Decidí contarle a Nicole lo que había pasado con Tobias el mismo lunes, luego de lo que había sucedido en mi viaje a la cafetería, pero Sarah y Violet todavía no estaban enteradas.

    Ambas me miraron con cara de asombro, y prácticamente me rogaron para que les contara.

    Tenía ganas de ahorcar a mi compañera de habitación, más allá de que él no quería que se sepa, no me gustaba andar contando mis cosas.

    –Tranquilas, en la cafetería les contaré todo, de principio a fin, se los prometo, pero no pueden decir nada –las amenacé, apuntando con el dedo–. Dudo que siquiera me dirija la mirada de todas formas. El otro día me ha visto con Cameron, y creo que no le cae bien. No sé muy bien al respecto. 

    Les expliqué a las tres.

    Revolví mi ropero de arriba a abajo, pero no encontré nada apropiado para ponerme, tampoco sabía cómo debía vestirme porque, sin contar la fiesta del domingo pasado a la que había asistido prácticamente vestida con ropa de hombre, nunca había ido a una fiesta de fraternidad.

    Cada vez se hacía más y más tarde, y yo seguía sin saber qué ponerme.

    Había arreglado con Carly que ella pasaría a recogerme a las 10:00 pm, para ir juntas a la fiesta.

    Luego de un par de consejos de Nicole y mi poco sentido de la moda, decidí usar una pollera negra, una camisa estrecha y, para protegerme del frío de la noche, elegí llevar una campera de jean.

    Sinceramente, no me encontraba del todo cómoda, y si fuera por mi, iría con una sudadera y un jogging holgado, pero prefería pasar desapercibida entre la multitud.

    A las 9:45pm Carly llamó a la puerta y permaneció unos minutos hablando con mi compañera de habitación.

    Hablaban de danza, la hermana pequeña de la morocha también bailaba. Carly era muy sociable, y parecía no costarle ni un poco crear nuevas amistades y conocer gente nueva.

    Cuando se hizo la hora de irnos, nos despedimos de Nicole y comenzamos nuestro viaje hacia la fraternidad.

    Dos cuadras antes de llegar, ya podías escuchar como la música salía sin piedad desde el interior de la casa. Habían varios grupos de personas conversando en la entrada, y por medio de las ventanas, podías observar cómo luces de colores impactaban contra el vidrio y dentro, la gente bailaba al ritmo de la canción.

    Al entrar, pude notar que la casa se dividía en dos partes, por medio de unas escaleras que apuntaban hacia la puerta por donde habíamos entrado. A la derecha, se encontraba la pista de baile, que originalmente era un living, y en la habitación de la izquierda había una mesa de comedor donde se encontraban un par de jóvenes jugando "beer pong".

    Nos dirigimos hacia la cocina para servirnos algo de tomar, era realmente grande y tenía una pequeña isla en medio, donde se encontraban las bebidas. Tomé un vaso de plástico y vertí cerveza dentro.

    Éramos las únicas en la cocina, hasta que observamos como un grupo ruidoso de mujeres entraba por el mismo lugar del cual habíamos entrado nosotras. Se trataba de un par de jugadoras de nuestro equipo y al vernos, prácticamente se nos tiraron encima.

    A la mayoría, se les notaba que llevaban un par de copas encima, las delataban sus movimientos torpes y desorganizados. Una de ellas casi me hace tirar mi bebida, pero por suerte, pude reaccionar lo suficientemente rápido para regresar el vaso a su posición.

    Cuando levanté la mirada luego de el pequeño infarto que acababa de sufrir, vi cómo Jackson se acercaba hacia mí, con una pequeña sonrisa de triunfo en reacción a lo que acababa de suceder.

    Al principio no lo reconocí, pero luego lo recordé en el escenario con el micrófono en la mano diciendo estupideces y reí internamente.

    –Eso estuvo cerca, buenos reflejos –me halaga al atravesar la puerta mientras entraba a la cocina, al llegar hasta el lugar donde me encontraba yo, extendió su mano y se presentó.

    –Soy Jackson –estaba a punto de responderle cuando decidió agregar–. Pero eso imagino que ya lo sabes.

    Puse mis ojos en blanco y asentí con la cabeza, después de todo sí que lo sabía.

    –Me llamo Isabella.

    Él soltó mi mano al escuchar mi nombre, no sabía si había sido porque ya me había presentado o por algo más, pero se quedó mirándome fijo por un segundo y luego pareció ponerse de acuerdo con su mente, porque se abalanzó bruscamente hacia mí y me dio la vuelta...

–¿A dónde me llevas? ¡Suéltame! –me quejé.

    Me escoltó mientras me empujaba, agarrado de mis hombros y atravesando la cocina hasta terminar en la esquina opuesta, cruzando una puerta  y terminando en una habitación que contaba con un par de sillones.

    Se trataba de una especie de continuación del living, solo que estaba separado por medio de dos puertas corredizas al costado, que se encontraban un tanto abiertas, pero nadie parecía frecuentarlas. Era un rincón exclusivo y apartado de la fiesta que se desencadenaba en el resto de la casa.

    A diferencia de la cocina, que estaba totalmente iluminada, las únicas luces que dejaban ver por dónde caminar eran los flashes de colores del living principal que llegaban hasta allí.

    Habían bastantes personas acomodados en aquellos sillones que formaban una especie de semicírculo.

    Y a diferencia de las tías, que vestían ropa de noche, la mayoría de los jóvenes  llevaban puesta la chaqueta del equipo.

    Pude reconocer un par de caras conocidas y entender que dentro estaban los dos equipos de hockey.

    En uno de los sillones se encontraba Tobias, con Lizza en su regazo. Evite dirigir mi mirada hacia ellos.

    Jackson todavía me tenía agarrada de los hombros, y cuando intenté alejarme, no me lo permitió.

    –¡He encontrado a la última novata!

    Escuchar esa palabra no me sonaba a buenas noticias.

    Ser un "novato" significa que es tu primer año en un equipo, y generalmente suelen hacer iniciaciones o rituales absurdos donde, en la mayoría de las ocasiones, te obligan a hacer el ridículo en frente de un grupo considerable de personas.

    Cuando Jackson terminó su oración, todos comenzaron a alentar y levantar sus vasos y aplaudir.

    Voltee mi cabeza y lo miré con miedo, pero a él pareció no importarle mi reacción, en cambio me soltó y me dijo que me sentara.
    Instantáneamente me alejé y me dirigí hacia el grupo de jugadoras dónde se encontraba Carly.

    Tobias pidió a su novia que se levantara de su regazo y ambos se dirigieron hacia dónde Jackson se encontraba, cuando voltearon para mirar en dirección al público, todos se callaron.

    –Bueno... Siendo los capitanes de ambos equipos, oficialmente damos comienzo a la iniciación de las novatadas.

    Enterarme de que Tobias también era capitán no me sorprendió de lo más mínimo, y creí haber entendido el porqué de su relación con Lizza...

Cenizas del Pasado ©Where stories live. Discover now