Figlia Della Mafia

Papi, te odio.

Pfff, no puede ingresar a mi habitación. No le tengo miedo, además sé que nunca será capaz de castigarme. ¡Nunca lo hizo!, ni siquiera aguanta regañarme, se siente mal consigo mismo luego de que me regaña.

Pero repentinamente escuché como la cerradura era abierta, junto con la puerta. Una gran oscuridad, producto de su sombra hiso recordarme lo pequeña y frágil que era yo. Sentí como me fulminaba con la mirada. No voltearé por mi seguridad, no voltearé por mi seguridad.... no voltearé.

- ¿Te crees muy chistosa cierto?, ¿Crees que siendo caprichosa y orgullosa lograrás todo cierto?, ¿Siempre corre papi al rescate y resuelve tus problemas verdad? -su voz sonaba muy fría y distante. Se refería a él mismo con tanta indiferencia- ¿Quién te crees que eres?, ¿Piensas que me tienes en tus manos?, no creo que hayas olvidado... quien soy yo realmente verdad -su voz se había vuelto sombría.

Sentí su fría mano posar sobre mi hombro derecho. Estaba helada, ¡Dios!. ¿Cuánto tiempo esperó afuera?.

- ¿Recuerdas quién es PAPÁ verdad? -sentí su psicópata y terrorífica aura envolverme lentamente, como asfixiándome en un terror y amargura que hace años había olvidado y encerrado en lo más profundo de mi ser.

Entonces un escalofrío recorrió mi cuerpo, y mis pies y manos empezaron a temblar y tensarse.

- ¿Estás temblando? -casi podía imaginarme su psicópata y siniestra sonrisa que en estos momentos ha de tener pintado en su rostro- Que tierno que hayas recordado quien es tu padre -tenía razón.

Acabo de recordar quien es mi padre. Y acabo de recordar la hija de quién era yo.

Entonces aparté su mano y me levanté. De espaldas a él. Abrazando en mis brazos a mi querida muñeca. Había dejado de temblar. Recordé quién es él, y quién soy yo.

Una hermosa sonrisa muy familiar, que yo ya conocía pude notar formarse en mí misma.

Entonces me giré y lo miré. Con la misma frialdad que el me había dedicado en más de una ocasión en mi joven vida.

- Claro que sé quien es mi padre, es el demonio en persona -le dije indiferentemente fría mientras observé su serio rostro mirarme con amargura- Yo soy su única hija después de todo, soy Camille Galante, la hija estúpida de un demonio como Dave Galante -dije alzando una de mis cejas y mirándolo desafiante.

El no mostraba ninguna cara de felicidad. Frunció el ceño y me miró sombriamente serio.

- ¿Osas levantarte contra tu padre? -fue lo que murmuró fríamente.

- ¡Tú eres un grandísimo mentiroso!, Y abriste la puerta sin mi permiso, es mi habitación, mi lugar, aquí yo doy órdenes -le grité temblando de miedo.

Ambos nos mirábamos de la misma forma. Desafiantes, fríos y serios. Ninguno estaba bromeando ahora con el otro. Ambos hablábamos muy en serio. Mirarlo así me paralizaba todo el cuerpo, sentía temblar cada parte de mí. Si realmente ya no me quiere, podría matarme por levantarle la voz.

- ¡Awwww!, conmovedor, tal palo tal astilla -apareció repentinamente mi tío en pijama de colores muy tiernamente mientras nos abrazaba a ambos terminando con el momento de tensión que entre ambos había surgido- ¡SELFIE! -dijo tomando una foto de los tres.

Obviamente el salió sonrientemente burlón y nosotros dos como unos amargados.

- ¡Idiota! -dijo mi padre golpeando en la cabeza al tío Pietro.

Ahora si parecía molesto. Y yo también debo admitir que estaba algo molesta, estaba tratando de vencer a mi padre en su propio juego y el viene e interrumpe alegremente.

- ¿Por qué ambos me miran con tanto "amor"? -dijo sonriendo nerviosamente- Ay, estos me trae recuerdos -dijo abrazandonos otra vez.

Papá lo tiro al suelo.

Y ambos nos miramos, asentimos y empezamos a patearlo suavemente luego de que mi padre lo tirara al suelo.

- ¡Ay ay ay!, Duele -decía mi tío- El Rey Demonio y la Princesa Demonio me golpean -dijo entre sollozos.