nineteen

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Ya había pasado una semana desde mi estadía en el hospital, para mi suerte me dieron licencia de una semana más para poder descansar en mi casa. No me sentía una bien realmente como para poder ir al liceo, mi cabeza dolía con fuerza mientras que mis mejillas estaban tan pálidas como toda mi cara.

Milo pasaba todos los días después del liceo, Ann pasaba a veces y Mike me enviaba mensajes dandome a entender que ya se había enterado de todo hasta de que me mudaría a California en unos meses más, le pedí discreción de su parte y este entendió.

—¿Y bueno? ¿Ya le comentaste?

—¿A quién? —Pregunté.

—A Milo, sobre la mudanza. —Negué.

Mi madre sabía cuando me dolía contarle a Milo sobre la mudanza y todo eso, quería esperar un poco más pero al parecer el tiempo estaba contra de mi, ahora faltaban exactamente seis meses para poder irnos a California. Y yo aún no le contaba a Milo, es que no quería contarle no me sentía lo suficientemente valiente.

Las horas pasaron, ya eran exactamente las cuatro y en ese momento Milo llegó a la misma hora de siempre, saludo a mi madre pude escucharlo, entrar a la casa y subió a mi habitación al verme me sonrió, este se encontraba totalmente feliz de verme, me mire al espejo y me veía totalmente horrible aún que mi palidez ya se estaba yendo, el color estaba volviendo en mi.

—¿Cómo te fue hoy? —Le pregunte.

—Bien, ingreso una chica nueva a nuestra clase. —Solté un ah. —Se llama Irene y tiene el cabello medio rosado.

—¿Eres su amigo? —Este asintió.

Sabía que no lo hacía de mala forma, solamente que a Milo le encantaba hablar con todo el mundo y ser amigos de todos, eso era todo que lo que pasaba. No lo hacía intencionalmente, pero no me agradaba la idea que la chica nueva Irene estuviera tan cerca de Milo mientras que yo estaba encerrada en mi cuarto.

—Te conseguí los apuntes de tus clases. —Me pasó varias hojas de su mochila.

—Muchísimas gracias. —Le besé.

Este correspondió a mi beso, mientras que luego se acomodaba a mi lado para comenzar a ver películas juntos, Milo miro detalladamente mi calendario y vio todos los días que había marcado que era para que faltaba poco para la mudanza. 

—¿Por que marcas los días?

—Lo sabrás muy pronto.

Dicho eso Milo simplemente se dedico a leer cada uno de los días que claramente decía "día 29" y cosas así, Milo simplemente se acostó nuevamente a mi lado para poder abrazarme con algo de fuerza me queje por que me estaba abrazando muy fuerte y yo aún me encontraba algo débil.

—Hoy me quedo a dormir contigo.

—¿Ah, sí? ¿Por qué? —Le pregunté.

—Tú madre necesita trabajar y no sabía con quién dejarte. Y yo me ofrecí. —Reí, sabia que lo decía en serio.

Pero yo pensaba que mi madre me iría a dejar con otra persona, en cuanto entro le dio la lista de mis remedios a Milo y realmente estaba impresionada por mi madre. Luego de eso se despidió de mi y Milo bajo a hacer algo para comer, Ann me enviaba mensajes como "¿ya le has dicho? ¿qué esperas? Es el momento perfecto" Realmente no estaba segurísimo que  era el momento perfecto para decirle a Milo que en seis meses más me voy a otro lado y lo voy a dejar solo ¿dos años, tres años? ¡Claro que no era el momento!

Milo subió con una rica lasaña que mi madre nos había dejado a ambos, mientras que mirábamos Maléfica en el Disney, comenzamos a comer mientras que esto era lo más normal del mundo yo miraba los apuntes que Milo me había traído y algo estaba mal.

—¡Hey! —Exclamé. —Está es tú tarea de Geografía. A mi no me toca eso hoy. —Milo río.

—Es que...pensé que podrías ayudarme. —Mintió.

Sus ojos avellanas se veían tan lindos como siempre que yo no podía aguantarme a la mirada de Manheim, era tan lindo que todo lo que este hacía me encantaba. Terminamos de comer y bajo a lavar los platos sucios para subir mi pastilla que me hacía dormir sin dolores de cuerpo y luego tenía otra para el estómago pero esa era más tarde.

Milo había llegado con las pastillas para ayudarme a tomármelas ya que yo siempre las vomitaba ¿cómo no iba a hacerlo? ¡Eran asquerosas! Luego de eso me estire en la cama junto a él, teníamos que esperar hasta que llegara la hora para la siguiente pastillas por que si no, demás comenzaba a vomitar toda la lasaña de un lugar a otro y yo no quería eso.

—Eres tan linda. —Murmuró para besarme.

Nos besamos por un buen rato, para luego separarnos Milo se veía tan lindo con la luz de la luna debajo de nosotros, las nubes grises comenzaron a juntarse dando a entender que pronto lloverá la cosa es no me importo demasiado Milo estaba junto a mi, dando cariños en el cabello mientras que esperara que yo me durmiera o algo por el estilo.

Pero yo lo veía como algo lejano, los ojos de Milo me mantenían despierta y segura en sus solamente podía ver el amor que sentíamos el uno por el otro. No podía ser más feliz con él, era una felicidad tan linda que mi estomago dolía, pero no por que estaba apunto de vomitar o algo por el estilo, era un dolor de estomago demasiado bonito.

Me tome la última pastilla para poder dormirme junto a Milo, dormimos abrazados. Era como la mejor noche que había tenido, tener su calor y sus brazos enredados en mi cuerpo su respiración en mi oído, era más que perfecto tener a Milo junto a mi.

Te amo demasiado, Sydney.

No pude evitar sonrojarme ante eso, Milo me tenía enamoradisíma tanto que él y yo nos dábamos cuenta día a día cuanto nos queríamos el uno con el otro, aún que nunca nos decíamos tipo de cosas como esta.

Yo también te amo demasiado, Milo.

( . . . )
Ufff, se está poniendo weno xd.

 )Ufff, se está poniendo weno xd

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ain't love - ❝ milo manheim ❞ [TERMINADA]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant