Blake. -dice mi mamá después de un rato.

—¿aplicaras a alguna universidad? -pregunta Santiago. —ya lo hice. -digo y todos me miran.

—¿sí? ¿a cuál? -pregunta mi mamá. —Paris-Diderot. -se quedan viéndome.

—¿iras a Paris cuando terminen tus estudios? -niego con la cabeza. —no comprendo. -dice Santiago.

—iré a Paris, en 30 días. -digo y después tomo un sorbo de jugo. —no puedes, tienes que terminar tus estudios.

—aplique a una beca que me permite terminar el año en Paris, y luego de eso empezare mi carrera.

—¿hace cuánto paso esto? -pregunta mi mamá. —desde que inicio el año, tenia que hacer medio año aquí para llevar un comprobante de mis calificaciones.

—Sharon es tu tutora sin su firma no podrás salir del país. -sonrió. —Sharon firmo esos documentos hace meses, así que no hay ningún impedimento para que yo viaje.

—debiste decirlo.

—lo sé mamá, pero si lo hacía ustedes intentarían convencerme de que no la aceptara, y querría ahorrarme todas esas discusiones, si se los digo ahora es porque quiero aprovechar al máximo este medio mes.

—no es justo Ambar, deberías habérmelo dicho. No puedes solo irte y ya está. -se levanta enojada y se va. —discúlpala. -dice Santiago y se va a buscarla.

—permiso. -digo y luego voy a mi habitación.

~❤️~

Despierto gracias al sonido de mi teléfono, muevo mis ojos un par de veces antes de tomarlo entre mis manos y mirar que ocurre, hay una llamada perdida en él, no presto atención a eso y vuelvo a cerrar los ojos, entonces suena nuevamente.

—¿sí? -contesto. Espero que alguien conteste, pero no hablan. —¿bueno?  -escucho un suspiro.

—hola. -su voz llega a mis oídos y mi corazón late con fuerza.

—¿Cómo estás? -pregunta y yo no tengo palabras para contestarle. —¿Ambar, sigues ahí?

—si. -contesto bajo. —¿estas bien? -pregunta.

yo sigo como es Shock aun no puedo creer que estoy hablando con él. —te hice una pregunta.

—estoy bien. ¿tu? -no responde, y el silencio nos invade. —Ambar.

—¿Qué? -contesto lo más cortante que puedo sonar. —gracias por decir la verdad. -dice después de un enorme silencio. 

—no agradezcas nada.

—¿tu madrina se enteró de lo que hubo entre nosotros? -pregunta y no entiendo su repentino cambio de tema —sí. -susurro.

—¿y que paso?

—nada, que iba a pasar. -miento. —Luna me dijo que te vio... -no termina.

—eso paso hace mucho y no tuvo nada que ver, no te preocupes por mí, Simón yo estoy tan bien como tú lo estás tú con tu amiga. adiós. -estoy por colgarle, pero él habla. —¿estas celosa?

—yo, no para nada. -aunque la verdad sí.

—a mi me pareció que sí. -dice. —no entiendo que esperabas después de lo que me hiciste, me imagino que tu y tu noviecito han de estar muy bien juntos. ¿no?

—me alegra que me hayas superado. Y lo que pase en mi vida no es un tema que a ti te deba interesar. Y mejor dile a tu amiga Luna que se preocupe por ella y deje de estar diciéndote cosas de mi. -digo y cuelgo.

¿Por qué tenia que llamar? ¿era necesario acabar con la poca paz que me quedaba?