JiMin era el ser más terco de la vida. No muy feliz por lo que había pasado con Jeon, salió de su casa el viernes para comprar nueva ropa y más maquillaje.
No estaba para nada conforme con sí mismo y eso le estresaba al borde de querer pegarle a alguien (cosa que nunca se le pasaría por la mente normalmente).
-¿A donde vas JiMinie?-preguntó uno de sus hermanos cuando iba a salir por la puerta.
-Voy al centro, dile a mamá que les haga comida, tuve que salir-su hermano asintió y JiMin salió de su casa con sus llaves en manos y su ego bastante dolido.
Mientras iba por la calle, sólo pensaba en una sola cosa y esa cosa no era algo en lo que normalmente pensara. Pensaba en Jeon JungKook y el por qué no le había prestado atención el otro día en el baño. JiMin no era alguien necesitado de atención (ya que recibía bastante y más bien le abrumaban), pero nadie nunca le había ignorado de esa manera.
No, no ¿que estaba pensando?
-Soy un estupido...-se recriminaba JiMin por alguna vez haber pensando en cambiarse por un JungKook. Un chico al que nunca le había hablado desde el jardín de niños. No lo haría ahora, ni nunca. Había sido un tonto.
Pero ya que estaba en el centro, decidió ir por algo para comer y tal vez alguna ropa nueva para ponerse en la fiesta de TaeHyung.
-¿Por que no?-se dijo así mismo mientras se dirigía a un restaurante bastante famoso de comida chatarra que abrieron hace poco en el centro.
JiMin pidió un helado y fue hacia el parque para poder comerlo en paz. En el parque habían varios lobos en su forma animal, disfrutando tal vez de la libertad de ser un lobo. JiMin odiaba esa forma con todo su ser, aunque algunas veces le sirviera de algo.
Los niños humanos siempre tenían miedo de él, y sus padres siempre los alejaban cuando JiMin caminaba cerca suyo. Era horrible y se sentía de la misma manera.
-¡Oye cuidado imbecil!
JiMin iba tan absorto en las cosas malas que había sobre ser un lobo, que por accidente, golpeó a alguien y le embarró su helado en una chaqueta de cuero.
JiMin se tapó la boca con sorpresa e inentó arreglarlo con desesperación.
-¡Lo siento de verdad! Yo no quise.. ¡Dioses no se quita! Lo siento, lo siento, lo siento. En serio no era...-JiMin paró sus súplicas cuando el propietario de la chaqueta de cuero le agarró por la muñeca y apartó su mano con brusquedad.
-Ya para-JiMin miró al sujeto, y fue ahí donde se dio cuenta que se había metido con la chaqueta de la persona equivocada-Solo creas problemas, rubio idiota...
JiMin quería responderle algo sobre el comentario de su color de cabello, pero al recordar que era Jeon JungKook con el que estaba tratando, mejor se quedó quieto y bonito. Como siempre.
-Lo siento, puedo comprarte una nueva si quieres...-le ofreció JiMin.
-¿Donde compraste ese helado?-dijo JungKook después de probar un poco del que estaba embarrado en su chaqueta.
¿Solo eso iba a decir? ¿Que donde consiguió el helado? No podía ser verdad.
-En Meraki...-respondió JiMin señalando detrás de la espalda de JungKook-Puedo...¿invitarte uno? Después de todo, tengo que agradecerte por lo de ayer...
¿Que?
JungKook no sabía cómo reaccionar. JiMin debía estarlo jodiendo.
-Claro ¿y después que? ¿Podrás acordarte del peso atómico del hierro?
JiMin bufó. Ya se había hartado de este idiota.
-¡Entonces puedes hacer lo que tu maldito culo y tú quieran! ¡Yo me voy! Y por cierto ¡tu chaqueta es fea!-JiMin se dio la vuelta y comenzó a caminar en lado contrario de JungKook.
No le importó la fuerza de JungKook, o su agresividad y menos su carácter inmoral. Solo se desquitó con el.
-¡Oye, oye!-gritó JungKook agarrando el brazo de JiMin.
-¿Que? ¿Vas a golpearme? ¡Vamos hazlo para poder llamar a la ambulancia rápido!
-Ya para JiMin-JungKook frunció el ceño confundido-No voy a golpearte, sólo cómprame ese helado y estaremos bien ¿de acuerdo?
JiMin entrecerró los ojos mirando al chico más alto. Debía de ser todo una broma. ¿Está Jeon JungKook comportándose civilizadamente frente a otro lobo inferior a el?
-Me estas jodiendo ¿verdad?-dijo sin poder creerlo.
-Puedo golpearte entonces..
-No, no, no. Vamos por esa cosa de una vez-JiMin y JungKook comenzaron a caminar hacia el lugar donde el rubio anteriormente había comprado su comida.
Al llegar al lugar, el muchacho del lugar vio raro a JiMin. Sabía quién era JungKook, y sabía quién era JiMin ¿que hacían esos dos juntos?
-¿Que les doy?-preguntó algo inseguro el muchacho.
-Un helado de Matcha en un cono de dona-el chico apuntó todo en su computadora.
-Serán...
-Solo cárgalo aquí, y tráigame dos-le exigió JungKook mientras le entregaba una tarjeta de crédito, el muchacho tragó grueso e hizo lo que JungKook le pidió.
-¿Que haces? Yo lo iba a pagar...
-Pero yo no quiero que lo pagues ¿si? Ahora cállate y disfruta-dijo JungKook mientras agarraba los dos pedidos y le extendía uno a JiMin.
-Pero...
-Si me vas a salir por el camino de las calorías, voy a golpearte rubio-dijo JungKook saboreando su helado y señalando a JiMin.
-Claro...
JungKook aún no comprendía que pasaba con el. No era nada bueno, de eso estaba seguro. Pero había algo dentro suyo que le impedía gritar, golpear o ser egoísta con JiMin. Normalmente, nunca en su vida hubiera comprado comida a alguien, o tampoco hubiera perdonado una mancha en su chaqueta de cuero negra.
Pero ese día... JungKook no se sentía muy bien de la cabeza. Tal vez la andaba en JiMin-landia o algo por el estilo. Por qué era difinitivo que JungKook no podía apartar la vista de ese pequeño chico.
No lo hagas se repitió varias veces para no aullarle a JiMin por lo bien que se le veían los pantalones de cuero. No JungKook, no, volvió a repetirse por enésima vez.
-¿En que piensas?-JungKook no había notado que JiMin le miraba desde hace rato y él seguramente parecía un loco.
-Nada que te importe-respondió tratando de comportarse normalmente.
Debía calmar esas cosas tan extrañas que estaba sintiendo, o si no, pasarían bastantes cosas malas que JungKook no podría controlar después.
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