Capítulo 7: Hola, amorcito!

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Dominic

-No quieras verme la cara. No te voy a dar morfina.

-Eres despreciable. No te iba a pedir morfina. Puedes burlarte lo que quieras pero tengo mi dignidad.

Me encogí de hombros y ella se metió al baño. Me acerqué a la bolsa de medicamentos. Tomé una jeringa y todo lo necesario para administrar una dosis de morfina.

-Ven aquí... -Le dije cuando se resignó a salir 20 minutos después. Se había duchado y cambiado la ropa.

-Qué?

-Que vengas.

La chica se sentó en el sofá  junto a mí. Me vio algo enojada. Le suministré la morfina y ella me vio confundida.

-Tu adicción es más fuerte que el dolor. Te escuché quejarte un par de veces por tus heridas. Con eso dormirás bien.

-Gracias.

-Sabes modales. Perfecto!

Ella me miró seria.

-Me llamo Raven. Bueno, ese es mi nombre con el que me conocen aquí, y al cual me he acostumbrado pero mi nombre real es Abigail Clark.

-Bien. Mucho gusto, Abigail.

-Raven...me gusta más.

-Okay, Raven. Ve a dormir, no quiero que vayas a caer por ahí.

-Puedes dormir en el sofá.

-Gracias!

Me recosté en el sofá y traté de dormir un poco. Por la mañana escuché al perro ladrar. Abrí mis ojos y vi la boca de una pistola.

-Buenos días, príncipe encantador.

Era un hombre castaño, muy delgado con cadenas de oro y grandes dijes.

-Buen día, Mario Baracus.

-Eres muy gracioso!

Era otro tipo detrás de él. Estaba acariciando a Zeus. Era un tipo fornido de un color de cabello entre canoso y castaño, aún así lucía muy joven. Traía una gabardina negra.

-Sí, algo. En general cuando tengo un arma a centímetros de mi rostro.

-Dónde está Raven??

-Quién? La drogadicta? Porque tengo que saberlo.

-Los vi entrar juntos anoche.

-Y tú quién eres?

-Su novio.

-Ya veo por donde va la cosa. No, no me acuesto con ella y no tengo idea de donde esté. Sólo dormí en este sucio e incómodo sofá.

-Zeus.

El perro empezó a ladrarme algo ofuscado.

-Eres un traidor! -Le dije al perro mientras me enfrentaba algo agresivo.

-Zeus, déjalo!

El perro retrocedió al escuchar la voz de Raven. Ella había aparecido en la puerta del apartamento, llevaba el arma de Troy. Su pulso temblaba notablemente.

-Hola, amorcito! -Era el tipo. -Te ves terrible! Quieres una línea?

-Esperaba que un zombie te hubiese chupado la sangre.

-Es así como recibes a tu querido novio.

-Tú y yo no tenemos nada, Frank. Cuantas veces quieres que te lo diga.

Ciudad En Ruinas: Operación OmegaWhere stories live. Discover now