No te conozco,
ni tú a mi,
o eso creo
pues es lo que me han dicho
cuando sales en medio de la conversación.
Aprovecho la ocasión
y me presento:
fui la chica a la que le arruinaste varios años de vida
no me sorprende que estés confundida,
pero quiero decir que por culpa tuya
hoy tengo tantos fantasmas en mi cabeza
aunque de eso no sepas nada;
pero no te culpo
nunca fue de tu incumbencia
saber si había alguien detrás de esa sonrisa
detrás de sus ojos brillantes
no necesitabas salir de la ignorancia.
Las salidas nunca deben saber
de que se trata de escapar
al elegirlas a ellas
por que eso es lo que fuiste
querida odiada amiga
una salida fácil al caos de su vida,
y con una sonrisa amarga
lamento comunicarte que dicho caos soy yo.
Me presento de nuevo,
soy la chica a la que le partieron el corazón
tus decisiones en el pasado,
tu bella sonrisa
y el brillo de tus ojos
cuando te sostuvo como alguna vez hizo conmigo,
soy la que lloro
al verte en el lugar que ya no ocupaba;
la que se moría de rabia y tristeza
al ver como te bajaron el sol y las estrellas
cuando de mi amor
ya se habían borrado todas las huellas
aunque apenas habían pasado días
desde el momento del adiós.
Aunque no conozcas ni mi nombre ni mi rostro
quiero que sepas que te odio
por todo el daño que indirectamente hiciste,
por darle la oportunidad de irse
al dejarlo entrar en tu vida.
Insisto,
no tenías la culpa,
pero no dejo de odiarte desde ese día,
si eso te parece insensato te pido una disculpa
pero es lo único que sé hacer.
Lamento que diga esto sin un poco de tacto,
pero es que cuando
se está en sus brazos
tu presencia repentina
me tiene tan indecisa
tan miedosa,
tan frágil y mentirosa
que me hace ser un ser despreciable
por lo torpe
e inexperta que fui.
Y me hace sentirme como cuando tenía dieciséis
cuando todo estaba cayendo a mi alrededor
y la única persona que podía salvarme;
en palabras de aquella que es mi inspiración:
— Ya bailaba con otro cuerpo
mientras seguía sonando nuestra canción. —
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CATÁSTROFE
Poetry«La poesía tiene una puerta herméticamente cerrada para los imbéciles, abierta de par en par para los inocentes. » Aldo Pellegrini.