—Pero yo tengo una hija —sonreí al ver a la pequeña durmiendo en los asientos de atrás, cogí la mano de Evane entre las mías y sonreí abiertamente.

—Que no se te olvidé que es mi pequeña amiga Shami y en el momento en que me enamoré de ti, supe lo que conllevaba hacerlo porque ella era parte de ti; y aún sin aceptarlo, mi corazón la ama de igual manera —sentí como el cuerpo de Less se iba relajando poco a poco y se sonrojó—. Además yo soy el que teme no protegerte.

—Cuando me enamoré de ti, supe lo que conllevaba salir contigo; entonces no nos estaríamos protegiendo. Nos protegemos entre los tres —sonreí con más ánimo y le robe un pequeño beso.

—Les vas a encantar.

Y no mentí.

Mi mamá la recibió con los brazos abiertos, Ignacio le dio la bienvenida a la familia y a mi hermana, ni hablar. Pasó preguntándole de todo y jugando con la pequeña para que se sintiera parte del círculo.

Mi madre le recordaba, incluso contaron una que otra anécdota vergonzosa de mi infancia, o lo que hacíamos con Evane.

Es más, ni yo sabía que una vez le di un golpe a un chico que se burlaba del físico de Less cuando teníamos cuatro. Según mi madre, le rompí la nariz cuando él intentó besarla y Less dijo que no, y aún así quería besarla y le dijo que era fea y sería el único que besaría a un cerdo. Y yo lo golpeé cuando vi la escena. Casi me expulsan pero al final estaba defendiendo a una compañera y expulsaron al otro niño. Wow.

—Desde que recuerdo, Less y Dev se protegían; iban de un lado a otro juntos y casi nunca se separaban. Aún recuerdo cuando Less nos llevaba panqueques los domingos.

—Los panqueques del señor bigotes —río al recordar aquello—. No tenían forma de conejo pero no decía nada para no herirla.

Cuando sentí, Less me había golpeado por debajo de la mesa.

—En mi defensa eran deliciosos —reí y me incliné hacia ella y besé su mejilla con cariño.

—Claro que lo eran, pero eran feos. Debes admitirlo —le miré divertido y ella asintió.

—Pero eso me hacía encantadora. Además, hoy en día los sigues comiendo. Y a Shami le encantan.

—Solo que ahora si tienen forma del Señor Bigotes —puntualice y mi pequeña amiga levantó la vista de su plato y se rió. Todos lo hicimos porque tenía toda la boca manchada. Tiene la misma maña que yo, siempre nos manchamos toda la cara al comer.

—Es cierto mami... te cuesta hacer el bigote.

—¿Cómo la tienes en este momento? —reí y me levanté de mi asiento, para arrodillarme al lado de Shami. Cogí una servilleta y la limpié delicadamente por todo su rostro con una sonrisa—. Eres un desastre para comer bonita —bese su cabeza. Ella me sonrió y me abrazó.

Sentí ese momento tan eterno entre ambos, una pequeña conexión que ni siquiera me percaté de las miradas de todos y como la mesa se ponía en silencio. Me sonrojé cuando noté a Less viéndonos con ternura.

***

Estábamos en la sala jugando Cranium. Los equipos eran: Ignacio, Less y mi hermana; y el otro grupo era mi madre, yo y la pequeña Shami. No es por presumir, pero mi equipo tenía la delantera.

—Odri... tengo sueño — susurró la pequeña mientras se restregaba la mano en sus ojos y se recostaba en mis piernas.

—Ven cariño... te llevaré a dormir —dijo Evane levantándose de su asiento y extendiendo sus brazos.

Hermosa Pertinencia (Beautiful Last Chance)Where stories live. Discover now