dreamland

Sueño en un sueño.

Yuta, probablemente, no ha sido el mejor tipo toda su vida. Es plenamente consciente de eso, así que entiende que la gente no lo quiera realmente cerca.

La mayor parte de su vida se ha esforzado tanto por ser el mejor, que ha ido pisando corazones a su antojo, haciendo daño a quién sea, solo porque era más importante para él llegar a donde quería sin cuidar los medios que utilizaba para eso.

Un poco arrogante, un poco caprichoso y un poco insoportable. Esa era una manera de describirlo perfectamente, pero, últimamente no se ha sentido del mismo modo.

Desde que ha estado soñando se siente mejor, quizá sigue teniendo esos comentarios que pueden resultar un poco hirientes, pero ha bajado mil revoluciones con respecto a su anterior "yo".

Quizá por eso la gente está sorprendida de que ahora sea un poco más respetuoso, que salude a los vecinos y que ya no sea, básicamente, un desgraciado con todos a los que no respeta (y él no respeta a casi nadie).

Yuta sonríe y mueve su cabeza a forma de saludo para la anciana que vive al lado de su casa. Ella lo saluda de vuelta y se acerca a su esposo, quien mira todo aún muy sorprendido.

Debe estar enamorado, dice ella.

Y así fue como nació el rumor de que el milagro de Osaka se ha enamorado de alguien, de un ser misterioso y eso les parece incluso más imposible que el hecho de que se haya vuelto más amable.

Sencillamente porque aquel príncipe, no tiene corazón. O eso dicen.

Yuta está de acuerdo, no porque crea en eso de estar enamorado, si no que cree que conectarse con sus sueños le ha mostrado una parte de él mismo que desconocía hasta ese momento. Le ha mostrado un lado suyo más profundo, más inmenso e incalculable.

Ahora piensa que no puede resumirse a sí mismo en una persona sin corazón, porque, ¿acaso alguien sin sentimientos podría tener un mundo tan inmenso dentro suyo?

Yuta duerme más y piensa, sueña, vive. Pero se mantiene alejado del mundo real. Prefiere mil veces pasar sus horas en aquel mundo que su mente ha creado para él y le parece fascinante todo lo que el cerebro es capaz de hacer.

Su cuerpo cae sobre el claro de aquel bosque, pero se siente acolchonado por un monto de hojas de flores de cerezo. El sol, anaranjado, ilumina el mundo con sus vidas y el puede levantar su mano y trazar con su dedo los caminos de luz que se abren entre las ramas de las árboles.

Viste un traje tradicional siempre que está allí, pero no le incomoda, siente que le va bien. Reposa allí por tanto tiempo que se duerme dentro de su sueño.

Y sueña.

Pero no es realmente consciente de que está soñando en otro nivel.

Así que cuando se remueve, el entorno que lo rodea es exactamente igual, pero tiene un aire más frío, no se siente tan cálido y la paz que antes inundaba su alma, ahora es reemplazada con cierta intranquilidad.

Como si hubiera alguien ahí en el bosque y no alguien bueno, alguien que podría hacerle daño.