Capítulo 66

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- ¡Por el amor de Dios, Harry! ¡Disminuye!- pidió en un grito Louis mientras se aferraba a la barra de plástico que había pegada al techo del copiloto. Lo ignoré, limpiándome bruscamente las lágrimas con el dorso de mi mano libre y pisé aun más el acelerador. No iba a dejar que mi princesa muriese. No sin mí.

- ¿¡Quién mierda ha dejado que conduzca este!? ¿¡No está en condiciones!?- gritó Niall preso del pánico. Esquivé dos coches que se había interpuesto en mi camino y di un volantazo, girado a la derecha según el GPS me indicaba.

- ¡Mierda, Harry! ¡No nos mates también a nosotros!- vociferó Zayn antes de que su cuerpo chocara fuertemente contra la puerta a causa de otro giro brusco.

- ¡Eli vivirá!- grité aumentando mi agarre en el volante- Vivirá...- repetí inseguro en un susurro. Había demasiada sangre en el suelo y ella había cerrado los ojos...

¡NO! ¡Ella tiene que vivir!

Puse la quinta, pisando a fondo. No sé porque mierda no la puse antes. Frené de golpe al encontrarme con una fila de coches delante nuestro. No, ahora no, no podía haber tráfico.

- ¡MALDITA SEA!- golpeé el volante fuertemente- ¡YO TENÍA QUE HABER IDO EN LA AMBULANCIA!- grité completamente ido.

- ¡Liam e-era el único que sabía todo el historial médico de Elisabeth, no podías hacer nada!- exclamó James un poco más calmado que los demás, ya que vivía cada día con esto. Pero en su voz de denotaba angustia y sus ojos brillosos indicaban que estaba haciendo un gran esfuerzo por no llorar.

Los coches avanzaron y pude tomar la calle que quería. El tan buscado edificio blanco apareció a unos metros de mi y oí como los chicos suspiraron aliviados al ver que hoy no los iba a matar. Aparqué en el primer sitio que encontré y salí del coche sin ni siquiera quitar las llaves. Louis ya se encargaría de eso. Subí los escalones de dos en dos, dejando atrás a mis amigos y sintiendo como mi pecho se quedaba sin aire cada vez más. Al entrar, me dirigí a la recepcionista cuarentona que había detrás de una barra de mármol. Entre balbuceos incoherentes de mi parte, logré pronunciar el nombre completo de mi princesa. La señora tecleó un par de minutos, los cuales se me hicieron eternos y frunció el ceño.

- No hay nadie en este hospital que se llame Elisabeth Gomez. Tal vez no hayan llegado todavía- comentó la morena sin más. La ira recorrió todo mi cuerpo al ver lo tranquila que estaba y pateé el mostrador.

- ¿¡QUÉ CLASE DE HOSPITAL ES ESTE, EN EL QUE YO LLEGO ANTES QUE MI NOVIA, A LA CUAL LE HAN PEGADO UN TIRO?!- pasé una mano por mi pelo completamente frustrado.

- Señor, cálmese, hay tráfico- murmuró recogiendo unos lápices que se habían caído a causa de mi anterior patada.

- ¡LE VOY A DECIR YO POR DONDE SE PUEDE METER EL TRÁFICO!- golpeé con mi mano el mostrador, asustando a la señora.

- ¡Tranquilízate Harry, así no harás nada!- exclamó Louis corriendo hacia mí, seguido por los demás.

- ¿¡QUE ME TRANQUILICE!? ¡ESO ES MUY FÁCIL DE DECIR, YA QUE NO ES TU NOVIA LA QUE SE ESTÁ DESANGRANDO!-

- Pero es mi amiga y...- un fuerte estruendo interrumpió su réplica. Todos nos giramos hacia el ruido. La puerta se abrió violentamente y una camilla, rodeada de paramédicos, entró rápidamente. Un jadeo de angustia salió de mi boca al reconocer quien iba en esa camilla.

- ¡POR FAVOR, QUÉDATE CONMIGO!- gritó entre lágrimas Brianna arrodillada encima de la camilla mientras su mano apretaba el pecho de Eli. Antes de poder reaccionar, la camilla ya se había perdido por la gran puerta de urgencias, dejando un rastro de sangre por el suelo. Como si me hubieran dado una bofetada, corrí hacia Liam, el cual los había seguido hasta que le negaron el paso.

Mi príncipe azul |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora