Capítulo 13: 'Pude escuchar su voz'

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Pasaron tres semanas de mi segunda vuelta a Irlanda, me seguía viendo con Nina y vi a Liam dos veces pero no me acerque en ninguna de las dos oportunidades.
No había vuelto porque mi madre me lo había pedido pero este fin de semana no se me escapaba, sentía que tenía que ir.
Con Jemy volvimos a ser la típica pareja adolescente enamorada, nos mandabamos mensajes todo el tiempo, enviábamos canastas de golosinas y cartas. Pero Niall atacaba mis pensamientos por la noche.

Me encontré con Nina en el restaurante de siempre a la hora se siempre, sábado a las 14 hrs.
Pasamos un muy buen rato, nos mantuvimos al tanto y me contó que Liam seguía en Irlanda y que no iba a viajar hasta dentro de un mes a Londres, quería pedirle que haga una reunión y que invite a Niall así nos encontrábamos 'casualmente' pero sabía que me lo iba a negar.

A las cinco nos dirigimos a mi casa, se iba a quedar un rato ayudándome a pintar una de las habitaciones. Volvimos a los viejos tiempos, esas horas que perdíamos después del colegio solo para hacernos compañía, pintándonos las uñas, intentando aprender a cocinar algo decente, hablando de la vida o de lo que pensabamos que era la vida a nuestra edad.
Más tarde cené pasta fría, una mala costumbre y luego como la noche estaba despejada y había luna llena, salí con un cigarillo, otra mala costumbre que había tomado.

Caminé hasta la casa de Niall y me senté en el cordón de la vereda, no pasaba ningún auto así que no había peligro.
Perdí la noción de las horas que pasaron, pero por el silencio, el cigarrillo que se había terminado hace rato, las pocas luces encendidas y la luna eran pasada la medianoche.
Seguí ahí, como inconsciente por un rato más cuando escuché un ruido, más bien era precisamente la tecla de la luz.

Me giré rápidamente y vi que la luz de la habitación de Niall estaba prendida; me quedé dura, mi respiración se aceleró y mis manos comenzaron a sudar. Comencé a levantarme cuando vi la silueta de alguien pasar por enfrente de la ventana.

Me incorporé y con toda la adrenalina que sentía en ese momento crucé la calle en tres pasos, me pareció escuchar un ruido detrás mío pero no pare.
Llegué a la puerta de casa y cuando metí la llave en la cerradura pude escuchar su voz, tan familiar y al mismo tiempo tan dolorosa.

- ¿Ya te vas?

Nunca dejaré de amarteWhere stories live. Discover now