My life, my problems...

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"Escucha como la gris paloma gime su pena

Bajo la bóveda del bosque;

Escucha el balanceo de las hojas que caen,

Escucha el lamento del amante.

¿Es que no entiendes el mensaje

De la marea, la brisa y el ave?"

Emily Dickinson, The Secret.

– ¿Pero qué mierda haces? –grité empujándolo lejos de mí, mientras lo hacía, él se despegó mordiéndome el labio inferior y prácticamente arrancándomelo, lo que me hizo sangrar.

Me lamí con la lengua muy lentamente, el sabor a la sangre hacia que mis voces comenzaran a gritar. Traté de callarlas mentalmente, pero fue inútil.

–Lo siento, se lo prometí a mi madre –dijo mientras miraba hacia el techo con mirada nostálgica.

– ¿Le prometiste besarme y luego morderme hasta hacerme sangrar? Genial, te felicito, cumpliste tu promesa, ahora largo de mi habitación –dije gritando mientras abría la puerta y la sostenía invitándolo a salir.

–Le prometí besarte, porque ya no lo aguantaba más –dijo mirándome a los ojos.

– ¿Qué? –Cada vez estaba más confundida, y mis voces estaban gritando desesperadas mientras trataba de parar el sangrado en mi labio.

–Siempre has sido muy inocente, Ar –inquirió acercándose un paso hacia mí y tomándome la barbilla con la mano, lo que hizo que me soltara bruscamente con un movimiento brusco de cabeza. – Y muy fuerte también. Por eso siempre me gustaste... eras diferente –dijo finalmente acercándose aún más hacia mí, cubriéndome con sus ojos color celeste.

Me había quedado totalmente muda, no sabía qué contestar.

Muerte. Sangre. Destrucción. Muerte y sangre de Derek. Cuidado, él sabe sobre nosotras.

La voz que se hacía escuchar por sobre las demás se hacía llamar Ángel, aunque no era su nombre real; ellas no tenían un nombre especifico, sino seudónimos con los cual yo me enteraba quién me hablaba si no podía distinguirlas por su timbre de voz.

–Largo. Ahora –dije suavemente marcando cada palabra con mi labio lastimado.

–Si vuelves a hablar así, prometo morderte de nuevo –dijo suavemente, imitándome mientras se acercaba mucho más, estaba tan cerca que podía sentir un olor a lluvia y tierra húmeda que desprendía toda su piel. Era totalmente embriagador.

–Vete.

–Está bien, pero no hagas como si no pasó nada –sonrió. –. Yo sé que me extrañabas, Ar –contestó yendo hacia fuera. Antes de terminar de salir completamente de mi habitación, se giró, me miró a los ojos y me dijo susurrando: –. Porque yo sí te extrañé mucho.

Y se fue, dejándome una culpa terrible en el corazón, como si debiera hacer algo por la muerte de su madre, o como si yo tuviera la culpa de que yo le gustara. No, claro que no. Ariana, tú no tienes la culpa de nada, no le debes nada y no harás nada.

¡Sí!

Mis voces asintieron al escuchar mis pensamientos, debía alejarme de Derek tanto tiempo como sea posible en aquella cena deprimente.

Me cambié rápidamente, poniéndome un vestido suelto en la parte de abajo de color negro y unas medias de red. Me dejé los mismos zapatos que mi padre me había regalado ese mismo día. Al bajar al comedor todos ya estaban sentados en la enorme mesa de vidrio del centro hablando entusiasmadamente sobre trabajo. Había sólo una silla desocupada, y estaba junto a Derek, que no estaba hablando con nadie sino que hacia girar el tenedor sobre la mesa. Puse los ojos en blanco y me senté con fuerza en la silla. Todos se giraron para verme y sonreí tímidamente para hacer que vuelvan a sus conversaciones.

Schizophrenic Obsession © (Trilogía Obsession #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora