Poemas Sinfónicos

Llama de amor en la lejanía

Llama de amor en la lejanía

"Llévate, llévate mis hojas secas, y

 los recuerdos que más me hieran"

                                           Mis Hojas Secas, Binomio de Oro de América

Hoy que ya no siento más dolor

y la desgracia se ha apartado de

mi destino, deseo encontrar con

una llama, una antorcha a plena

luz del día, una mujer que colme

mis expectativas. Tal vez no lo

sepas, pero me hace falta una mujer

que me alivie de pesares que aun

cicatrizan.

Malos amores han dejado

una llaga en mi recuerdo. No digas

que no, aunque sea de mentiras,

tu amor me alegrara. No sé si para siempre,

no sé si algún día, tu voz se cansara

de clamorear, de gritar porque no

descanso en mi misión de remover

de tu cabeza las agrieras verdes, que

te rompen el seso e invaden de nostalgia

todo tu ser, porque yo no soy lo que tu esperas,

soy lo que tu creas con los pasos que

cada día vas dando, y que no puede ser

operado a voluntad de otras personas

sino que tiene su voluntad como propia

y no se deja corromper.

No busques más en las alturas,

que ni el cielo ni el estruendoso rayo

de las alturas ha de responder a tus súplicas

vanas de gloria y decoro. Escucha a un cascarón

vacío que encuentres en la llanura alejada

del mar de los Sargazos, y oirás mi voz

como por arte de magia, te sentirás sola,

pero esa caracola te hará acordarte

de que más allá de lo que tú piensas

existe algo desconocido, que tu no sabes dónde,

tu no sabes cuándo, decidió escogerte a ti

como tu fiel compañera, y no ha dejado

de quererte a pesar de que el tiempo

todo lo destruye y no deja nada en su sitio

haya decidido ensañarte contra ambos.

Tú dentro de poco estará llena de canas

y buscaras un delirio embriagador en los

puertos atestados de marineros frigios y

cartagineses. No busques más, decídete a

llegar adonde tu nunca has pensado,

donde la gente te ha sugerido no llegar

porque puedes equivocarte y claudicar en

playas desiertas donde no hay amor sino el

bestial infierno de un loco ermitaño que no

conoce el amor desde hace años, desde

tiempos lejanos y sin cronología.

¿Por qué no buscas hacer algo por ti y por mí?,

¿Por qué nunca me buscas en las noches

que tu madre no te vigila? Tú sabes que la

búsqueda de algo termina con un encuentro,

entonces por qué no me encuentras

en tu soledad decrépita, que no la detiene ni

un amante furtivo ni un golpe de borrachera

ni nada.

Mira, yo sé que tú comprenderás mis

motivos sean cual sean cada uno de ellos,

pero tu mejor virtud es saber entender lo que

no parece sino oscuro y sin sentido; yo, que

me he dedicado a labrar un montón de espigas

sin trazar primero las líneas por donde

he de tirar las semillas para que cuando

caigan al suelo húmedo no se las lleve la lluvia,

ni los cuervos se las lleven a sus nidos para

dar de comer a sus crías, te ofrezco una casa

hecha de ilusiones que a ti te van a gustar

cuando las oigas.

Yo que soy muy precavido,

he construido esa casa con mucho recelo,

para que nadie te cuente, y cuando vengas aquí

conmigo puedas estar tan complacida de verla,

que sientas que una relación conmigo si vale la pena.

                                                                      Joan Sebastián Ascanio Paba