-¡Jesús! Sonó el despertador de Dalton justo a las 8:00am y estaba retrasado para todo el día.
Era domingo por la mañana y el fin de semana terminaba lentamente.
Había estado pensando en cómo realizar mi último juego de muñecas y solo me quedaban horas para volver a la escuela.

Pasé mis dedos por mi despeinado cabello.
Ya era tarde, unos minutos mas no harían la diferencia.

La cama de Dalton olía a su perfume barato; tenía la mejor vista de su espalda desnuda y del tatuaje en forma de calavera mexicana en su hombro derecho.

Pasé mi mano dibujando uno de los detalles en él y recordé la primera vez que lo ví, fue el día de fiesta en la casa de alguna chica rubia del pasado, han habido tantas rubias en mi vida pero en especial le agradezco a esta chica el haber invitado al chico indicado.
Él estaba ahí en la distancia luciendo hermoso con un ajustado speedo negro y el resto de él al descubierto con su cuerpo tonificado, se veía demasiado apuesto para ser realidad.
Él era todo lo que yo había soñado en mi vida, luego aprendí que no todo lo que brilla es oro, pero, oh my... él tenía el cabello rubio casi rasurado y aún me pierdo en sus ojos oscuros.

-James, de nuevo llegaras tarde. -Su voz me despertó del flashback en el que estaba.

-No te preocupes, a mi no me preocupa mi madre y a ti menos. -Sonreí al ver que Dalton había pasado su brazo alrededor de mi cuello.

-Pero todo esto es solo porque tú lo quieres así, sabes que podría ser completamente diferente.

-No toques de nuevo ese tema, ya está fuera de discusión ambos estamos perfectamente bien y no tienen por qué cambiar las cosas.

-Me levanté de golpe buscando mi ropa interior y mis pantalones Gucci.
Dalton de nuevo hablaba de hacer pública nuestra relación pero él no sabía lo que significaba eso en mi vida. Yo soy James Zahr Hollower, el socialite del que todos hablan, el que Beverly Hills admira y del que Blue Diamond está orgulloso de tener en su círculo social y salir conmigo significa salir de la pobreza y del anonimato en el que él vive. Sin mencionar mi reconocida marca Zahr, en la cual deslumbro con líneas de ropa, perfumes y cualquier cosa a la cual le quiera poner mi nombre.

-James, por favor, no de nuevo. -Dalton murmuró con su voz seductora.
Yo terminé de abrocharme la camisa y Salí de la habitación somatando la puerta de un golpe. En realidad adoro tener entradas y salidas dramáticas de cualquier lugar en el que me encuentre.

Mi McLaren era un completo desastre, había olor a cigarrillo envolturas de frituras y un par de latas de Redbull tiradas alrededor. A diario me preguntaba como hacia Dalton para tener el cuerpo tan tonificado si comía tanta basura sin preocupación.

Mientras trataba de concentrarme en Starbucks noté como un grupo de chicas en sus vestidos de encaje con huesudos hombros al descubierto murmuraban cuando pasaba frente a ellas.
Estaba ahí para tomar un café cargado, lo necesitaba urgentemente y no me encontraba de humor como para aguantar a unas chicas insignificantes de nuevo.

Mi mente me llevó a todas las cosas que se decían de mí por la ciudad, James Hollower es el típico chico que mira a los demás por encima del hombro. De esos que sienten que el mundo no los merece. La felicidad de ese chico está limitada a conseguir todo lo que quiere, caminar por los comerciales para conseguir su tan anhelada envidia y cualquier otra cosa que alimente su vida vacía. Y aun recuerdo la reseña que decía cualquiera diría que en vez de piel tiene una capa de ese material con el que hacen los maniquís ya que siempre va adornado con lo último de todas las tiendas. Él es de esa clase de chicos que amas o que odias pero no a medias y esa horrible fotografía en la que aparecía desalineado después de una fiesta de James Charles antes de que quedara cancelado.

THE DOLLS GAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora