Entonces me harté, me harté que no pudiera ni darle un beso a mi novia porque ella pensaría que soy como el idiota que la lastimaría. Yo la amo, la adoro con cada fibra de mí ser que detestaba que me viera como el enemigo. Quería sentirla en mi cuerpo y recordarle que no importa lo que pasó hace años, ahora tenía un hombre que le haría el amor y que ya no tendría que afrontar sus miedos sola, ni sus mayores pesadillas. ¿O no entendía que era mi novia? ¿La mujer que amo y pagaría lo que fuera por verle feliz y quitar cualquier rastro de tristeza? Éramos un equipo.

¿Acaso no sabía que estábamos juntos? Y que su dolor, era mi dolor.

Así que un día cogí su mano entre la mía, ella se tensó y trató de apartarse pero se la coloqué en mi pecho, para que notara mi palpitación. Ya no soportaba, era el tiempo de dejarle en claro que si no quería que luchemos juntos, entonces yo me pondría sobre todo, para que ningún golpe llegara hacia ella.

—Suéltame —susurró bajito y negué.

—No me apartes de tu lado Evane... me duele que estés distante —ella vio nuestro contacto y siguió tensándose, no la obligue a más y solté mi mano. Sería su decisión si sentirme o repudiarme, como lo estaba haciendo.

—No quiero dañarte Devon —susurró con la voz rota y negué, eleve su mentón e hice que me viera a los ojos. La miré con dulzura y me acerque un poco más a ella, pero esta vez, después de mucho tiempo, no se apartó.

—Amor, estoy a tu lado; y maldita sea, te amo —acuné su rostro entre mis manos y ella no se apartó, me vio con sorpresa—. No soy ese hijo de puta, soy tu novio y mis brazos son tu refugio, no tú fuerte de miedo; mis labios son para recordarte lo fuerte que eres, no para callarme; mis oídos son para escucharte y que me digas lo que te duele y así superarlo, no para oírte sollozas cada noche y no hacer nada al respecto. Soy tu novio Evane, el hombre que te ama y no le importa un carajo tu pasado. Pero no me apartes porque me duele —ella junto su pecho con el mío y sollozó, llorando y sacando todo de su interior. La vi débil y vulnerable, pero ella así me encontró una vez y me tendió su corazón. Me abrigó con su amor y sanó cada herida. Pero también sé mi parte, necesitaba que ella hiciera lo mismo.

Ambos nos habíamos entregado sabiendo lo jodido que éramos, pero por el hecho de enfrentar nuestro pasado, no significaba que nos ahuyentemos por miedo; significaba luchar juntos.

—Lo siento —susurró —. Pero verlo me recordó a...

Le callé con un tierno beso y acaricié su mejilla.

—Amor, sé que cometiste errores y eso te llevo a perder al hombre de tu vida... —ella colocó su dedo en mi boca e hizo que me callara.

—Mi esposo, porque el hombre de mi vida fue él en su momento; pero en este momento, eres tú —susurró con la voz plausible y ronca.

—Pero sigues teniendo esa herida abierta y si quieres estar conmigo, tienes que demostrarme lo que siempre has hecho: ser fuerte —ella me sonrió débilmente y se refugió en mi pecho.

—No te he contado algo —susurró y la sentí cohibida—. Hace unos días se presentó en mi oficina y... trató de tocarme, no se lo permití y él me dijo que más le valía dejar todo en el pasado o me quitaría algo que yo quisiera. ¿Y si me arrebata a Shani Devon? Yo no sé qué haría sin mi bebe, sin mi luz y mi adoración. Devon tengo miedo... me dijo que me alejara de ti o iba a acarrear las consecuencias—ella negó, vi sus miedos salir a flor de piel y temblar entre mis brazos. Rompió a llorar y yo la apreté contra mí, dándole ese soporte que necesitaba para no desmoronarse. Ella mintió hace años por miedo a que le quitaran a su hija, y hoy, le están floreciendo esos miedos. Lo perdió todo, menos su razón por la cual se mantuvo firme todos estos años. Y yo no dejaría que le hicieran algo o que apartaran a Shamia de nuestras vidas. Su esperanza y su vida, seguirán siendo de ella.

Hermosa Pertinencia (Beautiful Last Chance)Where stories live. Discover now