Capítulo 23: 'Miss you more than ever'

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- ¡Sam! ¡Quedáte quieto! Y Mike... por favor ¿podés hacer silencio?

Metí la cabeza debajo de la almohada. Otra vez en casa. Otra vez sin Niall. Tal vez, tendría que acostumbrarme a esto.

- ¡Bella durmiente! ¿Cómo estas? ¿Querés desayunar? - dijo Dianna.
- Un poco de café por favor - dije sentándome en el desayunador. Miré a mi alrededor y recién note a Jeremy sentado en la mesa, con Mike y Sam dibujando del otro lado y Louis parado al lado de la ventana.
- Acá tenés - dijo dejando la taza enfrente mío. -¿Estás bien?
- ¿Cómo llegue hasta acá? - mi pregunta causó risa a todos los presentes y al ver mi cara de desconcierto, más.
- Subiste al avión y caíste dormida tan profundamente que la azafata nos llamó porque no te podían despertar, pero estabas bien - me contó Jeremy, que se había acercado a mí y me había tomado de los hombros para luego besarme en la frente.

Más tarde, sentada en la cama intentaba forzar mi memoria para recordar como había llegado hasta el aeropuerto. Lo último que recordaba era Niall dejándome en la sala llorando, y luego otra vez casa.

- ¿Está todo bien?
- Si... si, sólo estaba pensando. - dije pausadamente mientras llevaba mi mano hacia mi corazón, realmente me había asustado; estaba tan sumida en mis pensamientos que me había olvidado de lo que me rodeaba.

Miré a Jeremy y lo observé detenidamente. Sus ojos estaban mas verdosos que de costumbres, se notaban cansados pero felices. Su pelo también mostraba cansancio, estaba despeinado pero hacia un lado a causa de la almohada, sus mechas castañas resaltaban a la luz del sol y parecían más claras.

Estaba encorvado sobre el marco de la puerta, sus jeans rasgados y su altura lo hacían más joven de lo que ya parecía. Y su sonrisa de siempre.

Eso era lo que me había llamado la atención la primera vez que lo vi. Siempre se mostraba feliz, sonriente, era amable con todos y tenía la palabra perfecta para levantarte el ánimo.
Pero el problema con la gente así, es que cuando los ves tristes o depresivos, es devastador.

- ¿Vamos al cine? - dije saltando rápidamente de la cama.
- ¿Al cine? - preguntó sorprendido.
- ¡Si! - salté emocionada mientras revolvía el placard buscando algo para ponerme - Como en los viejos tiempos ¿venís? - pregunté, mirándolo y tendiéndole una camisa limpia.

Nunca dejaré de amarteWhere stories live. Discover now