Capítulo 16- Un paso hacia adelante

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Cuando volvió a girarse, bajó la toalla hacia su cintura, agachándose para que los demás no puedan verla.
Ató de nuevo su coleta, haciendo que su cabello se vea más corto de lo que era.

—Allá voy.

Con delicadeza se posicionó en su espalda y Daisuke la cargó con rubor en sus mejillas. Puso sus manos en sus muslos para cargarla.

—Asegúrate de girar la cabeza.

Eso hizo; giró su rostro, apoyándolo hacia el otro lado de la pared. También apretó con fuerza sus brazos, los cuales estaban rodeando su cuello; no quería que sus pechos fuesen descubiertos, aunque estaban tocando la piel de Daisuke.
Tampoco le importó; aquellas cosas eran delicadas, pero el único chico que podría ponerla nerviosa en aquella situación era Boruto. Boruto Uzumaki.

Daisuke comenzó a andar.
Sarada cerró sus ojos con fuerza. Cada paso que él daba, ella podía notarlo por el trote.

—Eh, Daisuke, ¿qué pasa?— preguntó un compañero, interrumpiendo los pasos del rubio—. ¿Está bien el chico?

—Ah...— Sarada notó sus nervios—. S-Sí— afirmó—. Se sobrepasó con el tiempo y se siente mareado. Iré a la enfermería de los balnearios con él, ¿está bien?

Mitsuki prestó atención en aquella conversación. Aquellos morenos cabellos... Incluso había una pequeña cicatriz en el hombro de Sarada.

<<¿En qué lío te has metido ya?>>

—Mitsuki, ¿por qué sonríes?— preguntó Boruto, haciendo que prestara atención.

Sarada y el chico rubio ya habían salido de ahí.

—Ah, nada. Es por Sarada-chan.

—¿Sarada? ¿Qué pasa con ella?

—Nada. Solo me preguntaba qué hacía en el balneario de hombres con ese chico— soltó con una sonrisa, intentando hacerle ver a Boruto que era ella.

—¿Eh?

Tardó en darse cuenta, pero asintió ante su compañero. Ese cabello, esos comportamientos extraños... Pero, ¡ese maldito chico! ¿Qué diablos hacía Sarada? Si se metió en problemas solo tenía que pedirle socorro. Rápidamente se levantó, yéndose en su busca.

—¿Qué pasa?— preguntó Mitsuki.

—¡Absolutamente nada!

Todos ya sabíamos lo molesto que estaba y lo molesto que era la situación en sí. ¿Sería real que se encontraba mal? ¡Él debería ser su apoyo, y no el estúpido desconocido! Corrió. En las taquillas se puso el pantalón, olvidándose de la ropa interior y lo demás. Sus piernas se movían solas, a la par que su corazón palpitaba con fuerza.

<<¿Por qué diablos estoy pensando que se fue a su habitación?>>

¿Dónde estaba? ¿Cómo diablos la encontraría?
Al abrir la puerta de la enfermería, ella no estaba.

—¡Diablos!

¿Así de mal se sentía ella cuando le escuchó hablar de los pechos de Kuna?

***

—Los Ōtsutsuki celebrarán el inicio de la ceremonia lunar con un baile, se hace cada año, aunque este es diferente, ya que invitaron a personas de otros clanes importantes— explicó Daisuke, sirviéndole algo de té. Sarada ya estaba vestida, prestando atención a las palabras de aquel rubio—. Así que nadie va a rechazar la invitación.

—¿En qué consiste esa ceremonia?— apoyó el codo en esa mesa, poniendo su otra mano en la taza de té.

—Realmente nadie lo sabe. Creo que por eso todos quieren ir.

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