Capitulo 19

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Lena cerró la puerta de su casa.
Lo único que quería hacer era hablar con su papá asi que se aproximó a la puerta de su estudio, tocó un par de veces y escuchó a través un "pase", Lena hizo lo indicado y paró frente al escritorio de su padre.

La chica tenía los ojos hinchados de tanto llorar y su cabello un poco revuelto de tanto jalar mechones de el en el camino. Era algo que solía hacer Lena cuando entraba en crisis.

—Papá... — comenzó a decir Lena pero pronto su padre la calló.

—Lena, mi amor, estoy muy ocupado, si quieres algo pideselo a mi asistente y ella te lo comprará, por favor cierra la puerta antes de salir, te amo —dijo el hombre llenando una serie de papeles sin levantar la mirada ni una sola vez.

No había pasado ni un minuto y su padre prácticamente la habia corrido.

El corazón de Lena se rompió mas de lo que ya estaba. Ella necesita a su padre y este la había ignorado.

¿A ese punto habian llegado?

"Mamá me hubiera escuchado".

"Mamá me hubiera abrazado".

"Mamá me hubiera dicho que todo iba a estar bien".

Pero su mamá no estaba ahí, y ya no regresaría jamas.

—Yo también —murmuró Lena dando media vuelta para irse.

Salió del estudio y admiró su gran casa.

Estaba sola, como siempre, a excepción del unico angel quien aún habitaba ahí, su nana.

Ahora, Lena tomó camino a la cocina, donde siempre estaba su nana.

La Nana sintió la presencia de la chica y volteó para mirarla, la analizo unos segundos y después siguió preparando la cena.

—Pero yo te dije, el karma existe y pronto vendría por ti, veo que ya llegó — dijo sin mirarla.

Tenía razón. El karma había perseguido a Lena por mucho tiempo y por fin la había alcanzado.

—Llegó sin aviso, como un golpe en el estamago —contestó Lena.

—¿Y qué quieres qué haga? ¿Te mato un pollo y te hago un mole?

Lena se rió del descaro de su nana. Ella sabía que la estaba pasando mal, sin embargo decidió castigarla.

Tal vez era eso lo que necesitaba Lena, ser regañada. Que alguien le pusiera un alto.

—Me han expulsado del equipo de porristas y han puesto a Sophia en mi lugar.

—Que bien, ya era el momento de brillar de mi niña pelirroja —dijo su nana con una sonrisa de orgullo.

—Y también del consejo escolar, pero no se quién tomará mi lugar, tal vez Violet...

—Ah, la castaña linda que trajiste varias veces hace unos veranos, ¿no? Adoraba a esa niña, era la cosita mas timida y linda que había visto en mi vida. ¿Qué pasó con ella? —le preguntó su nana tomando asiento en la mesa y regalandole toda su atención.

—Si esa... Pues, digamos que se fue al lado oscuro, pero no me cambies el tema.

—Se llama distracción, ves, has parado de llorar.

—Porque ya no tengo nada que dar.

—A ver, niña, la cosa aquí es ¿fue tú culpa o no? —decidió poner las cosas en claro.

—Si, pero...

—Ahí esta, ahora haste responsable de tus acciones y busca una solución.

—Pero le fallé...

—¿A quién le has fallado? — preguntó confundida su nana.

—A mamá.

—No, niña, tu mamá nunca pidió que fueras la numero uno en esto y en lo otro, ella solo quería y quiere que seas feliz ¿a caso eres feliz siendo así?

—Pues...

—Pues ¿qué?

—Es dificil, a veces, es siempre estar en la mira y no cometer un error, porque si te caes no va a faltar quien se burle, y mis pies siempre estallan del dolor, los tacones me matan, ¿sabias qué tengo alrededor de 120 labiales? y la gente piensa que soy hueca por dentro tanto en el cerebro como en el corazón y yo no soy así —Lena comenzó a llorar de nuevo mientras jalaba mechones de su cabello.

—¿Segura? Ya no eres la misma niña de coletas, dulce y feliz. La gente cambia, Lena, para bien o para mal.

—¿Y si ya me cansé de ser la mala?

—Pruebalo.

Burned - Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora