Capítulo 58

2.6K 85 14
                                    

Al bajar del coche casi me da un infarto al ver la casa. Era de color blanco y estaba rodeada por una impresionante fachada. Más atrás pude ver un trozo del gran jardín trasero, equipado con tumbonas blancas y con una piscina gigantesca.

- ¿Cuantos metros tiene?- pregunté todavía asombrada.

- Mide 700 m². Tiene cuatro habitaciones enormes, tres salones, un gimnasio, cuatro cuartos de baño, una súper cocina, varios trasteros, terrazas impresionantes, un enorme párking de cuatro plazas de garaje y un maravilloso jardín con piscina- presumió Harry mientras ayudaba a Louis a sacar las maletas.

- Wow- fue lo único que salió de mi boca.

Y se suponía que si aceptaba la propuesta de Harry, viviría en esta mansión. Esto era tan su realista. ¿Que pinto yo en esta casa? Nada. Yo soy una chica de pueblo que ha convivido 18 años con seis personas en una casa de tres habitaciones y un baño, esto es demasiado para mi.

- Dale un tour por la casa mañana- sugirió Louis.

- ¿Es que no nos vas a acompañar?- pregunté confusa.

- No. Ahora cojo mis cosas y me voy a ver a Eleanor. Además prácticamente estoy viviendo con ella, a si que esta casa es más de Harold que mía- respondió sonriente mientras empezábamos a caminar hacia la puerta.

- Esta bien, te echaré de menos boobear- puse un puchero a la vez que Harry abría la puerta.

- Y yo a ti carrot- me dio un beso en la mejilla y salió corriendo escaleras arriba.

- Está muy desesperado por echar un polvo- habló Harry negando divertido y dejándome pasar dentro.

- Mira quien fue hablar. Te recuerdo, que hace poco me estabas casi arrastrando al baño del avión para "lavarnos las manos"- le ayudé a entrar las maletas.

- En mi defensa diré que me aburría. Además, hubiera sido muy rápido si no te hubieras puesto otros pantis y unos tejanos a mis espaldas- cerró la puerta y tiró las llaves en un bol.

- ¿Ahora tengo que pedirte permiso para ponerme bragas?- pregunté cruzándome de brazos.

- Pues si porqu...-

- ¡Adiós parejita!- lo interrumpió Louis bajando las escaleras con dos bolsas de deporte- ¡NO TENGÁIS SEXO EN LA COCINA!- fue lo último que dijo antes de cerrar la puerta dejándome más roja que un tomate y a Harry riendo.

- Maldito Louis...- refunfuñé todavía sonrojada.

Harry, al parar de reír, cogió mi mano y me atrajo cerca de él. Colocó sus dos manos en mi cintura y yo rodeé su cuello con mis brazos.

- ¿Que te parece si nos vamos a la cama y nos damos unos cariñitos?- propuso mientras juntaba nuestras frentes. Asentí y bostezé. Había sido un largo día.

- ¿Mi princesita tiene sueño?- preguntó divertido y pellizcando con cuidado mi moflete como lo haría mi abuela. Le aparté la mano y lo fulminé con la mirada.

- No te burles- lo golpeé en el pecho.

- Y si yo te llevo a la cama y te doy unos cariñitos. ¿Que te parece?-

- Mejor...- respondí a la vez que llevaba una mano a mi boca para cubrir otro bostezo.

Besó cortamente mis labios y bajó sus manos hasta mis muslos incitándome a saltara. Y así lo hice, salté y enrosqué mis piernas en su torso para que después él empezara a subir las escaleras hacia la que supongo, sería su habitación.

[...]

La mezcla entre la luz del sol que se filtraba por las ventanas y el calor, me hicieron despertar. Abrí los ojos y parpadeé varias veces para que se acostumbraran a la luz. Bajé la vista al notar un peso sobre mi pecho. Harry estaba encima de mi durmiendo plácidamente, abrazando mi cintura como si su vida dependiera de ello.

Mi príncipe azul |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora