ain't love - ❝ milo manheim ❞ [TERMINADA]

six

Paseamos tomados de la mano, mi celular se había apagado ni quería saber de mi padre. Menos ahora, estaba demasiado sensible Milo me abrazaba y me jalaba  para estar aún más cerca de él, me sentía feliz.

Luego de caminar varios minutos por fin había llegado a mi casa, allí estaba mamá hablando con un hombre que ya conocía, Richard. Sí, mi padre. Milo me fue a dejar hasta donde estaban ellos mi madre al verme soltó un suspiro abrazandome con fuerza mientras que Milo me sonreía, aún no soltaba su mano.

—¿Qué haces acá? —Pregunté, mientras que mi madre me miraba.

—Necesito hablar contigo, hija.

—¿Para qué? Papá, tuviste siete años, para decirme que Mari estaba embarazada. ¿Por eso no venías a verme? ¿Por que no tenías tiempo para tu hija mayor?

—Sydney Johnson. —Dijo mi madre. —Es tú padre, tenle respeto aún que sea.

—¿A quién? ¿Al hombre que te fue infiel con la señora que me cuidaba? —Pregunté, mientras que mis lagrimas salían.

—¡Sydney! —Exclamó Richard.

—Deberías tener un poco de vergüenza, y pena por un ser miserable que eres. —Dije.

Mi mejilla comenzó arder, la mano de mi padre golpeo mi mejilla mojada para dejarla marcada, Milo me quedo mirando asustado. Para alejarme de él, y ponerme a su lado.

—Tú ya no eres nada mío. —Comenté, mirándolo. —¿Escuchaste bien, Richard?

Tome fuertemente la mano de Milo y lo adentre a la casa, este me acompaño al baño para verme mi mejilla estaba ultra rojiza y dolía mucho, Milo saco una crema para ponerla en mi mejilla afectada. No tenía pena por lo que había visto, más bien estaba llena de rabia y odio por dentro que me sentía mal conmigo misma. Abracé fuertemente a Milo soltando un gran llanto de rabia, este correspondió mi abrazo.

—Sydney, ¿estás bien? —Preguntó mamá.

—Hola, soy Milo Manheim. —Saludo, mientras que yo me escondía en el pecho de él.

—Iré a dejar a Milo afuera. —Mi madre asintió.

Tome la mano de este y mi padre ya no estaba afuera, no sabía que hora eran pero hacía mucho frío, Milo se sentó a mi lado en la acera que estaba afuera de la puerta para darme una sonrisa.

—Syd, llámame cualquier cosa ¿sí?

—Sí, gracias. —Tomé su mano, para apretarla, este entrelazo nuestros dedos.

Mientras que su otra mano jugaba con mis finos cabellos, me dejo un beso en la frente mientras que yo daba una sonrisa. Sentí que no podía ocultarlo más, me encantaba Milo. Y eso estaba más que claro, deje caer mi cabeza en su hombro no quería dejarlo ir, quería que la noche fuera eterna a su lado, no quería dejarlo ir. Menos ahora que me sentía tan feliz a su lado.

—Debo irme, ¿mañana nos vemos? —Asentí.

—En la noche, en la fiesta de Lacey ¿vas? —Pregunté. Y este asintió.

—Te veré en mis sueños. —Me dijo al oído y me sentí morir.

Se levanto y comenzó a caminar, luego se dio vuelta y se despidió nuevamente de mi. Solo sonreí, me quede un rato mirando las estrellas, eran tan hermosas como los ojos de Milo.

De seguro estaba loca.

Estaba loca por el amor que sentía hacía Milo.

Y eso estaba claro.