The frayed ends of sanity

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"¡Oh Satán ten piedad de mi larga miseria!

Oh tú que de la muerte, tu vieja y constante amante,

engendras la Esperanza ¡Esa adorable demente!"

Charles Baudelaire, Letanías de Satán.

Pulso Play y la música comienza a sonar. La voz gruesa del cantante me entremezcla los sentidos y resuena entre lo más profundo de mi cráneo, el cual parece a punto de estallar. No sé si serán los auriculares o ellas las que producen el efecto, pero siento la guitarra en la parte occipital de mi cráneo, el cual se mueve sólo por las vibraciones generadas. James Hetfield comienza a cantar de nuevo y siento su voz muy cerca de mí. Ese hombre algún día me iba a matar. "Twisting under Schizophrenia... Falling Deep into Dementia" una y otra vez repetía eso en mi mente, a ellas les gustaban esas canciones pero no sabría decir el por qué.

Llevo el tenedor hacia mi boca, la cual no quiere recibir más de esa porquería. Como dos bocados y dejo el plato, estoy satisfecha y sé que he comido poco pero aun así no quiero seguir engullendo más verduras. Siento que alguien me golpea el brazo y me froto con rapidez mientras giro para ver qué sucede. Era Derek y me está diciendo algo que no llego a escuchar por culpa de la música.

– ¿¡Qué!? –grito para escucharme a mí misma por sobre la guitarra eléctrica.

Derek cierra los ojos ante el impacto de mi voz, creo que lo dije un poco fuerte. Todos en la mesa me están mirando con sorpresa, parece que interrumpí alguna charla.

Genial, pienso y sonrío.

¿Lo he pensado yo o ellas?

Derek toma mi auricular izquierdo y me lo quita, se acerca a mí y me grita en el oído para darme con mi propia medicina.

– ¡Que está un poco alto! –me aturde.

Lo miro con odio latente, me levanto de la mesa tirando el reproductor de música y los auriculares a la mesa con odio, me giro sobre mi misma y me retiro de la sala sin siquiera despedirme de mi adorable futura hermanastra ni Saul. Odiaba mi vida, pero sobretodo odiaba mi padre... él era el que hacía que todo en mi vida esté mal. Y yo tenía que hacer que eso cambie, pero había un problema. Si yo lo asesinaba, quedaba huérfana.

Y no quería quedarme en un orfanato con decenas de chicos.

Todas las soluciones eran una sola: matarlo. Y lo sabía, pero debía planearlo de a poco y rigurosamente. Además de pensar en las consecuencias que eso podía llevar.

Subo las escaleras con odio, de dos en dos escalones, y entro a mi habitación. Cierro la puerta detrás de mí con un fuerte golpe, pero no hacia la pared, sino hacia alguien... que grita ante el impacto. Me doy la vuelta y observo al visitante inesperado.

–Ari... –Mi padre.

–Estoy bien, puedes retirarte ahora –contesto dirigiéndome hacia la estantería de juegos y tomando Assassin's Creed 3.

–Ari, no podemos seguir así.

No contesto. Me limito a colocar el juego en mi consola y prendo el plasma al que está conectado. Tomo el control y espero a que aparezca el menú mientras me tiro sobre la cama de dos plazas.

–Ari, háblame.

Lo miro a los ojos con intensidad. Necesitaba el apoyo de ellas, pero estaban calladas desde que comenzó la cena, no se el porqué, pero las extrañaba y necesitaba que estén allí para decirme lo que debería hacer. Miro a mi padre de abajo hacia arriba, llevaba un traje azul y tenía el cuerpo tieso pero agotado, necesitaba urgentemente una siesta de prácticamente toda la eternidad, podía ayudarlo a dormir. Pero no creo que pueda ayudarlo a despertar, por ahora no soy Dios y revivo a la gente.

Schizophrenic Obsession © (Trilogía Obsession #1)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ