Capítulo 40 "Mibuchi Reo"

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"Mi nombre es Mibuchi Reo, hasta que cumplí 12 años supe que era un Omega, como hijo de una familia poderosa en amplios ramos y con muchas influencias, mis padres se decepcionaron. Aún recuerdo el rostro de mi padre cuando el medico los cito para darle los resultados de mi último análisis, con una voz tranquila dijo: Su hijo es un Omega, de eso no hay duda Mibuchi-san. Mi madre volteo a verme y pude ver algo en sus ojos, un sentimiento que no entendí. Quería saber porque me veía de esa forma, quise alcanzar su mano pero ella la evadió. De pronto ella le dijo al médico: ¿Qué hay que hacer? Mi padre simplemente se quedó callado, ambos eran fuertes Alfas y el tener un hijo Omega, no solo quebraba su orgullo sino sus planes futuros en la empresa. El medico les dijo que había ciertos tratamientos para ayudarme a no sucumbir ante los cambios pero, eso no me convertiría en un Alfa.

Ese mismo día cuando llegamos a casa, los vi entrar sin dirigirme la mirada, si quiera me hablaron en todo el camino, así que yo les hable: ¿Qué quieren de mí? Soy un Omega y que, puedo hacerlo, soy más inteligente que todos en mi clase, nadie creería lo que soy, déjenme demostrarles que soy dueño de mi destino, lo dije tan inspiradoramente, eran mis padres, nadie creería que ellos serían los primeros en hacerte caer, y fue ahí que lo supe, mi madre me miro a los ojos y me dijo: Basura humana, ¿Cómo pude parir un Omega? Tú nunca serás nada.

Son palabras que jamás olvidas, se grabaron en mi ser como una cicatriz, mi sonrisa se borró y al ver a mi padre, el solo seguía teniendo esa mirada de decepción, ¿En serio merezco esto? Lo pensé tanto.

Después de eso, me hicieron tomar clases en casa, y las odiaba tanto. Mis profesores eran Alfas así que diario me recalcaban lo que era. Cada que me equivocaba en algo me decían "Que puedes esperar de un Omega" Poco a poco aceptaba que eso sería mi destino, ser solo la esposa de alguien y tener un hijo pero, ¿Qué pasaría si ese hijo fuese un Omega? ¿Todo volvería a comenzar? Noche tras noche me decía a mí mismo que no quería tener hijo, cada que mi celo venia me encerraban en mi habitación con llave, y pese a que tenía medicamentos, no quería tomarlos, odiaba mi cuerpo, sufría tanto solo por ser un Omega.

Cuando cumplí 15 mis padres me dieron la noticia, adoptaron a un chico, un Alfa por supuesto, lo presentaron como si fuese una maravilla ante todos sus amigos en una fiesta de bienvenida, Kotaro, se veía como un total idiota. Justo en esa fiesta bebí tanto que me embriague a escondidas de mis padres, bueno, no era como si les importara, solo quería olvidarlo todo. Salí al jardín cuando me tope a mi nuevo hermano, él se me acerco y me sonrió: Eres mi hermano mayor, siempre quise tener un hermano, una familia, eso dijo, fue cuando comencé a reír: Que imbécil eres, solo te quieren por ser un Alfa, además, ¿Quién querría tener un Omega de hermano? Lo dejo ahí parado como un tonto y me fui, traía una botella en la mano y me la acabe por completo, en ese momento un Alfa apareció, era un amigo de mi padre. El tipo se me acerco, acaricio mis cabellos y me dijo: Tienes una gran belleza, te pareces a tu madre. Podía verlo en sus ojos, me deseaba y yo estaba molesto así que lo primero que hice fue besarlo, me abalance sobre él y lo hice, tan pronto estábamos teniendo sexo cerca detrás del jardín, el tipo no era nada delicado así que dolió mucho, mi cuerpo reaccionaba a sus caricias que comprendí que significaba ser un Omega, una y otra vez me penetro, aplastando mi pequeño cuerpo contra la pared, maldita sea, recuerdo lo mucho que me dolía y justo cuando pensé que no podía sentirme peor, el imbécil anciano ese quería marcarme, cuando lo vi lo aleje, aun así le dio una bofetada que me aturdió tanto que no pude moverme, lo vi venir que por primera vez sentí terror, me dio la vuelta y volvió a penetrarme, pude percibir su aliento sobre mi nuca. Sabía que si gritaba sería peor, y cuando creí que eso pasaría, alguien me ayudo, Kotaro me salvo, golpeo al hombre en la cara y se fue contra él, seguía golpeándolo como si una furia lo invadiera. Pensé que lo mataría así que lo detuve: ¡Basta! Le grite, Kotaro me miro y comenzó a llorar, abrazándome. El hombre se levantó y nos señaló: ¡Malditos mocosos! ¡Voy a hacer que pagues! Pero, no contaba con algo así que le conteste: Si, un gran senador que violo al hijo Omega de su mejor amigo, eso sí que se verá bien en las noticias.

Resiliencia (Kuroko no Basket)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora