「capíтυlo 33」

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El sonido ensordecedor de un pitido resonó en sus oídos apenas recobró la consciencia. Veía luces borrosas por todas partes y sintió los latidos de su corazón acelerado bombear dentro de su pecho.

YoonGi...

—J-Jeremy— susurró con voz ronca y apagada mientras que sus ojos volvían a cerrarse.

»Cuando los abrió, se encontraba nuevamente en aquel bosque oscuro donde hombres encapuchados rodeaban al pequeño niño de cabellera negra que permanecía inconsciente en el centro del círculo junto a otro individuo, un anciano que al parecer practicaba la magia negra y que estaba muriendo.

—Jeremy.

—Él estará bien— susurró un Seokjin de apariencia infantil justo a su lado, YoonGi solamente asintió.

—¿Qué harán?— preguntó confundido.

—Madre hará un ritual.

—¿Para qué?

—Es un ritual antiguo, algunos lo llaman Urushdaur.

—Que extraño nombre.

—Si... ¿Y sabes en qué consiste?— YoonGi negó con la cabeza— consiste en extraer el alma de un cuerpo y ponérselo a otro.

—No entiendo.

—Después lo entenderás.

El ritual comenzó segundos después y YoonGi se mantuvo atento a cada acción y palabra de aquella mujer.

Recordaba que cuando la familia Park fue encontrada, su pobreza era grande y aquella secta ofreció un buen dinero por su pequeño hijo, pero los padres no aceptaron y así fue como madre secuestro al pequeño Jeremy tiempo después y lo obligó, durante meses, a hacer cosas que él creía, sólo los adultos debían hacer.

No entendía porqué los hombres y mujeres tocaban al niño sin pudor alguno, no comprendía porque lo golpeaban, porqué no tenían compasión de él. 

Sólo escuchaba cosas sobre perder la inocencia y fragmentar su alma para hacer la extracción algo más sencillo.«

YoonGi despertó por fin y lo primero que vió, fueron paredes de color blanco y cables delgados conectados a su cuerpo.

Todo le dolía, tenía vendas por todas partes y lo único que podía recordar, era a Jimin siendo llevado lejos de él, por lo que inmediatamente trató de levantarse, pero justo en ese momento una de las enfermeras entró repentinamente y su mirada quedó fija en ella.

La chica, al darse cuenta, dejó caer lo que tenía en manos y con expresión de terror salió rápidamente de la habitación para enseguida dar paso a un hombre que por su vestimenta parecía un agente de la policía.

—Min YoonGi— habló el hombre mirando unos papeles— ¿O prefieres que te diga Suga?

El peli negro se quedó callado, al fin lo habían atrapado. Todo estaba en aquella habitación de hotel, sus máscaras, su ropa llena de sangre, sus cuchillos... Todo aquello que robaban de sus víctimas.

—¿Cuanto tiempo llevo aquí?— cuestionó ignorando el comentario de aquel hombre. En ese momento solo le importaba Jimin.

—¿Dónde está Darkness?

Eso mismo se preguntaba él.

—¿Cuánto tiempo llevo aquí?— volvió a preguntar mientras sentía la desesperación empezar a invadir su interior, aunque no lo demostraba.

—Dos semanas.

La saliva pasó difícilmente por su garganta y sus manos empezaron a temblar. En dos semanas muchas cosas pudieron haber sucedido, y lo único que le preocupaba era Jimin.

—No sé dónde está, los tipos que me golpearon fueron los mismos que se lo llevaron.

—¿Hmm?— levantó una ceja y lo miró seriamente— Estás sospechosamente tranquilo, ¿Qué planeas?

—Nada. ¿Para qué ponerme nervioso si de cualquier manera estoy atrapado aquí? Ya sé lo que va a pasar y no tengo miedo.— respondió con voz ronca, pero tranquila, muy contrario a lo que ocurría en su interior.

El hombre asintió, aunque realmente le parecía muy sospechoso.

—Todo el lugar está rodeado, así que no intentes huir.

—No planeaba hacerlo.

El hombre dejó escapar una risa y salió de la habitación sin nada más que agregar.

En cuanto el peli negro se vió completamente solo, las lágrimas no tardaron en abandonar sus ojos, se sentía impotente, desesperado, no sabía dónde estaba su amado y qué le estarían haciendo.

No podía esperar más, así que con dificultad se puso de pie y a pesar de que su cuerpo dolió demasiado, no se detuvo.

En ese momento escuchó la voz de alguien afuera «Voy a entrar a revisarlo» dijo aquella persona, por lo que inmediatamente quitó todo lo que tenía conectado y arrancó uno de los cables para después caminar hacia la puerta, donde permaneció recargado unos segundos hasta que el médico entró a la habitación.

Fue ahí que lo sujetó del cuello con el cable y lo empujó hasta la camilla boca abajo para evitar que emitiera algún sonido. Apretó el cable viendo como el médico se movía desesperado y sin embargo, no lo soltó hasta que el hombre poco a poco quedó inmóvil.

Finalmente soltó el cable y vió el cuerpo caer. No sé arrepentía, era necesario hacerlo, o al menos desde su perspectiva.

Con rapidez empezó a quitar la ropa del médico para colocarsela. Era una suerte que fueran casi de la misma talla y que aquel uniforme cubriera perfectamente sus heridas.

Una vez listo, colocó al hombre en la camilla donde estaba antes él y lo cubrió con las sábanas. Peinó su cabello tratando de imitar al médico y tomó los papeles que sostenía anteriormente.

Tragó seco, no sabía si aquello podía funcionar, pero debía intentarlo, era la única salida, pues las ventanas estaban aseguradas con candados y dudaba poder saltar desde el último piso, además estaba un poco nervioso ya que debido a sus heridas, no estaba en condiciones de pelear con nadie, por ello, tragó seco y con las manos temblorosas tomó la manija de la puerta, y al abrir, lo primero que sus ojos captaron fue a dos hombres a los lados cuidando la entrada.

Bajó la cabeza para mirar los documentos y salió con pasos firmes, aunque el dolor fuera casi insoportable no podía demostrar su dañado cuerpo.

Sintió las miradas de aquellos hombres sobre él y trató de parecer tranquilo. Volteó levemente y vió a uno de ellos mirar el interior del cuarto. Su corazón se agitó en ese mismo instante, pero se calmó al escucharlo decir... "Parece que se quedó dormido".

Tragó saliva nuevamente y caminó directamente a las escaleras que por suerte estaban vacías, no había nadie por ahí. Bajó el primer peldaño y sintió las lágrimas aproximarse, dolía demasiado, por lo que empezó a bajar lo más rápido posible, y en el camino se topó con varias personas del hospital que simplemente saludaban pensando que era un médico.

Cuando por fin llegó a la recepción, vió las puertas de la salida, estaba tan cerca, estaba a punto de saborear la libertad, estaba a un paso de estar más cerca de su amado, pero antes de poder acercarse, una mano le sujetó del hombro.

—¿Pensaste que sería tan fácil escapar?

Sus piernas temblaron, no se sentía capaz de pelear con nadie en ese momento, pero Jimin lo necesitaba y él haría cualquier cosa por Jimin, así que metió lentamente la mano al bolsillo y sacó un bolígrafo que el médico llevaba consigo.

—No me vas a detener— susurró antes de voltear repentinamente y clavar el bolígrafo cerca de la yugular del detective.

Los gritos de dolor y las maldiciones no tardaron en ser escuchadas, pero YoonGi no deseaba conocer el desenlace, así que sin más salió corriendo del hospital. Corrió lo más rápido que pudo, importandole poco si llamaba la atención. Corrió hasta que después de un buen trayecto cayó en el suelo de un callejón oscuro y solitario.

Cerró los ojos y trató de controlar su respiración, sus heridas dolían, pero no tanto como su corazón al no tener a su ser más amado junto a él.

вajo la мáѕcara || уσσимιиWhere stories live. Discover now