Capítulo 7, Parte 3

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El matrimonio, como tal, es una unión en la cual dos personas están dispuestas a pasar el resto de su vida al lado de la pareja que han elegido para esto. En las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, en la tristeza y en la alegría son algunos de los conceptos que más se utilizan al momento de hacerse una acto como el matrimonio, pero debería sólo decirse en las malas, en la enfermedad y en la tristeza porque es ahí cuando se ve el verdadero amor, es ahí cuando se reflejan las pruebas que darán el valor positivo o negativo a la elección que has hecho.

En el caso de Carmen y Tyrone el matrimonio de ambos no tuvo una boda por todo lo alto siendo esto un punto a favor ya que los dos se unieron aún y cuando estaban en las malas. Fueron a un registro civil y ante la ley se formalizó el matrimonio de los dos, luego de haberse hecho todo el papeleo correspondiente se realizó una pequeña fiesta. Al momento que tomaron el taxi para irse al lugar donde festejarían Tyrone, con Carmen sentada a su lado en los asientos de la parte trasera del vehículo, le sujetó la mano y le habló a su esposa en un tono humilde, lleno de sinceridad y honestidad.

—Te prometo que nuestra boda será la mejor del mundo y si por alguna razón no puede serlo te prometo que será la mejor boda de la ciudad.

Pasaron unos meses en el que Carmen aún seguía trabajando en el mismo lugar de hacía diez años pero todos los compañeros con los que socializaba noche tras noche ya se habían marchado, no quedaba ni uno sólo de sus antiguos compañeros. A ella, que tuvo un acercamiento bastante estrecho con todos, le hubiera gustado invitarlos a todos a la fiesta que se organizó por motivo a la unión de ella y Tyrone pero eso no pudo ser y los que alguna vez fueron sus compañeros de seguro estaban a muchas millas de donde se encontraba ella. Tyrone consiguió trabajo en una farmacia y con lo que cobraba le alcanzó para que entre los dos pudieran pagar el departamento donde se había mudado y para poder abastecer sus necesidades básicas. Luego de unos cuantos meses de arduo trabajo y de muchas horas extras Tyrone fue llamado para trabajar en un hospital de la ciudad y tres semanas después Carmen fue contratada como la asistente de un veterano abogado que era el dueño de un bufete de abogados.

Al Tyrone ser un médico bastante joven y con experiencia nula pero con bastante potencial fue asignado a los turnos con menos flujo de pacientes en el área de emergencia s y sus horarios fueron en muchas ocasiones irregulares. Algunos de sus turnos comenzaban en la madrugada y terminaban en la mañana y otros iniciaban en la mañana y terminaban al mediodía. Mientras tanto el horario de Carmen era de lunes a jueves desde las ocho de la mañana hasta las cuatro de la tarde y en caso de que su jefe tuviera que defender un cliente o estudiar un expediente los horarios se extendían y se le pagaban horas extras. Para suerte de ambos los domingos siempre los tenían libre.


Ella, mi diabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora