Capítulo 49

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Isabella se paró frente al ventanal, su mente se distrajo mirando como el viento movía las hojas de los árboles, a lo lejos podía ver las luces brillantes de la ciudad.

–cuando recibí el vídeo, fui directamente a tu casa y espere allí, cuando por fin llegaste ibas con Kai y a la mañana siguiente el salió de tu casa... Yo... Pensé lo peor.

Isabella regreso a mirarlo.
–¿Tu creíste que me había acostado con él por qué lo viste salir esa mañana de mi casa? –Tae asintió.
–Lo siento.
–Ahora que recuerdo, esa mañana el llegó muy temprano por mi.
–Entonces ¿Él no durmió contigo esa noche?
Isabella frunció el entrecejo.
–Por Dios, no. Entre él y yo nunca pasó nada de eso hasta...
Taehyung se precipitó hacia ella para abrazarla.
–No quiero saberlo. Lo cierto es que yo moría de celos de solo pensarlo, en mi mente se formaban imágenes de ti con él –Isabella acaricio su espalda de arriba abajo.
Isabella se apartó. Con la vista baja, confesó:
–Esa noche lloré mucho en el autobús, recuerdo que lo tomé para llegar a casa pero no me di cuenta estaba perdida y llegué hasta la base. Solo por esa noche me permití llorar por ti de ese modo. Tenía que sobreponerme debido a que me sentí más sola que nunca, y el único que se me ocurrió llamar para que fuera a buscarme fue Kai. El siempre había sido bueno y protector conmigo, como un hermano.

Tae no quería escuchar esa parte. Kai había estado allí todo ese tiempo como un lobo escondido en piel de oveja hasta que obtuvo la oportunidad que deseaba.

–Èl solo te ayudo a superar un mal momento.– Tae la tomó por el codo para acercarla a él y abrazarla. –Todo este tiempo yo también he estado equivocado, saque conclusiones estúpidas y me porte como un canalla. Lo siento, lo siento– mientras lo decía la abrazaba cada vez más fuerte.– sino hubiese sido tan orgulloso nunca nos habríamos separado.
–Cuando yo trataba de acercarme a ti, tu me mirabas de una manera que me congelaba el corazón.
–Perdoname –murmuro besado su cabeza.

Isabella estaba feliz cobijada por el cálido cuerpo de Tae, se sentía tan bien allí, pero debía regresar con Kai.

–Aun asi tengo que regresar con él. –dijo y sintió como los brazos de Tae caían a un costado, lo vio levantar la cara y pasarse la lengua por los labios con disgusto.
–Quedate aquí.– sin embargo su voz sonó ronca, grave como un ronroneó.
–Tae...
–Quedate conmigo– suplicó.
–Tae... Llevo con él bastante tiempo, él me ha ayudado muchísimo, a impulsado mi carrera, hasta lo que es hoy– Tae le dió la espalda y fingió cubrirse los oídos en un acto puramente infantil.– Por favor... Tae– le quitó las manos de los oídos y le rodeo la cintura con los brazos recargando la frente en su espalda– aún tengo varios contratos pendientes con él.

Tae sujeto sus manos  para darse la vuelta y quedar frente a ella, le enmarcó el rostro entre las manos he hizo descender lentamente sus labios hasta los suyos.

Sus pulgares le quemaban las mejillas, sus largos dedos se enterraron en el  cabello de su nuca, y su corazón loco, comenzó a latir con fuerza cuando la punta de su lengua tocó con suavidad la suya y ella le correspondío de la misma manera. Su cuerpo comenzó a recordar. Hizo a un la cabeza para terminar con algo que no estaba dispuesta a terminar.
–Lo siento.
–Por favor... Podemos iniciar de nuevo, todo será diferente ahora.

Isabella bajo la vista. Tae no soltó su abrazo.
–Lo sé, sé que así sería.
–Dame la oportunidad de reparar las cosas, termina lo que tengas con él y ven conmigo, te esperaré, aquí en Corea, iré a donde tú estés cuando estés lista cariño.

Isabella sintió que su corazón se llenaba de algo maravilloso, algo como las burbujas del champagne, que iban de abajo hasta arriba desbordándose en su corazón.
Todo el tiempo, todo ese tiempo no había podido olvidarlo, su imagen llegaba hasta ella pero luego, rápidamente se reprendía por hacerlo.

–Si tienes que ir con él, lo entiendo.– declaró al verla tan sería.
–Gracias.
–Espera un segundo, te llevaré.

Al salir del departamento, la brisa la sorprendió, fresca, fragante, parecía como si pronto comenzaría a llover.

Tae abrió la puerta del copiloto y la hizo entrar tomando su mano, al verlo rodear el auto le pareció estar en una película romántica, no espero a que

Tae abriera la puerta con su llave, ella abrió desde dentro.

–Gracias cariño –le agradeció tomando una de sus manos para besarla y ya no soltarla mientras manejaba y cuando tenía que hacerlo la dejaba descansar sobre el muslo derecho.

Sentía como si toda la vida llevarán haciendo eso y se sentía muy bien. Podría vivir toda una vida con él así.

Pero ahora debía debía enfrentar a Kai, sería tan duro. ¿Como iba hacerlo sin hacerle daño? ¿Como Podría?

Parada frente al alto edificio de condominios en Central Park, dudaba de las palabras que utilizaría. Pero debía hacerlo, quería una vida con Tae, y Kai se lo debía después de ocultarle la verdad.

Algo que parecía que nunca pasaría había sucedido, durante esos años se sintió dolido a causa de Isabella, mejor dicho por creer que ella era como todas las demás, pero ahora sabía que no había tenido nada que ver sentimentalmente con Kai y si lo hizo podía entenderlo, ella estaba sola y dolida también y además el no se había comportado como un ángel todo ese tiempo. Aún podía sentir la suavidad de sus labios en los suyos luego de despedirse en el auto.
Odio tener que hacerlo, despedirse de ella, aceptar que regresara con Kai, pero no podía iniciar una nueva relación con ella imponiéndose de ese modo, Isabella era perfectamente capaz de defenderse sola, sin embargo, no podía preveer como lo tomaría Kai.

Detuvo la marcha del automóvil y dió la vuelta dirigiéndose de nuevo al condominio de Central Park.

Isabella ante la puerta del departamento, de debatía entrar y regresar al lado de Taehyung.

Justo pensaba en eso cuando la puerta se abrió repentinamente. Kai la abrazó abruptamente.
–Sabía que regresarías. –murmuro acariciando su cabello.

 –murmuro acariciando su cabello

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"Nunca sola" †Terminada†Donde viven las historias. Descúbrelo ahora