Resumen
Akashi Seijuro es un alfa nacido en el cuerpo de un omega, o eso es lo que su padre se decía a si mismo cuando supo la naturaleza de su hijo, preocupado por su imperio en los negocios que no le fuera arrebatado busco la manera que su hijo...
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Las puertas de un gran café en la avenida principal de Shibuya, justo frente cruce a la estación del tren, se abrieron para dejar ver a una gran cantidad de clientes, en los últimos dos años se había vuelto muy famoso, al grado de salir en las revistas y todo, por sus dos grandes chefs, uno de ellos un Alfa cuya especialidad son los postres franceses y aun siendo japonés había estudiado en París, el otro, un chef Omega, que cada platillo formaba una combinación de Japón y el mundo.
-Bienvenido, ¿qué le servimos? Hoy, nuestra especialidad son los Eclairs de crema cubiertos de chocolate y para el almuerzo, omurice napolitano-le dijo la mesera, una joven francesa, con la más bella sonrisa que no parecía importarle una cicatriz en su rostro y a los clientes menos, pues su trato era tan amable y dulce.
Tras anotar la orden fue directo al mostrador donde administrador, quien vestía un traje negro elegante para darle un ambiente parisino, algo de lo que era característico el lugar, donde le dio la orden.
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-Serán dos especiales y de postre también.
-Buen trabajo, Allegra.
-Gracias, Shun, me gusta trabajar aquí-le sonrió ella. En ese momento apareció Murasakibara por una ventana hacia la cocina, gritillos se escucharon de algunas de las clientas, un Alfa muy apuesto.
-Izu-chin, ¿hay una orden?
-Sí, Atsushi-kun.
-Ya veo, Gami-chin-viendo el papel-.Tienes una orden también.
-O.k.-salió también Kagami, cuyos otros Alfas del lugar también apreciaron.
-Taiga también es popular-sonrió Allegra.
-Incluso con esa enorme panza-dijo Murasakibara tan calmado como siempre pero, con cierto tono de burla al tocarla con su dedo.
-¡Tsk! No me molestes-murmuro a lo que Shun la acarició su barriga.
-No, no, Kagami-kun no digas esas cosas, te hace daño enojarte.
