Romance del estudiante

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Romance del estudiante

Alrededor sólo una cama,
En las pared un retrato de tu cara
(Una muchacha que es mi amada),
Que hoy, hace parte de mi alma.

En el verano, era mi amiga.
La vida, me la presentó muy bonita.
Cuando fuimos, de paseo a las marismas,
Se convirtió en mi novia, ya la quería.

Antes pensaba, que sólo debía,
Llegar a estudiar, en el Mississippi,
Tierra de Faulkner. Pero tú me truncaste
El camino, mi bagaje.

Ese beso, con respiración callada,
Del universo, hacer me olvidaba.
Lo mejor, el cielo iluminaba,
Esa risa, que engendrabas en mi ánima.

¿Y mi amada cómo se llamaba?
Tatiana, Laura, María Paula.

¿Y mi amada cómo se llamaba?
Johana, Ana Sofía, Mariana.

Ese momento, que ya palidecía,
En sus ojos azules, se hizo eterno.
Era mi corazón sudando de sentimiento,
Era mi boca, derramada sobre sus pechos.

En ese encuentro, alejado de maestros,
Olvidando mi rutina y mi filosofía,
El pensamiento se convirtió en caricia,
Y mi risa, en toda su vida.

Tan real fue aquel suceso,
Que al marcharme, confundía las estrellas
Con sus dos luceros; y sus besos,
Se me hacían, carne muy humana,
Cuando dejé mi casa, la sabana.

Encontré un camión, que me llevaba,
A la universidad, muy lejos de Luisiana.
La abandonaba, yo la cambiaba,
Por una cabeza intelectual y sacra.

No te olvidaba, mujer, o Tatiana,
O Laura, mi compañía en noches vagas.
Sofía, o Mariana, olor de rosa ámbar,
Toda tú, mi única amada.

José Anís

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