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Que ejemplar tan más complejo eres

déjame decirte,

hacerte pasar por víctima

creo que a nadie le sale tan bien,

debo decirte con sinceridad

que hasta yo me tragué tu cuento

de fingida vulnerabilidad,

pero vaya si fui idiota 

al creerme todo tu discurso,

al creer que ella era de quién debía desconfiar.

Y más lenta que nada,

me fui dando cuenta que algo contigo estaba mal,

para suerte mía a tiempo,

para desgracia tuya sigues en la oscuridad.

Sumergido en tu supuesta tristeza,

con tus terribles problemas 

de depresión y ansiedad,

que no me provocan ya más que asco,

aunque en su tiempo llegue a sentir

que valías la pena,

que eras alguien a quien debía dar la oportunidad.

Y no es que seas alguien que hay que usar y tirar,

sino que no sabes amar,

crees que eso es poseer,

celar, encerrar,

hacer sentir menos al otro,

con tal de que no se aleje.

Es como si bebieras su sangre de una copa de plata

y eso te diera vida,

pero ¿que crees?

Solo la matas.

Es así como funcionas,

dejando en los huesos,

literalmente,

con tal de tu hambre alimentar.

Necesitas que el otro se vuelva polvo

para que estés completo,

pues en ti

ni corazón ni entrañas

hay.

Pero no lo has notado

y crees que es culpa de los otros,

el haberte tratado mal

cuando lo único que buscan es librarse de tu mal amor,

de tu amor explosivo;

y vas cual muñeca fea

por las esquivas vagando

mendigando atención y amor.

Hablando mal de quién te hirió,

que pena me das de verás,

pero pues ni quien te eche de menos ya,

lo siento,

solo escribo para decirte la verdad,

estarás solo hasta que no aprendas

que eso que llamas amor,

no es tal.

CATÁSTROFEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora