053.

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JiMin se sentía lleno, la pizza congelada había sacudo su hambre, pero justo en ese instante donde puso la mano en la perilla de la puerta de su casa sintió un inmenso vacío en su estómago. Se apartó de inmediato del metal.

—No puedo hacer esto—miró a JungKook.

—Vamos JiMin, es tu familia...

—¿La madre que me ha traumado hasta mis cimientos y me ha llevado por los caminos del vicio? Mierda que lindo Jeon—el pelinegro agarró la mano de JiMin y con fuerza la puso en la perilla.

—Vas a entrar ahí y vas a dar la cara por tus acciones ¿okay? Dijiste que querías arreglar las cosas, y yo estoy aquí para ayudarte—con la mano sobre la de JiMin, JungKook giró la perilla dejando ver una casa totalmente vacía.

El aire, el polvo y alguno que otro hilo de telaraña era lo que JiMin podía ver. En vez de sus sillones desteñidos, su televisor y a sus hermanos.

—JungKook...—JiMin se sintió débil, y si no fuera por los fuertes brazos del alfa, JiMin se hubiera desplomado en el piso—¿Que-Que pasó JungKook? ¿Donde están?

—No lo se JiMin...—ambos parecían bastante perdidos, todo era confuso, no había nada, ni siquiera un olor a que alguien hubiera vivido ahí antes.

El alfa sintió como el más pequeño comenzaba a temblar, sus manos se ponían frías a cada segundo y su tez aún mas pálida de lo que ya era.

—Ne-necesitó encontrarlos...no podría vi-vir sabiendo que...-

—Tranquilo, JiMinie—JungKook acarició el cabello rubio del más bajo—Los encontraremos ¿de acuerdo?

JungKook limpió las lagrimitas que habían resbalado por las mejillas del omega, ahora que había 'salido todo bien' no iba a permitir un solo lagrimeo más de JiMin, ni uno solo de ese Dios de lindos cabello rubios.

Abrazando a JiMin por los hombros, el pelinegro lo condujo hasta su auto negro, cerró la puerta, una vez se estuvo en su asiento, puso la mano de JiMin entre la suya.

—Mírame JiMin—el rubio se sorbió la nariz y lo hizo—Quédate tranquilo ¿si? Todo estará bien...mientras seas mi chico todo estará bien...

JiMin sonrió, apretó la mano de JungKook en respuesta. Después de esto, JungKook cambió la marcha y puso el pie en el acelerador.

Después de quince minutos en el auto, JungKook estacionó el auto frente a una gran casa, y oyó como JiMin suspiraba.

—Vamos, es TaeHyung, te adora—dijo JungKook, tratando de ser un bueno novio.

—Claro...—JiMin bajo del auto y seguido de el JungKook.

Cuando estuvieron al frente, JiMin tocó el timbre con una mano temblorosa y un labio inestable.

JiMin estuvo a punto de escapar cuando escuchó pasos al otro lado de la puerta, le daba pavor conocer la reacción de TaeHyung cuando le viera la cara a ese idiota que se había ido casi tres meses de su vida.

Al abrir la puerta no había mucho de lo que ambos chicos afuera estuvieran esperando ver. No esperaban ver a un muchacho de cabello negro, estatura pequeña y una sonrisa retorcida en unos finos labios rosados.

JungKook se abalanzó sobre YoonGi en el instante que su cerebro asimiló su presencia frente a el, pero con un simple movimiento de dedo, JungKook impactó con una pared impulsando por una fuerza invisible de la cual YoonGi era responsable.

—Que buen tiempo, muchachos. Me encanta verlos por aquí—miró a Jeon en el piso con una mano en las costillas—Dile a tu perro que se controle, JiMin...

My Boy ; KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora