047.

70.8K 8.1K 1.9K
                                    

Un respiro.

Fue lo que TaeHyung necesitó para poder abrir los ojos, totalmente empapado en agua salina, sus ropas pegadas a su cuerpo y un poco desorientado.

Se encontraba en una selva, bastante virgen para el gusto de TaeHyung, maleza y el sonido de un río cercano. Pero ¿que era esa mierda?

—¡MIERDAA!—con ese grito TaeHyung supo de una vez que JungKook estaba acerca suyo y que debía encontrarlo. Con un tambaleo se levantó del suelo y dio unos pasos hasta apoyarse en un árbol de tronco grueso y grande.

Con su visión un poco nublada, logró ver el cabello negro de JungKook a unos metros de distancia del árbol donde estaba parado. Con dificultad caminó hasta él y se paró a medio metro de distancia.

—¿Que pasa?—preguntó TaeHyung.

—Que estamos en una malparida selva, Kim TaeHyung, eso pasa—recalcó Jeon aparentemente no muy feliz de sus condiciones.

—Dentro de todas nuestras posibilidades, creo que esta era una de las mejores JungKook—el peligris miró a su alrededor—Camina, tal vez encontremos algo.

JungKook tenía toda su fe puesta en esta puta selva, si no, molería cada puto árbol con sus propias manos.

—¿Crees que JiMin nos esté observando?—preguntó JungKook, su voz era suave y hasta un poco inocente. TaeHyung de verdad no podía tener el corazón más partido, aunque JungKook fuera un dolor en el culo, era el alma gemela de alguien de su familia.

—No lo se JungKook...

El pelinegro decidió mantenerse en silencio, su cabeza estaba echa un lío, o bueno por lo menos su pensamientos ya que suponía que estaba dentro de su cabeza ya.

Después de unos kilómetros de caminar, ambos pudieron notar que el suelo dejaba de verse lleno de hojas secas y comenzaba a llenarse un piso negro de granito. Parecía ser que hasta la mente de JungKook parecía costosa. TaeHyung rodó los ojos y ambos se pusieron sobre el piso de granito mirando hacia el frente, en realidad no había mucho que ver, una vez estuvieron con la mirada fija, lo único que pudieron observar fue aún más piso de granito negro, pero en vez de ver todo uniforme, se veían manchas de color negro por todos lados, como manchas de algo tóxico.

Una vez JungKook se armó de valor para avanzar sobre el piso de manchas, el piso se sacudió haciéndole detenerse.

—No lo hagas—una voz retumbo en el lugar, sin algún punto de foco en específico o alguna persona de la quien provenir.

—¿Quien eres?—preguntó TaeHyung a unos metros atrás de JungKook.

Pero la voz no se atrevió a contestar la pregunta del peligris. Solo se escuchó un pequeño suspiro y todo volvió a sumergirse en silencio.

—¿Que fue eso?—TaeHyung miró a JungKook este tenía su mano en su pecho y los ojos abiertos—¿Que pasa?

—Era JiMin—dijo JungKook—Puedo sentirlo, mierda...

—¿Que? ¿Qué pasa?—TaeHyung se acercó a JungKook y puso una mano en su hombro.

—No se que debamos hacer, pero debemos darnos prisa. JiMin está débil, mucho a decir verdad—JungKook comenzó a caminar hacia el frente, cosa que haría aunque la voz de JiMin le hubiera dicho que se detuviera.

El piso seguía moviéndose levemente debajo de los pies de JungKook y TaeHyung, pero ambos parecían bastante decidido a encontrar algo que ni si quiera ellos sabían que era.

Después de caminar unos minutos, JungKook puso una mano en el pecho de TaeHyung parando su andar abruptamente.

—¿Que?

My Boy ; KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora