Capítulo 21: Cenizas y Perdón

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Observé los ojos colgar de mi mano, casi iguales a los que le regalé al loco que tengo como esclavo. ¡Oh bueno, que cosas! Reí fuertemente.

De repente, escuché unos pasos atrás de mi. Alguien más vino a jugar. Giré a ver quién era. Era una pequeña niña, un poco mayorcita que el niño que acabo de matar. Sonreí amigablemente y me acerqué a ella y me agaché a su tamaño, saludándola. 

- Hola pequeñina. ¿Qué haces despierta?- Se me quedó viendo unos segundos antes de señalar el cuerpo de su hermano.- ¿Tú hermano? Oh, no pasa nada. Sólo está descansando en la mesa del comedor. ¿Algo raro no crees?- Soltó una pequeña risa. Toqué levemente su cabecita. Recordé un momento que tenía algo en el bolsillo. Saqué un peluche peludo de mi bolsillo y se lo mostré.- ¿Ves a este amiguito? Puede ser tuyo si lo deseas.- Reí levemente. 

Asintió levemente. Se lo di y me levanté. Dejé a la niña pequeña, sin antes escucharlo hablar.

- ¡Hola amiguita! ¡Soy Mr. Widemouth! ¡Y seré tu amigo!- La pequeña rió inocentemente.- ¡Sólo bromeo, hoy morirás!-

Salí del hogar escuchando a la dulce niña gritar y a Mr. Widemouth asesinarla a sangre fría. Me detuve un segundo para sacar un cigarrillo. Lo prendí y succioné de ella. Solté un gran hilo de humo. Miré al suelo, había un camino de gasolina en la entrada de la casa. ¡Oh,no! ¿Quién lo habrá puesto? Sonreí. Me alejé del hogar y tiré para atrás el cigarrillo. De un dos por tres la casa se tornó el llamas.

 Accidente humano. ¡Qué horror! Mi risa retorcida se escuchó a los mil vientos mientras me elevaba y caminaba hacia el bosque. Las maravillas de ser un fantasma ahora. Aunque no la niego, a veces extraño ser el payaso de circo que era antes, de carne y hueso.

- ¡Hijo de perra! ¡Casi me quemo!- Gritó una voz aguda a más no poder. No le hice caso.- ¡Oye!- Volví a escuchar, rodee los ojos.- ¡Ven aquí ahora si no quieres pelear!- La voz aguda se transformó a una grave y rasposa. Suspiré cansado y bajé a la tierra, sin tocar el suelo. 

- ¿Qué quieres?- Vi a Mr. Widemouth bastante enfadado, tenía cenizas en todo su pelaje y una llama pequeña sin apagar en su cabeza. 

- ¡Eres un cabrón! ¡Casi me quemo entero!- Gruñó, dandome una golpe en la mejilla. En el cual falló ya que traspasó.- Mierda, se me olvidó que tienes esa habilidad.- 

- Lo sé.- Reí.- Pero sobreviviste, problema resuelto.- Volví a elevarme un poco y apagué su llama con soplarle como si fuera una vela.

- Te odio. ¿Lo sabías?- Siguió caminando el pequeñin.

- Todos me odian.- Sonreí.- ¡Y lo adoro!- Otra risa salió de mi sin poder controlarme.

Regresamos a los infiernos junto a Zalgo. Llegué a mi parte de todo el palacio de Zalgo, es algo grande, pero de qué puedo esperarme de Lord Zalgo. Él cumple. Al cerrar las puertas, escuché unas cadenas sonar y retorcerse. De nuevo tratando de escapar, no ha aprendido este imbécil. Mi cuerpo se volvió a agrandar mientras más pisaba y entre más me acercaba a mi querido esclavo. 

- ¿No has aprendido aún?- Volteó a verme con una mueca de desagrado. Ahí estaba, de rodillas y amarrado con un collar en el cuello  y sostenido con una cadena.

- ¿Qué quieres, payaso?- Contestó, intentando quitarse las cadenas metalicas de las muñecas.

Le di una cachetada, dejandole la poca mejilla que tiene roja. Lo tomé del cabello y jalé su cabeza para arriba, obligándolo a verme. 

- Se nota que no aprendes.- Tomé su barbilla.- Hacia a mi, no te diriges así.-

Enamorado De Una Mentira (Laughing Jack x Jeff The Killer)Where stories live. Discover now