Capítulo 17: "No me perdones"

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P.D.V Laughing Jack

Sé que hice la decisión correcta, yo lo sé. ¿Por qué me siento tan culpable? Jill estaba sangrando, ella nunca había estado en una pelea así con alguien. Perdió más sangre de lo que normalmente perdía. ¿Por qué la pienso tanto? Jeff está aquí, llegó con vida. Así que no pasa nada, esta bien. Se lo advertí, se lo dije, que no se meta con mis amigos, mi familia. Como era de esperarse, no me escucharía y esa fue su consecuencia. Se lo hice saber. ¿A quién engaño? No le dije nada, solamente me disculpe con él y él hizo lo mismo. Pero al parecer, no lo dijo en serio.

 Me siento culpable. Yo soy el culpable en que esto pasara. Y no puedo decirle la verdad a Jill, ha sido tan buena conmigo, siento que le puedo romper el corazón con decirle lo que en verdad siento. Me complico la vida. Tengo que disculparme con los dos. 

No me he movido de mi cama, el conejo ha estado encima mío todo este tiempo, aun dormido. Sally vino por él a darle de comer, para volver a ponerlo aquí devuelta. Volví a pasarme, por tercera vez, las manos por mi cara. Siento bastante presión, digo, tengo las almas de los niños en la bolsa y la sangre de Jeff en una botella pequeña de muestra. Gracias al ponerle presión a su cuerpo, logré recolectar la sangre que estaba cayendo de su herida. 

Voltee a la mesita de noche, saqué del cajón la sangre de Jeff. Giré lentamente el frasco. Pegué el frasco a mi frente. No quise hacerlo, maldita amenaza, lo que hago por defender a los que quiero. Esta noche, se lo entregaré personalmente a Zalgo. ¿Hoy es domingo, no? Justo a tiempo. El conejo se acercó a mi brazo, intentado oler el frasco. Reí por lo tierno que alzaba su patita. Dejé nuevamente el frasco en el cajón y lo cerré, poniendo mi atención en el conejo. 

- No creo que quieras oler eso, amiguito.- Jugué tocando su nariz, en el cual él respondió tomando mi dedo. Ahora que recuerdo, no tiene nombre. Debería ponerle uno. No, mejor dejo que Sally le ponga un nombre. 

Miré el reloj, era tarde, 2:26. Debería levantarme. 

Después de bañarme y cambiarme, deje salir al conejo, fui atrás de él. Dejé que corriera por la sala. Veo que Smile no le hace nada, parece que no le debe de importar. Aunque pienso que su instinto dice que debe comerlo. 

- Laughing Jack, buenas tardes.- Saludó, sentado en el sofá con un libro en manos.

- Hola, Slender.- Abrí el refrigerador, buscando algo qué comer. Encontré un  filete y puré, los saqué y los coloqué en un plato.- Lamento por levantarme tarde.- 

- No pasa nada, anoche te veías rendido.- Abrí el microondas, metí el plato.- ¿Esta todo bien? Saliste corriendo cuando Clockwork contó que escuchó un ruido afuera y fuiste a ver sí Jeff estaba en su cuarto.-  Marqué unos dos minutos y esperé a que se acabaran.

- Sí, eso espero.- Contesté, apoyando mis codos en la mesa.- ¿Jeff despertó?-

- No lo sé, no ha bajado, ni su hermano.- Sacó un tentáculo, alejando al conejo de Smile. ¿Su hermano está aquí? Vaya, quien lo hubiera imaginado.- Él lo trajo hasta acá.- Me imagino que eso es malo. 

Escuché la alarma del microondas, saqué el plato caliente. Cerré el micro, tomé cubiertos y me senté en la mesa para empezar a comer. Dejando que Slender me siga contando lo que paso ayer. No me quiso contar a detalle lo que sucedió con Jeff, perdió la consciencia antes de que E.J pudiera trabajar con la cortada. No sabía cómo sentirme sobre eso, debí ayudarlo también. Tuve que escoger entre dos personas que quiero. Esa fue la parte difícil. Mi mente no me dejaba procesar en ese momento. Hablé con Slender sobre eso pero, no le conté lo que pasó entre él y yo. 

Miré el reloj de pared, debería partir ya. Lavé los platos al terminar al igual que mis manos. Regresé por la bolsa con las almas y la sangre. Salí al bosque. Me convertí en un humano y pasé la barda. Con manos en los bolsillo, caminé por la ciudad. Saqué mi celular junto con unos audífonos, me los coloqué, dejando reproducir una canción aleatoria. Hacía una agradable clima, lamentablemente no la disfrutaré por mucho tiempo. A las afuera de la ciudad, había una fábrica de acero abandonada, aun tenía las cintas amarillas, algo rotas. Todo estaba oxidado, el color azul ya no se notaba tanto. La puerta parece una puerta de submarino. Tomé la rueda de en medio con ambas manos, la giré. Empujé hacia adentro, estaba estancada otra vez. 

Enamorado De Una Mentira (Laughing Jack x Jeff The Killer)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt