Capítulo 6: Yo sí estoy enamorada

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POV: SAMANTHE •

Todo va muy bien.

Las cosas han sido geniales, justo todo lo contrario a lo que yo temía que pasara cuando entrara a un nuevo colegio.

A pesar de todo los problemas que ha traído consigo George a mi vida, y el hecho de que todavía no puedo cortar cualquier lazo que nos una con él, el resto de mis días son maravillosos.

Tengo un amigo, Byron. Y casi todos mis compañeros de clase son muy amables conmigo, (si no es que todos).

By es excelente. Parece un chico sacado de las películas adolescentes, en donde todo es color de rosa, y la protagonista siempre tiene un mejor amigo increíble. Bueno, ahora pareciera que en la película de «mi vida», yo soy la protagonista, y Peters es ese mejor amigo fantástico.

Incluso podría decir que sería capaz de enamorarme de él, pues es tan lindo, inteligente, divertido. Se carga un carisma que es incomparable, y físicamente, ni hablar, es muy apuesto el muchacho.

Pero ya le tomé bastante cariño, lo suficiente como para saber distinguir entre un amigo, y un enamorado. Y definitivamente, un enamorado, no es para mí.

No he visto a Froy en mucho tiempo. Hemos hecho videollamadas, y nos hemos mensajeando mucho, pero lo extraño.

Desde el mes pasado que decidimos crear nuestro plan de escape, y hacer que fuera con el tío Samuel, ya no lo he vuelto a tener de frente, a abrazarlo o a reír a su lado. Y me hace falta.

George ni ha notado su ausencia en la casa. Me inventé una excusa y le dije que mi hermano había conseguido un empleo en una librería, que saliendo del colegio, él se dirigía hacia allá, y volvía hasta la noche.

Así, para cuando el señor alcohol histérico regresaba del restaurante en el que trabaja como cocinero, yo le decía que Froy ya estaba dormido en su habitación.

De esa forma, no lo ha visto ni ha preguntado nada más. Para mi suerte, ni una mínima sospecha hay tampoco, y a mí me ha dejado en paz también, pues ahora en las tardes, mientras él trabaja, yo me la paso en casa de Byron, o saliendo con él. Y en los días de descanso de George, huyo de casa con la excusa de que tengo tareas por hacer.

Últimamente ya no está tan insoportable, ya le da igual lo que haga, y eso me alivia mucho.
Me siento libre.

Pero me sentiría más libre si pudiera decir absolutamente todo lo que siento, o pienso. Porque siento que esto en mi estómago y corazón crece cada vez más, pero de alguna u otra forma, ahí tiene que quedarse por siempre.

Sí, ahí tienen que quedarse por siempre.

Mis ojos observan todos los días sin falta a ese hombre. Con su lindo suéter de algodón, y su pantalón de mezclilla que finaliza donde comienzan sus bonitos y perfectos zapatos de piel color café.
Su peinado formal, pero desordenado al mismo tiempo, lo hace lucir tan bien. Junto con esa sonrisa increíblemente perfecta y radiante. Ay no, y sus ojazos. Esos ojazos azules bellísimos, que literalmente lucen como el mar.

Tan perfecto el profesor Grant.

Siempre lo veo reír y saludar a su amigo, su mejor amigo yo creo, porque desde que lo conozco nunca los he visto separados, el profesor de ciencias, un tal Charles.

¡Mentira!, estoy bromeando.
A quien estoy describiendo obviamente es a Matthew, y Adam es ese amigo. Que hasta pareciera que le gustara a Byron, porque se la pasa mirándolo sin disimularlo ni un poco.

Pero bueno, volviendo a mis sentimientos y no a los de mi amigo. Como decía, Matthew Charles, es literalmente un hombre sacado de mis sueños. De algún libro, o de alguna película. ¡Cualquier cosa menos del mundo real!.

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