Burned - Shawn Mendes

Capitulo 16

Selena había entrado en pánico. Su corazon latía constantemente y podía escuchar su respiración a alto volumen.

Se sentía humillada. Tal vez en el fondo ella sabía que no lo lograría. Que todo esfuerzo en cocer cada maldita lentejuela en el traje había sido en vano. Pero, ¿por qué?

Probablemente la gente ya estaba acostumbrada a Lena.

Probablemente Lena ya estaba acostumbrada a la grandesa.

Probablemente la del error era Selena.

Tan solo quería ser el centro de atención una vez, solo una vez y se daría por vencida. Pero tampoco sería como Lena: vacía.

Si Lena quería jugar con fuego pues jugarían con fuego.

—¡Selena! —gritó Shawn tocando la puerta del cubiculo en el que se encontraba su novia.

Selena se limpió sus lagrimas y salió de su escondite. Ya no quería sentirse humillada. Ya no más.

—Ven aquí —Shawn abrió sus brazos para cubrir con ellos a la castaña.

En estos momentos un abrazo era lo mejor que lo podía regalar.

Shawn acariciaba su cabello y le murmuraba unas cuantas palabras de apoyo.

Mientras que la mente de Selena trabajaba rápidamente en encontrar un indicio de que Shawn alguna vez la pudo haber engañado.

Pobre.

Buscaba la manera de poner excusas y adornar la situación, pero ella sabia la verdad.

Shawn siempre había demostrado cierto interés por Lena, tal vez uno muy discreto, pero ahí estaba.

Y podía mentirse a si misma al decir que Lena solo lo había dicho para atormentarla.

Y eso era lo que estaba logrando.

Selena lo sabía. Sabía que Shawn la había engañado.

Su única arma era Shawn y ahora la había perdido.

Pero si la había perdido, ¿qué hacía Shawn ahí?

—Shawn —Selena levantó la cabeza y se separó de él.

Shawn trató de tomarla de la mano pero esta se alejó.

—Tú...

Selena no podía. Simplemente no podía.

No quería escucharlo de sus labios.

No lo resistiría.

Para qué preguntar algo que ya sabía.

—Tú... ¿me amas? —la voz de Selena había sonado muy bajo, apunto de cortarse, pero lo suficiente para que Shawn lo escuchara.

"Solo di que sí"

Suplicaba con todo su ser.

—Si.

Pero era mentira.

Una mentira que se tragaría con mucho placer.

—Por favor, nunca me dejes, eres lo mejor que me ha pasado, no me dejes —suplicaba la chica entre sollozos regresando a los brazos de Shawn.

—Nunca lo haría.

Mintió, de nuevo.

Así se jugaba esto: con mentiras.

Todos vivían engañados y no les importaba en lo más mínimo.

Muchos tenían su proposito y harían lo que fuera para conseguirlo.

Esta lucha no era de Shawn, era de Lena y Selena, él solo era un peón más.

Mientras que la otra lucha era de Shawn y Lena, donde Selena era el peón.

Selena se marchó a su casa, con la excusa de que quería estar sola.

Entró a su cuarto, se quitó el traje y lo lanzó por la alcoba, sabe donde cayó.

Su cabello era un desastre y su maquillaje estaba corrido de tanto que había llorado.

Sin embargo, ya no sentía dolor o vergüenza, tan solo el deseo de venganza.

Tomó sus perlas del tocador y se las puso cuidadosamente en el cuello.

Se acercó a su mueble de noche y del el sacó una foto para después recostarse en su cama.

En la foto se encontraban un par de chicas, una rubia y otra castaña.

La rompió por la mitad cuidadosamente repitiendo estas palabras:

—Nunca serás como ella... Nunca serás con ella... Nunca serás como ella.

Lo que no sabía era que se estaba convirtiendo en lo que mas odiaba.