Capítulo uno.

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Capítulo 1.

Estaba en el avión, me dirigía a Virginia, hoy sería mi primer día en el FBI. Había trabajado como inspectora en Nueva York, pero nunca estado en un lugar tan importante como este.

Llevaba puesto una camisa blanca con un pantalón, una chaqueta negra, y unos zapatos negros con un poco de tacón. Llevaba suelto mi largo pelo rizado.

Me estaba preguntando como seria trabajar en el FBI. Muchas preguntas pasaban por mi mente. Eché la cabeza para atrás y me dejé dormir para evitar más preguntas. Después de no sé cuánto tiempo exactamente, sentí a alguien sacudiendo mi hombro. Era mi acompañante del viaje, lo necesitaba para que me llevara a la Unidad de Análisis de Conducta.

-Despierta, ya llegamos -informó aquel hombre-

-Gracias, por despertarme -contesté confusa-

Aquel chico rubio, y serio me acompañó hasta el aeropuerto. Tuve que ir rápidamente a buscar mis maletas aunque esperé muy poco. Llevaba solamente una grande negra.

Después de pasar los controles, salí del aeropuerto, y alcancé a ver que afuera había un coche esperándome. Al subir, me encontré a un chico moreno, alto y musculoso.

-Bienvenida inspectora Hamilton -me dio la bienvenida amablemente- Yo soy Derek Morgan.

-Gracias. Llámeme solo Emma.

-Está bien Emma - arrancó el coche-

El viaje en coche duró unos 20 minutos. Morgan me explicó cómo es trabajar en el FBI y me habló de mis nuevos compañeros. Al parecer hay un chico que es casi como yo, tiene un IQ superior.

Después de esos 20 minutos llegué a Unidad de Análisis de Conducta y ahí estában ahi los otros miembros del equipo. Pero había uno que me llamaba mucho la atención. Uno muy guapo.

-Usted debe ser la inspectora Emma Hamilton, ¿cierto? Yo soy Aaron Hotchner -se presentó un hombre moreno-

-La misma. Vamos a pasar mucho tiempo juntos así que preferiría que me llamarais solo Emma o Hamilton -pedí amablemente-

-Hola Emma -saludó aquel chico que me parecía atractivo, me llamó por mi nombre- Yo soy el doctor Spencer Reid, he oído que tú y yo tenemos las mismas capacidades -hablé en un tono agradable-

-Si, casi -respondí con el mismo tono-

Los otros compañeros se me presentaron también, la agente Jennifer Jareau pero prefería ser llamada JJ, la analista Penélope García y los agentes especiales David Rossi y Emily Prentiss, pero el que más me llamó la atención era el doctor Reid, él era como yo. Aparte de eso era muy atractivo.

-Hamilton, hay un nuevo caso, lo recibimos hoy por la mañana. Me temo que tendremos que viajar a Alaska, al parecer hay un asesino suelto en un pequeño pueblo -explicó Hotch-

-Gracias por informarme, ¿cuándo salimos? -pregunté-

-Dentro de media hora, te dará tiempo a hacerte amiga de los otros y por cierto, Garcia, tu también vienes -salió con una carpeta en la mano-

-Y bueno _____, ¿cuántos años tienes? -preguntó JJ para iniciar una conversación-

-Tengo 26, casi 27 -respondí-

-¡Wow! Eres la más joven de aqui, hasta eres más joven que Spencer -contó Prentiss asombrada-

-¿Cuantos años tiene Reid? -pregunté curiosa-

No lo pregunté solo por curiosidad, sino porque ese chico me interesaba, y me interesaba bastante.

-Tengo 30 -respondió Spencer- puedes llamarme Spencer, no me molesta, a Hotch es al que no le guste que lo llamenos por su nombre-

Le regalé una sonrisa en señal de agradecimiento.

-Bueno, salimos en media hora, voy a hacer la maleta y a cogerme ropa calentita, en Alaska hace frío -cambió de tema Penélope-

-Si, yo voy a hacer lo mismo -añadió Prentiss-

-Y yo -dijo JJ-

En cuestión de segundos todos se habían ido, solo quedamos Spencer y yo.

-Supongo que tu también irás a hacer lo mismo, ¿no? -pregunté-

-Si, debería -se levantó de la silla de la mesa redonda- Oye, ¿cuál es el hotel en el que estás en Virginia?

-Es el hotel "Ferris Wheel".

-¡Oh! Queda a unas 4 manzanas de mi casa, ¿te llevo?

-Me harías un gran favor -sonreí-

Salimos fuera de la UAC, yo seguía a Spencer ya que no sabía cuál era su coche. Vi uno grande negro, no sabía de que marca era, pero vi como Spencer lo abría con el mando a distancia. Yo me subí y el empezó a conducir lentamente.

-Te parece bien si te dejo en el hotel y luego vuelvo aquí a recogerte, supongo que no tienes tu coche aquí -propuso-

-Si, sería genial. La verdad es que aún no. Acabo de llegar, y no me dio tiempo de alquilar un apartamento siquiera. -conté-

-Te entiendo, no tenemos mucho tiempo aquí -dijo manejando-

-Si, tienes poco tiempo pero haces algo que realmente te gusta -exclamé sonriendo-

-Pillar asesinos en serie, eso me encanta -se burló-

-Lo que más me gusta de este trabajo es que salvas la vida de la gente, haces el mundo más seguro, y eso para mí significa más que cualquier sueldo -le estaba siendo sincera- La gente se siente protegida al saber que existimos, llevamos un peso muy grande en nuestros hombros.

-Si, es increíble eso, te sientes genial al saber que salvaste una vida. Cuando los familiares nos lo agradece, y es esos brillos en sus ojos... Aunque también tiene sus cosas malas. Cuando fallas, no te lo sueles perdonar fácilmente y esos demonios te atormentan.

Después de nuestra charla Spencer estuvo conduciendo el coche durante 5 minutos más y me dejó en el hotel. Me despedí de él y le deje mi número de teléfono por si acaso. Fui a recepción y dije mi nombre; los que me trajeron aquí se encargaron de traer mi maleta y aquí y de reservarme una habitación.

-Habitación 17 planta 3 -informó la recepcionista-

-Gracias -tomé la llave-

No cogí el ascensor, subí las escaleras hasta la tercera planta y busqué mi habitación. Abrí la puerta y era una habitación bastante bonita. Tenía un pequeño baño, una cocina pequeña, una cama grande y una tele. Yo no necesitaba más.

Vi mi maleta al lado de la cama. Busqué un bolso de viaje para meter algo de ropa gruesa. No me cambié mi ropa, iba a ir vestida tal y como estába, me llevaría en la mano un chaquetón grueso.

Después de hacer el bolso de viaje bajé rápidamente y esperé a Spencer. Tardó como 6 minutos. Me aburría bastante mientras estaba esperándolo.

-Perdón por tardar. Vamos, sube -se disculpó-

-No te preocupes.

Subí al auto y fuimos directo a la UAC, aún nos quedaba un cuarto de hora, había que aprovecharlo de alguna manera.

Mi objetivo [Spencer Reid]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora