El Mismo Corazón... (Simbar)

Capítulo 40

—¿que es lo que pasa en ese vídeo?

—nada. -responde y sé que ahora me oculta algo. —Mateo, dime o lo compruebo yo misma.

—no. Yo te lo diré. -dice mientras caminamos. —recuerdas que te conté que Delfi y Jazmín irían a visitar a los chicos este fin. -asiento con la cabeza.

—pues bueno, al parecer estuvieron en una fiesta. Y como era de esperarse ellas grabaron todo, incluido. -lo miro esperando que lo diga. —cuando Simón se esta besando con una chica. -mi corazón se detiene por un momento, pero no dejo que lo noté, no quiero que sepa cuanto me ha dolido escuchar eso de su boca.

—me supero al fin. -digo tratando de cortar la tensión, pero esta se hace más grande. —Ambar. -me mira.

—estoy bien, Mateo. era lo que él que quería y me alegra saber que lo logro.

—pero porque tu lo orillaste a eso. debiste llamarlo en cuanto estuvo lejos.

—no, porque no va a perdonarme. y sabes que, es mejor. Dentro de medio mes yo estaré rumbo a Paris y no tendré que irme de aquí pensando que él aun me quiere, así será más simple olvidarme de él.

—lamento que sea así. -dice y me abraza, entonces como siempre que Mateo me abraza Luna aparece. —¿Qué hacían?

Ambos nos miramos, espero que no diga nada acerca de Simón. —Ambar me estaba contando que... -enmudece así que yo le completo. _es algo que no tienes porque saber -él me mira y frunce el ceño.

—saben que, me estoy cansando cada que los encuentro juntos están abrazados y siempre es una excusa diferente. ¿me quieren explicar que es lo que pasa entre ustedes dos?

—no pasa nada entre Mateo y yo, a mi no me interesa Mateo en lo absoluto, es el único amigo que tengo. Y lo siento por ti si eso te molesta. A mi también me canso tu actitud confía un poco en tu novio si es que no quieres perderlo por tu desconfianza. Trata de madurar un poco. -le digo y ella me mira sorprendida al igual que Mateo, pero como ninguno dice nada yo me doy media vuelta y me voy.

~❤️~

Entro a la cafetería y me siento en frente de Mónica, espero no haberla hecho esperar mucho. —perdón la tardanza. -digo y ella sonríe.

—no te preocupes. ¿Qué tal todo? -pregunta. —bien, aun no le he dicho a mi mamá que me iré dentro de 30 días, pero bien.

—¿por eso tu carita de tristeza? -niego con la cabeza. —sigo pagando lo que hice. -ella me mira sin comprender.

—Simón.

—ah entiendo, entonces supiste lo de la chica. -la miro. —¿tú lo sabias?

—Luna me lo contó anoche.

—sabes no me apetece hablar de ello, mejor dime. Han sabido algo de Sharon.

—no, ni la más remota idea de en donde esta, ¿no ha intentado comunicarse contigo?

—no, tampoco he tenido señales de ella. ¿Cómo esta mi abuelo? -pregunto. —esta muy bien, me dijo que quiere que lo vayas a visitar, comentó algo acerca de que hace un mes que no te ve o algo así.

—así es, hace un mes nos vimos en un centro comercial. -ella sonríe. —¿sigue creyendo que vivo sola?

—sí, no entiendo porque le mentiste. -dice. —porque tu hija sigue creyendo que Manuel es mi novio, lo que significa que Simón aun piensa que estoy con alguien.