Mi celular sonó de nuevo en el interior de mi bolso Chanel.
Era la quinta llamada de Dalton y por lo general deja de intentar contactarme a la décima llamada, aún faltaban otras cinco.

-¿Solamente el café negro doble señor Zahr Hollower? -La chica pelirroja con pecas me preguntó detrás del mostrador, se sentía tan bien que todo el mundo supiera mi nombre e incluso que tuvieran el debido respeto de, aunque no soy mayor de edad digan señor antes de mi nombre.

-Sí, solamente. -Sonreí mientras le alcanzaba la primera tarjeta que tocaron mis dedos dentro de mi billetera Armani. -Y asegúrate de agregar una linda propina. -La miré a través de mis lentes Moschino.

Salí rápidamente del lugar no sin antes devolver la mirada de odio hacia las chicas que hablaban de mi.

-Dios, enserio que existen personas con suerte, por algún motivo no sabía nada de esas chicas, de lo contrario su vida social ya estaría por los suelos y sus nombres solo serian motivo de burla. No saben que solamente basta con que las mencione como personas no gratas en la ciudad y puf, vidas arruinadas, después de todo, mi opinión acerca de personas y demás cosas es la que importa.

Un chico extraño me sonrió y trató de hacer contacto conmigo.

-Otro pobre idiota, pensé. Nunca he tenido relación sentimental alguna, yo me he encargado de que toda la ciudad piense que soy todo un men-slut lo cual fue demasiado fácil gracias a la creciente lista de chicos que aseguran haberse acostado conmigo porque después de todo colgarse de la fama del magnate junior es más fácil que enfocarse en sí mismo sin garantías de que esto les facilite unos segundos de fama. Ninguno de los prospectos que me escriben a diario en las redes sociales, los que se acercan a platicar en los clubes o los acosadores de pasillo de centro comercial o incluso los que mis amigas me presentan llena mis altas expectativas del chico ideal por lo que estoy en una etapa de sentir pena por mí mismo.

Me estacioné frente a la gran entrada romana de mi mansión y dejé el auto encendido.
El chofer tiene estrictas reglas de estacionar mis autos y de limpiarlos cada vez que los dejo hechos un desastre.
El olor a césped recién cortado y a tierra húmeda picaba en mi nariz. Como cada domingo estaban dando mantenimiento a los jardines y alguien había comenzado a plantar bugambilias por orden de mi madre, ella no entendía que las palmeras que hice traer de Puerto Rico no combinaban con ningún tipo de flor que no fuera tropical, pero hey...

-No preguntes, solo agradece que estoy aquí. -Dejé caer las llaves sobre la mesa de vidrio y noté como mi madre, la renombrada abogada Esther Hollower utilizaba su bata de encaje victoria secret con joyas y había combinado su labial con sus tacones.
Ella aún masticaba sus jugosos melocotones y no apartó la mirada del periódico.

-No pensaba hacerlo, después de todo Instragram me da los detalles de tu noche al poner tu nombre en un hashtag.

-¿Es tan difícil conseguir un poco de limonada en esta casa? -Grité al vacío.
Mi madre había entrenado a la servidumbre a que fueran como fantasmas mientras había alguien en la casa, nadie debía de verlos, ellos debían de aprovechar nuestras ausencias para poder hacer sus labores pero la parte negativa de eso era que debía de gritar por lo que sea que quisiera.

-Para eso existe esta campana.
-Esther sonó una diminuta campanita y automáticamente una chica en uniforme negro apareció con una bandeja con jugo de naranja, limonada y té frío. -Limonada para mi hijo y no olvides mis fresas y el chocolate suizo.

Mis ojos cayeron en sus zapatos, esta chica utilizaba calzado de anciana.
-Disfrutas tenerlo todo controlado, ¿no es así madre?

Esther frunció los labios y volvió su mirada a los párrafos de la sección de finanzas del periódico. Ella notaba que su único hijo tenía una personalidad "especial", pero con la vida concentrada el trabajo, la vida social, llena de reuniones después del trabajo, cenas para festejar cualquier cosa insignificante y fines de semana en los clubes no tenía tiempo como prestarle importancia.

THE DOLLS GAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora