XIV. Como la nieve en otoño

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Me palmeé las mejillas obligándome a disipar esas emociones confusas que se agolpaban en mi mente y traté de pensar por qué había estado soñando eso. Parecía que en el sueño yo no era yo.

—¡Es mi departamento puedo hacer lo que quiera! — como por arte de magia la voz de Taehyung cruzó las paredes del dormitorio. Rodé los ojos entendiendo toda la situación de pronto. Claro. Había estado escuchando las voces de Hoseok y Tae ¿Sería que ellos...?

—Kookie y yo vivimos aquí también. — reprochó esta vez Jimin. Salté de la cama y caminé hacia la puerta, abriéndola para asomarme. Taehyung llevaba el torso desnudo y Jimin el cabello desordenado. No era mucho lo que podía ver desde el pasillo, pero sí podía ver sus piernas tonificadas, tapadas hasta mitad de muslo.

—Es una necesidad básica, Jiminie. — puntualizó Tae, volviéndose hacia la cocina. —Tú harás lo mismo con Jungkook en un tiempo más.

Se me desencajó la boca al escuchar aquello.

—¡AH! Taehyung, ubícate. — se quejó Jimin. — Al menos deberían ir a su habitación.

—Cuando el deseo llama, el cuerpo debe responder. — dijo Hoseok.

Me aparté del umbral y caminé con aspecto desentendido hacia el cuarto de estar, estirando los brazos.

—Tanto ruido. — dije.

—¡Kookie! — Tae dejó la botella de leche que sostenía y me enterró los dedos en los hombros. —¿Te gustaría ir a Isla Jeju?

—Buen día Tae. — arrugué el entrecejo, zafándome de su agarre. —Buen día Hobi, Jimin. — levanté el mentón a modo de saludo. — ¿Isla Jeju?

—¡Si! Le estaba diciendo a Hoseok que podríamos ir en grupo. Un fin de semana entre chicos, alcohol y diversión. ¿Qué tal? Podría ir Nam y Jin. — algunos pelos plateados desparramados en su cabeza se movieron mientras asentía entusiasmado, animándome a contestar. —Podría ir Yoongi también, me cae bien, además se lleva bastante bien con Jin y Namjoon.

Yoongi, pensé.

Sus labios.

Nuestro beso.

Las mejillas me hirvieron, y miré de reojo a Jimin pidiendo a que por favor su telepatía no funcionara tan temprano por la mañana. Me miraba intensamente, repasando con sus ojos el pijama que llevaba puesto.

—Ya, sí, pero no tengo dinero. No me alcanza para pagarte el alquiler, comprar cosas para comer y tener para mí, y además para ir a un viaje.

Tae hizo un puchero.

Hoseok tamborileó los dedos sobre el mesón de la cocina.

—No tienes que pagar nada. — sentenció Hobi. — Tae se hará cargo de los gastos tuyos y los de Jimin, ah, y de los míos también. — soltó una risita malvada esta vez. —Tae es un gran hombre.

Jimin carcajeó con ganas.

—¿Qué dices? — lo encaró Tae, sorprendido.

—¡Bebé! ¿No estaría mejor un viaje entre amigos? — canturreó Hobi, con gesto malicioso.

—¡Ah! Nuestro Taehyungnie es un amor, que buen amigo. — dijo Jimin tomando asiento en una de las sillas. —Gracias.

Tae resopló.

—Está bien, está bien. Valdrá la pena, seguro. — entonces Tae me guiñó un ojo. —Ve a ponerte pantuflas Kookie, está muy helado para que lleves los pies descalzos.

Me giré sin entender bien lo que había pasado, caminando hacia la habitación a regañadientes. Me puse las pantuflas y me senté al borde de la cama a revisar el celular. No tenía ninguna notificación, pero abrí el chat de Yoongi para ver su última hora de conexión. La misma en la que me había enviado el mensaje la noche anterior.

If you were Me [JiKook]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant