"Nunca sola" †Terminada†

Capítulo 37

El sol brilla en todo su esplendor sobre un alto y limpio cielo azul, no había una sola nube que opacara su brillante luz. Debía sentirse alegre, feliz, pero no era así.
Fuera de la casa los amigos de Taehyung, Jimin y Jungkook, sacaban los muebles de su habitación y por más que se asomo por la ventana no pudo ver si él iba con ellos, el corazón se le estrujó recordando la manera en que la había mirado aquella noche, ¿como fue que todo se había arruinado de ese manera? Una cosa siguió a la otra, como un efecto dominó.
Las ganas de llorar le inundaron el corazón, al recordar a Tae.

Cuando los chicos, hubieron subido todos los muebles de Taehyung aún carro de mudanza, Jungkook llamo a su puerta.

-Hola, estoy dejando la habitación de arriba y vengo a entregar la llave.- le dijo mientras ella escondía casi todo el cuerpo tras la puerta de madera, mirándolo con melancolía. –Gracias, Isabella y lo siento.

La chica extendió la mano para recibir las llaves en las que Tae, había colocado un cordón de terciopelo rojo para no perderlas.
-No... No tienes por qué disculparte– respondió a puñando con fuerza las llaves.
-Pero, me siento culpable. Si yo no hubiese alquilado la habitación para Tae, ahora él no estaría... -se detuvo, no debía revelarle la condición de Tae a Isabella -tú, ¿como estás? ¿Contenta?
-Nerviosa, está tarde se abrirá la exposición al público del señor Kim.
-Que bien –Kook junto ambas manos–Disfrútalo, me voy ahora -Kook, sonrió de manera dulce y le dijo a dios con las manos.

Cuando Kook se dio vuelta, una ola de vacío la baño. Con él, también se iba Tae.

Un par de horas después, por encargo de Kai, llegaron un par de estilistas, llevando con ellas, varios vestidos, zapatillas hermosas, piezas de joyería, tan divinas que parecían de la realeza. Le probaron varios atuendos, estilos de peinados y maquillaje.

Kai, estaba llegando a casa de Isabella, dejó el auto en la contraesquina, mientras caminaba, le pareció ver a Taehyung. Este caminó hasta la puerta que da a la calle, dudaba en llamar y volvía hacer hacia atrás, se llevó el dedo pulgar al labio mordiendo la uña. Volvió a acercarse a la puerta, lo vio intentar llamar, pero de nuevo no lo hizo. Miró hacia él, la furia en sus ojos se asomó. Dio media vuelta y camino por el lado contrario.

Kai, corrió para alcanzar la puerta de la calle, abrió con facilidad, cruzo el patio y  llamó a la puerta de la casa, una mujer de mediana edad abrió.
-¿Donde está Isabella? -preguntó casi sin aliento.
-Kai, por aquí- escucho la voz aniñada de la chica y fue hasta ella, la estaban ayudando a calzarse unas altas zapatillas.
-¿Que pasa? -preguntó cuando Kai se acercó a saludarla con un beso en la mejilla.
-No, no es nada. Creí que llegaba tarde.- respondió tratando de ocultar su miedo a perderla.

Isabella reparo en el atuendo de su amigo, se veía muy guapo con ese traje formal de color negro.

Isabella quitaba el aliento, enfundada en ese mini vestido dorado de delgados tirantes que se cruzaban en la espalda, su espesa cabellera iba libre, los accesorios eran muy pequeños y femeninos.

El señor Kim, revisaba cada detalle, desde la decoración hasta los bocadillos hasta los vinos que servirían.

Estaba nervioso, Kai había hecho una publicidad enorme. Todo sería perfecto si su hijo también fuera parte de eso, pero desde el incidente en casa de Isabella, Taehyung no había respondido a sus llamadas, por Jimin se enteraba de donde estaba o que hacía y no le gustaba para nada lo que escuchaba.

Se sintió como un completo idiota, no debió ir a casa de Isabella, ¿Para que? ¿Que tenía pensado decirle? ¿Felicitarla? Ahora estaba en ese puesto callejero, bebiendo sujo a pesar de que no le gustará. Debía llamar a Jimin o a Kook, no quería que se preocuparan por él.
Levantó el vaso con el licor e hizo un brindis al aire.
–¡Felicitaciones Isabella!

Kai, manejaba con suma preocupación, Isabella a su lado se mantenía quieta y callada, jugando distraídamente con los adornos del pequeño bolso color negro.
La tomó de la mano temeroso de que estuviera pensando en Taehyung.
–¿Está todo bien? –pregunto sonriendo afable.
Ella, regreso a mirarlo devolviéndole la sonrisa.
–Si, si, solo estoy un poco inquieta.
–Es normal, eres la estrella– Kai, se llevo la mano de Isabella a los labios. La chica la retiro de inmediato con nerviosismo.
Kai se desilusionó un poco, volvió a concentrarse en el camino.

Unos kilómetros más adelante, pudieron divisar la galería, iluminada con grandes reflectores de colores que apuntaban al cielo. El corazón de Isabella, comenzó a latir con fuerza como un tambor de guerra. A su vista quedó una gran fila de fotógrafos a los costados de una pasarela, iluminada con luz blanca.

Kai, al teléfono.
–Si maestro Kim estamos llegando ¿entrará después de usted?... Muy bien le informaré.– Kai guarda el teléfono móvil en el bolsillo de su saco y se dirige a la chica– Corazón...

Isabella, regresó a mirarlo un poco cohibida por el apelativo.
–Si... –respondió.
Sus grandes ojos lo miraron asustados, se acercó para abrazarla.
–Todo saldrá bien –dijo con la barbilla recargada contra su suave hombro desnudo– se tu misma y deslumbra los a todos con tu sonrisa y tus grandes ojos.– la soltó –El maestro Kim te esperara al final de la pasarela, allí les harán unas preguntas.
–¿Pre-preguntas? –repitió.
–No te preocupes, no es un examen.– sonrió.

Kai, hizo avanzar el auto, muy lentamente, se detuvo y un hombre enfundado en un traje negro abrió la puerta de su lado.
De repente, quiso gritar, Kai sujeto su mano para transmitirle valor, Isabella se llevó las manos al pecho, parecía que su corazón quería traspasar sus costillas y huir de allí, igual que ella.

Con la ayuda del hombre que le abrió la puerta descendió del auto comenzó a andar sola por esa pasarela tan iluminada, los destellos de las cámaras la enceguecian, no pudo ver al joven de cabellos castaños que estaba al lado del señor Kim, vestido completamente de negro y que la miraba con aire superior.