Capítulo 14- Ella Ōtsutsuki (2/3)

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Taiyō y Sakura comenzaron a mecer a su hija recién nacida en aquella cuna. No pudieron evitar sentirse felices, aunque no completaba la felicidad de la Ōtsutsuki.

<<Te pareces tanto a ella...>> pensó Sakura, mirando cómo los ojos de su hija la estaban mirando. Su cabello, en cambio, era blanco. Blanco como Taiyō, de pequeños cabellos de un color bastante potente y singular. <<Ella... Mi querida hija>>. Aunque aquella niña había sido fruto del chantaje hacia ambos padres, la querían.

—Esposo— habló Sakura. Comenzó a sentirse bastante mal. Su verdadera familia, en aquel sitio, solo era Ella. Quería vivir con ella junto a Sasuke y Sarada. ¿Cómo se lo diría al Uchiha? ¿Cómo se lo diría a su pequeña?—. Voy a tomar el aire.

—Por supuesto, ten cuidado.

La Ōtsutsuki se marchó, sentándose al filo de la ventana del pasillo. Más allá de las estrellas, estaba la tierra. El sitio que resguardaba a su pequeña.

—Diez meses han pasado...— susurró hacia la nada, alzando su mano. Intentó capturar aquella esfera; intentó capturar la tierra. Desde su perspectiva, no era nada. ¡Pero era taaaanto!— Ya debisteis de haberos dado cuenta... Diablos, ¿me odiáis?

Sintió esa puñalada en el cuerpo, pero debía de aguantar. Cerrar sus ojos y contar hasta diez.

«Han pasado ya muchas cosas. No pueden odiarte».

—Quiero ir ahí.

Cerró su mano, capturando, ante su falsa realidad, la tierra.

—Quiero tenerlos entre mis manos. Mis hijas...Sasuke-kun...— susurró—. Hinata e Ino deben de estar furiosas o desesperadas.

«Vamos a ser positivos: la luna se ve cada noche

—Tan cerca y tan lejos.

—Sakura Ōtsutsuki— quien era como el padre de Taiyō quedó quieto ante la presencia de su nuera. Alzó su mano, provocando que Sakura cerrara fuertemente sus ojos, esperando a ser golpeada como de costumbre. Aunque no recibió impacto—. Hoy te has portado bien, no pienso castigarte.

«¡Viejo inútil, si me liberaras podría con mi pezuña!»

—Padre— habló, saludándolo. Así quería ser nombrado por Sakura, aunque no merecía tal nombre—. Estaba descansan-

—Descuidando a tu hija.

Mordió sus mejillas. Podrían recriminarle mil cosas, pero no decirle de forma indirecta que ella era una mala madre, porque no era así.

—No subestimes a Ella— para sorpresa del mayor, Sakura se puso delante de él, desafiándolo. Mostró su largo cabello balanceándose de lado a lado. Clavó su amenazante mirada en él—. Ni siquiera siendo un bebé. Le aseguro que es mucho más fuerte que usted. Y se lo advierto— gruñó, tomándolo por el cuello. Sakura lo alzó con su fuerza—. Si le llega a tocar un puto pelo, será hombre muerto.

Para sorpresa de la Ōtsutsuki, el hombre comenzó a reír. ¡Era su nieta! ¿Es que acaso eso no contaba?
No, para nada. A aquella rama de Ōtsutsuki no les importaba nada.
Salvo Taiyō. Él era diferente al resto.

—No amenaces a alguien celestial. Tú, simple Aika. Ante nosotros no eres nada ni nadie.

—¿Entonces por qué estoy a-

«Basta, Sakura. Soy el primero en querer partirle el trasero en tres, pero siguen teniendo a tu familia. Mientras ellos estén a los ojos de la luna...»

—¿Se te comió la lengua el monstruito?

Soltó al hombre, girándose por completo. Mordió sus labios de nuevo, pero esta vez, hasta tal punto de clavar sus dientes hasta lo profundo.
Necesitaba callar, y para ella no sería fácil.

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