Estaba sentado en el auditorio de la escuela el cual olía a humedad, humo de cigarrillo de contrabando, algo que se estaba pudriendo y a diferentes perfumes. Estaba en una de las butacas azules y debajo del techo que parece poporopos, nadie estaba a gusto con las pruebas de sonido del club audiovisual. Mis ojos pasaban lentamente por la edición del Mes de Nylon, la revista que le tengo prohibido hojear cualquier otra persona, y las copias de Extreme Hollywood, Us Weecly y People en mis piernas y la nueva Vanity Fair en mi enorme bolso Prada, con los audífonos a todo volumen, esperando a que comenzara el aburrido discurso de los directores de despedida del año escolar. Mi sequito había ido por unas pasas o algo dulce para pasar el rato ya que habían hojeado como tres veces las ultimas copias de todas las revistas y el tiempo no quería avanzar. Nathaniel, el chico escocés de intercambio quien traía loca a toda la escuela con su acento y rostro esculpido, se sentó a mi lado, me quité el audífono izquierdo y él volteó a verme. Casi me desmayo de la impresión. Tanta testosterona no se había dirigido hacia mí en todo el año. Un parche de color rojo se deslizó hasta su cuello. Nathaniel tenía un desordenado cabello rubio rojizo, ojos color avellana de ensueño, miles de pecas salpicadas en por todas partes y unos totalmente trabajados músculos del estómago.

-James, ¿verdad? Quería saber si... -Un frio sudor le recorrió mi frente. -Si... ¡ ¿Hailey tiene novio? -Nathaniel levantó una de sus predominantes cejas.

Sin querer arrugué la portada de mi revista, me quité el otro audífono. -¡Sí, si tiene novio y es muy celoso, tal vez a la próxima! -Murmuré en un arrebato golpeándolo en el hombro sintiendo lo fino que era su abrigo de lana gris seguramente Prada o Gucci. Su pálido rostro se enrojeció, él sabía que la verdad es que Hailey le haría caso a cualquiera que se le pusiera enfrente, y no es porque este desesperado si no que entre más chicos han pasado por una chica de Hightown Hill, mejor reputación se tiene.

Enseguida me levante, lo pasé empujando y me deslicé hacia el asiento al lado de Briony, la chica extraña a quien nadie le habla con su cabello en mechones desiguales y las botas de soldado desgastadas que cualquiera diría que le pertenecieron a algún héroe nacional.

Mejor estar al lado de esta chica que del típico estereotipo europeo enamorado de una latina! estaba quebrando mis propias reglas de amistad, y la principal era la regla no escrita de no hablar mal de nadie a sus espaldas y esta era seguida por la regla de encubrimiento. El sequito de James habían cubierto a Harlow cuando se pasó de las 23:30 su toque de queda de fin de semana, habían endulzado la verdad para Hailey cuando pidió prestado el abrigo de lona de Ralph Lauren de Hanny, su hermana la modelo mexicana de calendario para chicos adictos a la pornografía y accidentalmente, lo había dejado en el departamento de algún chico, y así sucesivamente. Pero cuando cada uno rompía las reglas en secreto, una sensación amarga se sentía en el estómago.

Miré de nuevo mi reloj, los minutos seguían corriendo y las chicas no aparecían aun debíamos resolver que hacer con el cabello de la hermanita de Sonia y estaba comenzando a irritarme. Bostecé y sostuve mi cabeza con mi hombro.

Treinta minutos más tarde finalmente logré levantarme del incomodo asiento, los directores habían hablado sin parar sobre lo excelente que había sido el año escolar, en las cosas que se debían mejorar para el siguiente e incluso me habían mencionado diciendo lo agradable que fue tenerme estudiando ahí y me desearon suerte en mis futuros años de high School. Fue en ese único momento en el que agradecí que las chicas no estuvieran conmigo, puedo imaginar lo sentimentales que se hubieran puesto aunque fuese hipócritamente pero me habrían obligado a subir al escenario e incluso a decir algunas palabras. Pero por más esfuerzo que toda la escuela realice yo no pienso estudiar más ahí, pero estoy decidido a cambiarme de escuela, Hightown Hill ya está pasado de moda y ya que son mis últimos años antes de la academia de diseño de modas la cual me llevara a ser el siguiente magnate de la industria y quiero salir de la mejor escuela de la ciudad, por supuesto que me refiero a Royal Hills cualquiera que es alguien en esta ciudad y que ha llegado a ser alguien destacado en el mundo ha estudiado ahí, esta escuela es como un blazer negro de Ralph Laurent jamás pasa de moda, además ya es momento de que Royal Hills tenga el honor de que utilice su uniforme y camine por sus pasillos. Siempre me arrepentiré del arrebato de bajo perfil que tuve cuando decidí estudiar en este apestoso lugar.

THE DOLLS GAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora