Capítulo 20: Quieres ayudarme?

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Dominic

Luego de tratar de sacar la bala y detener la sangre, Zeus murió. La reanimación no funcionó, se había ahogado en su propia sangre. Llevé mi vista a Raven, estaba destrozada, yo mismo me sentí mal. Me aparté y la chica se recostó sobre el perro a llorar. Lo abrazaba y le decía que lo amaba. Que lo sentía mucho. Salí de la sala y me deslice por la pared para sentarme en el suelo. Vi mis manos llenas de sangre. Había sido un día lleno de emociones.

Fui a mi oficina y fumé un cigarrillo, caminé a la entrada y vi el zombie en el suelo, muerto. Le dije a Jason que me ayudara a llevarlo a la morgue donde tenía el cuerpo de Jeremy. Este Zombie era de los primeros, quizá me ayudaría en algo para los análisis.

Tomé mis armas, varias municiones, algunas mantas y algunos medicamentos. Llené una mochila con algo de comer y agua. Fui a la camioneta, subí a ésta y me quedé viendo el asiento lleno de los pelos del pulgoso. Me sentía culpable por no haberlo salvado. Tomé la cajetilla de cigarros y fumé otro. En eso un ruido me sacó de mis pensamientos. Raven había abierto la puerta.

-A dónde vas a ésta hora?

Tenía los ojos rojos, hinchados de llorar.

-Necesito pensar, Raven. Vendré por la mañana.

-No quiero quedarme con esos incompetentes. Sabes que mataré a Amanda.

Asentí

-Sube.

Mientras conducía miré a Raven ida en la ventana.

-Siento mucho lo de Zeus.

Ella asintió.

-Lo salvaste una vez, te lo agradezco.

-Pero no pude una segunda.

-Tienes un cigarrillo?

Asentí y le alcancé el encendededor. Mientras merodiaba la ciudad en busca de algún zombie estacioné el auto y caminé hacia el refugio de las mujeres. Raven me ayudaría con algunas cosas.

-Hola, doctor! Vino muy pronto.

Vi que habían conseguido una cubeta de aluminio para hacer una pequeña fogata cerca de su cama improvisada. Raven se me unió luego de unos segundos. Fui a revisar el bebé, la madre estaba pálida pero me sonrió.

-Traje algo para el dolor de su herida. No debe tomar más de una tableta cada 8 horas o podría matar al bebé mediante su leche materna.

-Gracias, doctor.

-Aquí están las mantas.

-Gracias, Raven.

Saqué algunas latas de sopa y panecillos para las mujeres. La madre abrió una y se la dio a su hija, estaba muy débil.

-Saben si hay más personas aquí cerca?

-No. Escuchamos algunos gritos al anochecer pero creemos que son infectados.

-Bien. Vendré mañana.

Raven acariciaba la mejilla del bebé. La vi quitarse el abrigo y dárselo a la nueva mamá. Caminó hacia mí y me miró algo seria. Subimos al auto y nos quedamos en silencio.

-Cuando tuve a Joyce, no tuve a nadie que me ayudara. Casi muero de frío y hambre.

La miré atento.

-No soy mala, Dom. No quiero morir aquí como la ladrona o la prostituta que fui.

-Siempre puedes comenzar una nueva vida.

Ciudad En Ruinas: Operación OmegaWhere stories live. Discover now